Descubriendo la Maldad.

Sentía como me querían desmembrar mi cuerpo, sentía un olor putrefacto con azufre, escuchaba gritos de personas siendo mutiladas al  vocear que son inocentes, mire hacia arriba y estaba oscuro, llovía fuego en vez de agua, fue un lugar muy extraño. Cada vez que bajaba se podía observa una calavera gigante con los ojos en llamas, al mirar mis pies veía esas manos que me sujetaban, era su lengua, luego aparecieron sombras del suelo con enormes cuernos, me asuste tanto que llore como nunca en ese momento.

Pero lo bueno de todo esto es que solo fue un sueño, mi padre me despertó, me dijo que gritaba demasiado e inconscientemente golpeé a mi madre, estaba ella en el suelo de mi habitación con la boca tapada y aruñada, no sé desde cuando era sonámbulo, estaba afuera de mi cama, mire a mi padre con los ojos lloroso y abrase a mi madre.

Después de ese día comencé a tener pesadillas feas, una venia peor que la otra, mis padres estaban decidiendo de mandarme a un manicomio, pero era muy joven, no sé cómo se le ocurrió eso me canse de hablar con psicólogos y cada vez que salía con mis padres en el auto miraba para atrás, ya que sentía que esa cosa me seguía, me quería a mí, o ¿no?

Cuando entraba a mi habitación sentía que me observaban desde mi armario, me quede mirándolo fijamente, de pronto alguien toco la puerta de mi casa, así que mire por la ventana de arriba para husmear quien era y vi que el vecino toco la puerta de mi casa, estaba sorprendido sentía escalofríos. Habló con mis padres sobre lo que me pasaba, no sé cómo lo sabía si mis padres no tiene tiempo para estar con sus amigos, mucho menos lo tendría para estar con un vecino, y sé que mi madre no pude ser, ella sale poco y si sale regresa rápido, era como si el los manipulara con un control,  tenía miedo mucho miedo, solo me senté en las escalera que estaban detrás de él y lo escuchaba decirles a mis padres que él tiene un truco para curarme, con tan solo ver a ese viejo de espalda me daba miedo, mi madre le pregunto que como lo haría, lo único que escuche decir de él fue que tiene sus trucos, eso me hizo recordad lo de aquella noche, de la sombra con cuerno de cabra que desapareció, cuando me volteo para subir a mi habitación veo esa sombre de nuevo, me tiraba la ropa para afuera como si tratase de buscar algo, di un paso en falso para atrás y me caí de las escaleras.

Mientras estaba inconsciente podía ver a la calavera gigante de nuevo, solo la cabeza cuando abrió la boca y su lengua hecha de manos que me sostenían por todos lados, acercándome más y más hacia él, pero no me comió, me miró fijamente a los ojos y pude ver como sus ojos se encendieron en fuego, como si de una vela se prendiese, comenzó a reírse pero logre despertar, al abrir los ojos lo primero que vi fue la cara de aquel anciano con una sonrisa malévola, me espante echándome hacia atrás, al mirar a mis padres volví a mirar al viejo, tenía su cara normal, pero sabía que esas arrugas ocultaban algo.

Recuerdo ese día cuando mi padre me ayudo a levantarme para llevarme a mi habitación, obviamente me negué, no quería subir al lugar donde me sentía a salvo hasta ese día, mi padre me tomo por el brazo y me miró fijamente a los ojos y me dijo que me mandaran a un manicomio si seguía así, me lo dijo como si viera lo que estaba viendo en esos momentos.

Pero lo que más me asombro fue cuando aquel viejo se ofreció para ayudarme, no confiaba en él para nada, pero me enoje mucho el hecho de que mis padres aceptaran, les suplique que no me dejaran ir con él, miraba fijamente a los ojos de mi padre pero este me rechazo, cuando volví a mirar al viejo vi como esa sombra se posaba detrás de él.