No sé qué truco uso en ese entonces, solo se me acerco y puso su mano sobre mi nariz y volví a caer, no escuchaba nada, me sentía más muerto que vivo, no podía pensar, solo veía absoluta oscuridad, no sé cuánto tiempo me tome al despertar pero al hacerlo me encontraba encerrado entre velas y velones, había olor fuerte a sangre, al mirar a mi alrededor, pude notar que estaba en un círculo gigante hecho con sangre, dentro del circulo tenía una estrella de ocho puntas y en el medio me encontraba yo, desnudo.
Cuando intente salir del círculo, comenzaron a salir sobras de las velas, la cabra con cuerpo de hombre, lo podía ver en todos lados no tenía escapatoria, hasta perdí la facultad de hablar, tenía la lengua muerta, estaba perdiendo los cinco sentidos. De repente detrás de mi comenzó a formarse un remolino de fuego con las velas encendidas entre su resplandor salió aquel viejo con su bastón en la mano, no se le notaban las pupilas en los ojos, hablaba un lenguaje extraño mientras movía la cabeza de una forma muy, pero muy extraña.
Comenzó a caminar acercándose a mi con la mano extendida, me decía que yo era la promesa de alguien que yo le pertenecía a él, no se como pude entender lo que decía, pero no paraba de repetirlo, sus sombras comenzaron a danzar de una forma extraña. Estaba paralizado del miedo no podía pensar, apenas había perdido dos sentidos, el del tacto y el olor, solo vi cuando me tomo de la mano y me jalo hacia él, me patio por la parte de atrás de la rodilla, caí y me vertió una copa llena de sangre, estaba completamente nervioso en ese entonces, esta vez no tenía escapatoria, intente levantarme pero había una fuerza que no me dejaba, estaba tan asustado que me dio curiosidad, al mirar hacia arriba pude notar que de su cabeza salían manos, luego escuchaba voces que me llamaban, me decían todo lo que me harían cuando me reúna con ellos, cosa que de seguro no se hacían en el infierno, ya que nunca lo había vivido o ¿sí?.
Escuchaba esas voces, voces que me atormentaban, cuando sentía que me desmayaba desperté, solo era otro sueño. Estaba en cama totalmente sudado, al parecer todo eso que sentí podría no ser real, pero si lo fue, porque al levantarme tenía en mis manos un velón recién apagado, lo lance al suelo con rapidez.
Al otro día, pude dormir bien sin ningún problema, fue muy raro y ahí fue donde comencé a dudar de mí mismo, pero ese no fue el único día que dormí bien, ya que los otros días siguiente descansaba como un bebe, hasta que me enferme de una gripe, no sé cómo si no salía de mi habitación, estaba castigado y apenas me faltaban semanas para terminar mi castigo, recuerdo que se acercaba navidad en ese entonces, lo esperaba con ansias, pero tuve una fiebre crónica.
Pasaron tres horas después que mi madre me da mi medicamento y no sentía ninguna anomalía en mi habitación, le pregunte a mi padre por el vecino, me dijo que tenía días que no lo veía, la última vez que lo vio, llevaba una maleta, nunca me sentí tan feliz en ese entonces, hasta sentí como mi corazón se sentía aliviado o ¿solo eran cadenas que ataban mi alma?
Faltaban días para que acabara mi castigo que me habían puesto mis padres, ya dormía tranquilo pero con miedo, sentía dentro de mí que era algo malo sucedería, quizás no tenía tanta confianza en lo que sucedía, sentía que aún no había acabo, sino que sería el principio de algo malo que vendría por mí.