Las noticias no dejaban de hablar sobre el alarmante aumento de casos de secuestros de mujeres jóvenes en todo el país. Los reportes señalaban que varias familias desesperadas habían denunciado la desaparición de sus hijas, sin que las autoridades hubieran logrado encontrar pistas sólidas.
En las concurridas y coloridas calles de La Paz, Bolivia, un joven de cabello negro y ojos brillantes corría a toda prisa, con una carta arrugada en sus manos. Parecía estar en una misión muy importante. Entró a un edificio destartalado y subió las escaleras hasta llegar a una puerta con un letrero que decía "Nick y Stiven - Investigadores Privados".
Tomó aire y abrió la puerta de un empujón.
"¡Nick, tenemos un caso!" exclamó Stiven, con una mezcla de emoción y preocupación en su voz.
Detrás del escritorio, un chico de cabello negro y anteojos redondos levantó la cabeza con pereza, como si acabara de despertar de una siesta.
"¿Otro caso, Stiven? Espero que esta vez valga la pena el viaje" dijo Nick, estirándose y bostezando ruidosamente.
Stiven le entregó la carta con apremio. "Es de la Organización de Casos No Resueltos. Dicen que tenemos que ir a Manchester a investigar."
Nick leyó la carta rápidamente, sus ojos moviéndose de un lado a otro. De pronto, lanzó la carta sobre el escritorio, golpeándolo con fuerza.
"¡No puedo creerlo! ¿Manchester? ¿Tan lejos? ¿Y qué hay de nuestros otros casos pendientes?" exclamó Nick, con una expresión dramática en su rostro.
Stiven se encogió de hombros, tratando de mantener la calma. "Lo siento, Nick. Pero ya sabes cómo es la O.C.R. Cuando te eligen para un caso, tienes que ir, no hay discusión."
Nick se recostó en su silla, cruzando los brazos con frustración. "De acuerdo, de acuerdo. Supongo que no tenemos opción. Dime, ¿cuándo tenemos que partir hacia esa aburrida y lluviosa ciudad?"
"Lo antes posible" respondió Stiven, con un tono ligeramente ansioso. "Dicen que es un asunto muy urgente."
Nick se rascó la barbilla, pensativo. "Bueno, será mejor que empecemos a empacar entonces. Mientras más rápido lleguemos a Manchester, más pronto podremos resolver este misterio y volver a casa. ¡Quizás incluso podamos encontrar una buena cafetería y probar los famosos pasteles ingleses!"
Stiven asintió, esbozando una pequeña sonrisa. Sabía que, a pesar de las quejas de Nick, su amigo estaba emocionado por este nuevo desafío. Ambos se levantaron de sus escritorios y comenzaron a recoger sus cosas, preparándose para emprender un viaje que, sin duda, les depararía muchas sorpresas.
Esa tarde, Nick salió a dar un paseo por las calles de La Paz, necesitaba un respiro antes del emocionante pero abrumador viaje a Manchester. Mientras caminaba, se cruzó con su mejor amiga, Lucy, una chica alegre y creativa que siempre lo apoyaba en sus aventuras.
"¡Nick! Qué sorpresa verte por aquí" exclamó Lucy, dándole un fuerte abrazo. "¿A dónde vas con tanta prisa?"
Nick sonrió de oreja a oreja. "¡Lucy, justo la persona que quería ver! Tengo noticias emocionantes: Stiven y yo fuimos elegidos por la Organización de Casos No Resueltos para ir a investigar a Manchester."
Los ojos de Lucy se iluminaron. "¿Manchester? ¡Qué increíble! Siempre has querido ir a Inglaterra. ¿Cuándo se van?"
"Lo antes posible" respondió Nick, rascándose la cabeza. "Ya sabes cómo son esos de la O.C.R., quieren que resolvamos el caso de inmediato. ¡Pero no te preocupes, traeré un montón de recuerdos para ti!"
Lucy rio con entusiasmo. "¡Más te vale! Y asegúrate de comer muchos pasteles, ¿de acuerdo? Odiaría que perdieras tu figura de galán."
Nick fingió ofenderse, llevándose una mano al pecho. "¿Yo? ¿Perder mi figura? ¡Jamás! Estaré tan enérgico y apuesto como siempre, ya lo verás."
Ambos rieron y continuaron charlando mientras caminaban por las calles, disfrutando de la calidez del sol y la alegre atmósfera de la ciudad.
De pronto, Nick se detuvo en seco, su mirada fija en un periódico que un vendedor ofrecía. En la portada, una llamativa noticia captó su atención: "¡Barco Volador Avistado Sobrevolando Europa!"
"¿Un barco volador?" murmuró Nick, frunciendo el ceño. "Eso suena sospechoso."
Lucy lo miró confundida. "¿Qué? ¿De qué hablas, Nick?"
Nick le dedicó una mirada enigmática. "No lo sé, Lucy. Pero algo me dice que este caso en Manchester podría ser más complicado de lo que parece. ¡Tal vez hasta involucre a un misterioso barco volador!"
Lucy rió, sacudiendo la cabeza. "Siempre con tus ideas locas. Pero bueno, supongo que eso es lo que te hace tan especial. ¡Diviértete en tu viaje, Nick! Y recuerda traerme un lindo recuerdo."
Nick le guiñó el ojo y se despidió de su amiga, su mente ya maquinando teorías sobre el posible vínculo entre el secuestro de mujeres y ese extraño barco volador. Con pasos decididos, regresó a la oficina, listo para embarcarse en una nueva y emocionante aventura.
De vuelta en la oficina, Nick encontró a Stiven hablando animadamente con un hombre vestido con un elegante traje gris. El desconocido parecía tener un aire de misterio y autoridad a su alrededor.
"¡Eh, Stiven! ¿Quién es tu nuevo amigo?" preguntó Nick, acercándose con una sonrisa juguetona.
Stiven se giró hacia Nick con entusiasmo. "¡Nick, qué bueno que llegaste! Déjame presentarte a Lord Percival Wentworth, un prominente empresario británico que se ha ofrecido a patrocinar nuestro viaje a Manchester."
Nick abrió los ojos como platos. "¿Un Lord? Vaya, vaya, mira quién se ha dignado a visitar nuestro humilde despacho. Es un placer conocerlo, Lord Percival."
El hombre de traje se acercó a Nick y le tendió la mano con una sonrisa cortés. "Encantado de conocerlo, joven. Me alegro de poder ayudar a dos valientes investigadores como ustedes en esta importante misión."
Nick estrechó la mano del Lord, pero luego se acercó a Stiven y le susurró al oído. "Oye, Stiven, ¿entendiste algo de lo que dijo? Porque yo apenas logré captar un par de palabras en inglés."