Para encontrarme con él...
El chico de mi cuatro...
El chico que me engañó e hipnotizo a mi madre, pero su apariencia había cambiado de nuevo a la de una sombra bastante alta con los músculos bien ejercitados.
Pinche niño barbie boy.
- Mira fenómeno o lo que sea que seas, me sueltas para que me largue de aquí ahora - digo firme, intentando verme y escucharme relajada, lo sé, pensarán que debería estar muriéndome del miedo y todo eso pero ya estoy acostumbrada a cosas así gracias al trabajo de mi madre, el miedo no es una opción para mí.
- ¿Miedo pequeña? - me dice, su voz se escuchaba gruesa y carrasposa muy distinta a como se escuchaba hace unos minutos...
Daba miedo…
¡No! Nunca siento miedo y él no hará la diferencia.
- Suéltame - le digo intentando no escucharme intimidada por su voz o él.
De repente me siento mareada y todo empieza a volverse negro - ¿qué... estás haciendo...? - pregunto intentando no cerrar los ojos.
- Solo te doy un poco de tu medicina cariño - sonríe de lado - eres mala mintiendo - empieza a apretarme fuerte contra su pecho, en esos momentos recuerdo las escenas anime románticas en donde su novio hace lo mismo, pero en esta ocasión el empieza a apretarme tan fuerte que empieza a deformarme los huesos y contraer mis pulmones - ¡para! - digo a cómo puedo adolorida y empiezo a toser sangre.
Al verme toser sangre sonríe de lado y me besa, cuando lo hace me quedo helada...
Ese beso era raro...
Lento…
Siento como un liquido caliente pasaba por todo mi cuerpo quemándome, era un sentimiento excitante y escalofriante...
¿Cómo demonios era posible eso?
Siento como separan nuestros labios haciendo que desaparezca el sentimiento por uno asfixiante - ¿que... demonios me hiciste...? - intento hablar perdiendo el oxígeno.
Me pone contra la pared tomándome del cuello haciendo que ahora si pierda por completo toda oportunidad de poder tomar aire, sonríe de lado cerca de mi rostro diciendo - la locura solo es la puerta a la verdad debido a que las mentiras son lo único que nos mantiene cuerdos.
Sonrío de lado y digo mientras siento una pesadez completa en mis ojos y me pongo morada debido a la falta de oxigeno por mis pulmones - y si hablamos de locura, hagas lo que hagas siempre estará en ti, pero, sin miedo no hay locura, si vives sin miedo el sentimiento de la demencia nunca nacerá - digo con las pocas fuerzas que me restan, cuando me escucha, su hermosa sonrisa sangrienta y demoníaca desaparece y yo sonrío.
De inmediato vuelve a sonreír de lado y dice - ya lo veremos - ve al frente, supongo que a la pared, ¿será que le gustan las paredes? - tienes compañía - dice serio y desaparece haciendo que por ende caiga rápidamente al suelo, toco mi cuello en el cual siento arder las marcas de sus manos en él mientras intento recuperar la respiración. De inmediato siento unas manos heladas tocar mis hombros y agarrarlos con presión, volteo a ver a la persona o lo que sea que me toco para encontrarme con...
Una sombra enorme desnutrida...
Esperen un momento…
- Tú eres...
-Pues claro que es la sombra de la otra vez, la del armario, no te vas a estar encontrando sombras así cada cinco segundos, ahora utiliza tus piernas para algo bueno y ¡¡corre!!- me grita mi subconsciente.
- No te tengo miedo - miro a la sombra ignorando completamente a mi subconsciente que hasta ahora se digna en aparecer.
- Vaya, vaya, tienes valor niña... – sonríe - lástima que no te vaya a servir esa valentía tanto como te serviría la cobardía en esta situación - sonríe de lado, entonces...
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Editado: 02.09.2019