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En ocasiones por miedo olvidamos vivir
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—Someterme a la cobardía sería incitar al sentimiento de la demencia a crecer—digo sonriendo de lado mientras todo alrededor de la sombra empieza a girar.
—Y enamorarse de ella también—dice presionando mi cuello contra la pared ahorrándome más de lo que ya estaba, ¿que tengo en el cuello?, ¿un cartel que dice «presione»?
—No sé de qué h-ablas...—digo a duras penas por la falta de oxígeno, de nuevo. Es increíble que aún no haya muerto.
Sonríe de lado mostrando sus tenebrosos dientes llenos de sangre— que pensamiento más libre...
Pasa su lengua por sus dientes.
Siento como me suelta un poco y puedo respirar al menos lo suficiente para escapar.
—Como mi libertad—digo mientras me suelto dándole un golpe bajo y voy corriendo por los pasillos con la intención de alejarme de esa cosa y buscar mi armamento.
—¿Cómo puedes ser libre y escapar? ¿Quién ignora la cárcel en que está?— escucho resonar su voz por los pasillos.
Una vez llego al sótano me dirijo a la esquina más oscura que veo, me agachó y tanteo el suelo dándole pequeños golpecitos, en este encuentro un punto hueco. De manera rápida, saco de mi bolsillo una daga y abro el suelo dejando ver un cajón en el cual se encuentra una llave blanca—demonios, espero que esto funcione—me digo a mi misma en forma de susurro tomando la llave.
En eso siento un escalofrío que recorre toda mi piel erizándome los vellos, siento como se clava una mirada en mi espalda penetrándola— ¿ahora qué?—digo en un susurro agobiado volteándome lentamente.
Una vez me volteo me encuentro con...
¿Conmigo misma?, Quedó plasmada con la mirada sería observándome, si antes estaba pálida creo que ya habré perdido cualquier color en el rostro.
—¿Qué clase de truco es este?—preguntó «serena» viendo a esa cosa que tomo mi forma al parecer.
Esa cosa solo sonríe de lado sin decir nada viéndome y se acerca a mí traspasándome y desapareciendo...
Eso se sintió raro... ¿conocen esa sensación que te da cuando subes a un avión por primera vez? Era así pero peor, era eso junto con el sentimiento de que una baba que arde recorre todo tu cuerpo y me va destruyendo por dentro.
Quedo perpleja ante tal situación con la mirada vacía observando la nada o para ser más específica la pared, esa gris y pálida pared...
En ella encuentro paz...
Es similar a mi mente en estos momentos...
Vacía...
Pálida...
Sin vida...
¿Qué demonios está pasando? ¿Qué me está pasando? No suelo perder ningún encuentro y ahora me encontraba huyendo.
Quedo observando la llave como si en esta encontrase la respuesta a todos mis problemas...
Empiezan a aparecer un sin número de imágenes en mi cabeza una tras otra sin parar, me empezaba a marear, siento un horrible ardor en mi cabeza, empiezo a cerrar lentamente mis ojos mientras dejo de sentir mi cuerpo, en eso todo se volvió negro, ¿supongo que esto es todo no?
***
Empiezo a sentir mis ojos abrirse...
Veo un rayo de luz en medio de esta inmensa oscuridad...
¿Será este el fin del camino?
Me levanto lentamente del suelo, al parecer estaba tendida en este, aunque es demasiado suave para ser el frío e incómodo piso del sótano. Observó lentamente mi alrededor notando así que estoy en un bosque (qué parte no sé) y que la luz que había visto no era ni más ni menos que un rayo de luz que me brindaba la luna, un rayo que había podido llegar a través de todas esas hojas y ramas de los grandes árboles del bosque que le prohibían la entrada de la luz al bosque y se queda normalmente atascada en las copas de los árboles más viejos.
—¿Mejor pequeña?—escuchó una voz dulce y suave detrás de mí.
Me volteo elevando una ceja pero no observo a nadie lo cual me deja extrañada.
—Si esto es alguna clase de engañó o broma les digo que les irá mal— amenazo.
Se empiezan a escuchar pasos de una manada de caballos acercase en la dirección en donde estoy, lo cual me extraña, ¿caballos en el bosque? ¿En un lugar tan cerrado como este?
—¿Caballeros?—pienso en voz alta reprendiéndome rápidamente-por favor Sophia estamos en el siglo 21, es ridículo-susurró diciéndome a mí misma.
Pero me sorprendo cuando notó que dos grandes grupos de caballeros llegan justo en frente mío de bandos contrarios según su bandera.
Todos montaban grandes caballos negros con armaduras hermosas del mismo tonó relucientes, con el escudo de color rojo como si se tratase de sangre líquida decorando su reluciente escudo, casi como que tratasen de que relucieran junto a la luz de la luna e intimidar al equipo oponente, ¿cómo es posible que todos se vieran tan iguales y no lo notasen? ¿Cómo es posible que haya tanta rivalidad entre ellos siendo tan iguales? Supongo que así es el ser humano, a pesar de ser tan iguales siempre queremos ver a los demás por debajo de nosotros.
—¡Ese mapa no es vuestro!—grita el que parecía ser el capitán de uno de los dos grupos, no podía distinguir nada de ese caballero debido a su casco, pero si pude ver los hermosos ojos dorados que casi no se hacían notar tras ese escudo, los cuales ahora estaban fríos y distantes ante los ojos de su enemigo.
—Ni vuestro tampoco—dice uno del otro lado, este a diferencia del anterior tenía su casco de combate en su mano dejando ver su hermosa cabellera negra y sus ojos, esos ojos son...
Él se parece a...
Me acerco más para comprobar si es quien creo que es. Una vez me acerco lo suficiente prudentemente aunque estos al parecer no notan mi presencia puedo confirmarlo. Reconocería esos ojos en cualquier parte, es él.
—Dylan...—se me sale su nombre al verlo pero ellos siguen como si nada, me duele y no sé porque...
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Editado: 02.09.2019