Día nublado

8:40 Am

Mis ojos se abren al sentir los rayos del sol en mi rostro, siento una pesadez en todo mi cuerpo e incluso me dolía la cabeza. Me di vuelta e hice todo lo posible para poder levantarme y sentarme al borde de la cama, respiré profundamente y media dormida busqué en mi cajón las pastillas que ingiero en este tipo de situaciones puesto que me suele pasar muy a menudo por las mañanas. Luego de unos momentos, siento como la pastilla empieza a hacer su efecto y de a poco el dolor empieza desaparecer.

–Me pregunto cuándo será el día en el que ya no tenga la necesidad de ingerir medicamentos– Observé el techo con una mirada melancólica –Supongo que muriéndome seré capaz de cumplir ese anhelo y llenar este vacío que siento.

Me di cuenta de mis palabras y enseguida rectifiqué, no es como si valla realmente a solucionar algo pensando de esa manera. Me dirigí a la cocina para preparar mi desayuno de siempre, tostada con un poco de té caliente, mientras hacía esto, mis ojos se percataron que en mi celular tengo un mensaje de mis padres, tal parece que fue enviado momentos después de haberme quedado dormida. Me serví la comida y me dirigí a la mesa para poder comer y al mismo tiempo leer el mensaje con más tranquilidad.

“Hola mi amor ¿Te encuentras bien?, ¿No ha pasado nada malo?, tu madre y yo estamos muy preocupados por ti, no nos has hablado en más de una semana y queríamos saber cómo te encontrabas mi niña. Si tienes tiempo libre puedes venir a pasar una noche con nosotros, te extrañamos como no te lo puedes imaginar. Con amor, tus padres”.

En este momento recordé que el contacto que eh tenido con mis padres ha sido mínimo o casi nulo, pero es extraño, siempre me acuerdo de ellos y les escribo cuando tengo tiempo, juraría que les había escrito antes de ayer que me encontraba bien, y que no tenían que preocuparse por mí, pero tal parece que no les he escrito nada. Revisando los mensajes de la conversación de mis padres, me di cuenta que la última vez que les respondí fue hace más de una semana y media, aunque sé que es por mi estado actual que olvido cosas importantes, me es frustrante. 

Les envié un mensaje disculpándome y contándoles todo lo que eh hecho hasta el momento, para enseguida continuar con mi desayuno. Rato después de limpiar todo, revisé mi computadora para ver si tenía algún deber, pero al parecer no tenía nada pendiente, había presentado ya todo, por lo que solo quedaba yo y mi cuarto lleno de soledad junto a una abrumadora melancolía e intriga, quería saber cosas de mi vida olvidada, siempre me he preguntado que es por lo que tuve que pasar para terminar así, quería saberlo.

No había nada que hacer, solo sentarme cerca de la ventana y ver como sopla el viento, como pasan los carros y las bellas nubes dando su propio resplandor de belleza, me calmaba mi corazón dudoso y temeroso del futuro. Mientras estaba perdida en mis pensamientos, un gato negro saltó a mi ventana, me asusté mucho casi me caigo, pero viendo detenidamente sus pupilas de color verde, me doy cuenta de que es mi mascota, por más bello que sea es un callejero de mucho cuidado, así que cerré la ventana y lo dejé en mi cama para que no vuelva a escaparse del apartamento, pensé que quizás tendría hambre, por lo que decidí salir a un supermercado que está cerca de mi apartamento para comprarle comida, también necesitaba curarle algunas heridas que tenía porque si no podría serle perjudicial a largo plazo. 

Una vez en el supermercado choqué con un chico que parecía de mi edad, era muy apuesto y más alto que yo, sentí como si el tiempo se había detenido. Me fijé en él, era muy apuesto, su cabello negro lacio y sus brillantes ojos grises combinaban con su pálida piel blanca, era un chico que deslumbraba con luz propia, si Alice estuviera aquí sin lugar a dudas estaría babeando por él, y no la culpo, se ve como el hombre que toda mujer quisiera tener en su vida, pero en mi caso, por alguna razón que desconozco, a mí no me hacía sentir nada, por extraño que parezca, no me he llegado a sentir atraída por ningún chico desde que desperté en el manicomio.

Mientras pensaba todo esto, siento que el tiempo vuelve a la normalidad, lo puedo describir como algo raro que hizo que llamara la atención de mi mente, aquel chico se iba alejando de apoco, me fijo en sus ojos, siento que me recuerdan a alguien… fue como ver un pequeño recuerdo en un día nublado.

–Ese chico…– Regresé a tierra –Mejor continúo mi camino, mi gato puede volver a salirse o romperme algo.

Ya estando de vuelta en el apartamento le doy de comer a mi gato y de paso empiezo a preparar el almuerzo. Terminando de comer volví a revisar si ya mandaron deberes para empezar a hacerlos de una vez por todas.

9:10 Pm

–¡No puedo más! – Dije estirándome hasta escuchar como sonaba todo mi cuerpo debido al estrés –Estoy muy agotada, aunque hoy es uno de mis días libres, siento que he trabajado por muchos días seguidos.

Me levanté de la silla para estirarme aún más e ir en dirección a tomar una ducha con el agua helada de la noche.

–¡Qué bien se siente!... sin duda esto es lo mejor del mundo– Mencioné mientras sentía como el agua recorría todo mi cuerpo desde mis pechos hasta mis pies, se sentía muy relajante.

Ya saliendo de la ducha me pongo mi ropa interior y mi pijama, luego me dirigí a la cocina para hacerme un sándwich, el medicamento lo debo tomar con el estómago lleno de lo contrario me puede afectar negativamente, es mi última dosis, aquí se me termina la medicina.

Acabando mis asuntos pendientes pienso que es momento de llamar a Alice, más para hacerle memoria de lo que acordamos ayer. Le timbro al celular y me quedo esperando a que se digne a contestar.

–Dime Melody ¿Sucede algo? – Dijo Alice

–No, no sucede nada, solo te llamaba para recordarte que mañana nos veremos en el parque de siempre a las 12:30 para ir a mi cita con el especialista.