La lucha en la cabina del capitán se intensificaba. Nick y Stiven, armados con sus katanas, se movían como una unidad, tratando de mantener a raya tanto a Demian como a Alexander. Cada golpe resonaba en las paredes, mientras el sonido de la alarma seguía retumbando por todo el barco.
"¡No se detengan!" gritó Nick, viendo cómo Stiven bloqueaba un ataque de Demian. "¡Necesitamos acabar con esto rápido!"
Alexander, observando la dinámica entre los dos amigos, decidió cambiar de táctica. Con un movimiento ágil, se lanzó hacia Stiven, intentando sorprenderlo. "¡No eres rival para mí!" exclamó, mientras sus espadas chocaban.
Stiven retrocedió, sintiendo la presión. "¡No te lo permitiré!" respondió, tratando de mantener la calma.
Mientras tanto, Nick se enfrentaba a Demian, quien había recuperado su compostura después del golpe de Stiven. "Eres un niño, Kech," dijo Demian, sonriendo con desdén. "No sabes con quién te estás metiendo."
"Y tú no sabes con quién te enfrentas," replicó Nick, desafiándolo. Con un movimiento rápido, realizó un ataque lateral. Demian logró bloquearlo, pero la fuerza del golpe lo hizo tambalear.
Megan, desde un rincón de la cabina, observaba con desesperación. "¡Nick, ten cuidado!" gritó, sintiendo que el dolor en su brazo la debilitaba. Sin embargo, su determinación no flaqueaba. "¡Vamos, chicos! ¡Ustedes pueden!"
La voz de Megan resonó en el aire, dándoles fuerza. Nick miró a su amiga y, sintiendo su apoyo, redobló su esfuerzo. "¡No me rendiré!" exclamó, lanzándose nuevamente hacia Demian.
Stiven, por su parte, había logrado desarmar a Alexander, pero el capitán, en un movimiento rápido, lo empujó hacia atrás. "¡Eres más fuerte de lo que pensé!" dijo Alexander, furioso.
"Y tú te subestimas," agregó Stiven, levantándose nuevamente. "No te dejaré hacerle daño a mis amigos."
La pelea continuaba, y el sudor comenzaba a brotar en sus frentes. Nick y Stiven, trabajando juntos, lograron desviar los ataques de sus oponentes, creando oportunidades para contraatacar.
"¡Ahora!" gritó Nick. En un movimiento sincronizado, ambos amigos atacaron a la vez: Stiven golpeó la espada de Alexander, mientras Nick se lanzaba hacia Demian, intentando desarmarlo.
El sonido del metal chocando resonaba en la cabina, y el aire se llenaba de tensión. Pero en un instante, la suerte pareció cambiar. Demian, con un movimiento astuto, logró desviar el ataque de Nick y lo empujó hacia atrás.
"¡Te tengo!" exclamó Demian, lanzándose hacia Nick una vez más.
Sin embargo, en el último momento, Stiven se interpuso. "¡No lo toques!" gritó, golpeando a Demian y haciéndolo caer al suelo. "¡Nadie se mete con mis amigos!"
Megan, sintiendo una oleada de esperanza, se animó. "¡Sí! ¡Sigan así!"
Con determinación renovada, Nick y Stiven unieron fuerzas una vez más, enfrentándose a sus oponentes con una ferocidad que ni ellos mismos sabían que tenían.
"¡Esto termina ahora!" dijo Alexander, su rostro enrojecido de furia. Pero antes de que pudiera atacar, Nick y Stiven lanzaron un ataque final, cada uno con su katana en alto.
El sonido del metal resonó, y en un instante, ambos enemigos fueron desarmados, sus espadas cayendo al suelo. Alexander y Demian, atrapados y sin salida, se miraron con incredulidad.
"¿Qué... qué ha pasado?" murmuró Demian, mientras se levantaba lentamente.
"Lo que pasa es que subestimaron a sus oponentes," respondió Nick, respirando pesadamente.
Megan, ahora con más fuerza, se acercó. "¡Es hora de que se detengan! ¡No volverán a hacer daño a nadie más!"
Con el capitán Alexander y Demian finalmente derrotados, el grupo respiró aliviado. Pero aún quedaba un desafío por enfrentar: escapar del barco antes de que todo se desmoronara. La lucha había terminado, pero la verdadera carrera por la libertad estaba a punto de comenzar.
Con el capitán Alexander y Demian finalmente incapacitados, Megan sintió que el tiempo se les estaba acabando. "¡Debemos ir a la cabina del capitán!" gritó, su voz resonando con determinación. "Si puedo hacer que el barco se dé la vuelta, tendremos una oportunidad de escapar."
Sin esperar respuesta, corrió hacia la cabina, dejando a Stiven y Nick atrás. Al llegar, sintió una oleada de adrenalina. "¡Voy a hacerlo!" murmuró para sí misma mientras se apresuraba a activar los controles del barco.
Mientras tanto, en la cubierta, Demian se recuperó lo suficiente como para levantarse, observando a Megan. "¡No puedes hacer esto!" gritó, intentando seguirla.
"¡Tienes razón, no puedo!" respondió Megan, apretando los controles. "¡Pero lo haré de todos modos!" Con un giro de una palanca, el barco comenzó a temblar y a rodar en el aire, creando una sensación de caos absoluto.
Demian, incapaz de mantener el equilibrio, cayó al suelo. "¡No!" exclamó, mientras el barco giraba.
Pero Alexander, furioso, no iba a dejar que eso sucediera sin luchar. "¡No te dejaré escapar!" gritó, dirigiéndose hacia Stiven, quien estaba aún aturdido por la pelea. Agarró su pistola y apuntó directamente al joven.
"¡Déjalo en paz!" gritó Nick, viendo cómo su amigo estaba en peligro. Sin pensarlo, se lanzó hacia Alexander. "¡Deja a mi colega!"
Antes de que pudiera llegar, Alexander disparó cuatro veces, las balas impactando en el pecho de Nick. El dolor fue agudo, pero Nick no se detuvo. Con una fuerza sobrehumana, logró agarrar a Alexander, arrastrándolo hacia el borde del barco.
"¡No!" gritó Stiven, horrorizado, al ver a su amigo caer. "¡Nick, no!
Con un último esfuerzo, Nick se lanzó junto a Alexander, ambos cayendo al mar. El impacto fue brusco, y el agua fría los envolvió, llevándolos bajo la superficie.
Stiven, aún en la cubierta, sintió una mezcla de miedo y desesperación. "¡Nick!" gritó, su voz resonando en el aire. "¡No puedes dejarme así!"
A medida que el barco seguía girando, Megan miró hacia afuera y vio la escena. "¡No! ¡Nick!" exclamó, sintiendo que su corazón se rompía. No podía permitir que el sacrificio de su amigo fuera en vano.