—Sé que tú eres el culpable de su desaparición –me golpeó en el pecho.
—Quita tus sucias manos de mi —grité molesto y la miré con furia.
—Habla de una vez y dime, ¿dónde la tienes? —gritó la chica.
—Yo no tengo a nadie y no soy culpable de su desaparición —me acerqué a ella y le susurré —Si Freya desapareció no fue mi culpa... pero si tú apareces muerta mañana quizás si sea la mía.
Ella se alejó, y vi su cuerpo temblar.
—Eres un monstruo —me miró con miedo.
—Te apuesto que si tu desapareces nadie notará tu ausencia.
—Mis padres lo harán, mis amigos también.
—Si, seguro que lo harán.
Ella no dijo nada más, me miró de arriba hacia abajo, hasta que abrió su bocota:
—¿Por que tienes tatuado un lobo? —preguntó sin dejar de temblar.
Sí, la curiosidad de Kueenthlee, aún con miedo era algo estúpido.
—Por que se me dio la gana hacérmelo —respondí indiferente.
Bueno, de que va esta chica...ella quiere morir por lo visto.
—Sé que fuiste tú... tú eras el chico de los paquetes —fingí sorpresa ante su descubrimiento.
—Vaya vaya, Kueenthlee Røet, eres todo una acosadora.
—Tú no eres bueno y haré que pagues por eso —trató de sonar segura.
—Ah sí, tú y cuantos más, Cher —al decir su nombre ella palidecio.
—¿Qu-quién e-es C-Cher —tartamudeo.
—Kueenthlee Cher Røet, 19 años, australiana, padres Oleg y Devon, tu hermano Keydan murió hace 2 años en un accidente automovilístico, una muerte trágica para un chico de tan solo 17 años —con cada palabra que decía ella palidecio más e incremento su llanto.
—¿Cómo sabes eso?
—No tengo por qué responder a eso, así que te lo diré una vez más —hice una pausa antes de decir—Deja de tocarme los cojones Cher, deja de seguirme por que tus padres podrán llorar muy pronto la muerte de su única hija —con esto dicho, me alejé y perdí entre la oscuridad.
Kueenthlee no era tonta pero tampoco era demasiado inteligente.
Sabía que ella me seguía, que me vigilaba, yo sabía absolutamente todo lo que ella planeaba.
Kueenthlee cayó en mi juego desde el día que Freya le pidió ayuda y ella se la brindó.
No, Kueenthlee pudo haber seguido con su vida como si nada pero su maldita forma de querer ayudar y controlar a todos, la llevó a ser parte de mi diversión.
Ser bueno es un asco, así que Kueenthlee... prepárate para tu destrucción.
A veces la curiosidad puede ser tu mayor enemigo, te lleva a la muerte o en este caso a la locura.
Voor liefde voor mijn prinses beloof ik om elk van zijn bestellingen te vervullen.