Capítulo 15: El Plan de Rescate

Nick y Clara se encontraban en un rincón oscuro del pueblo, lejos de la mirada de la mafia, tratando de idear un plan para liberar a Stiven. La angustia por la captura de su amigo pesaba en el aire, pero la determinación brillaba en los ojos de Nick.

"Necesitamos un plan," dijo Nick, caminando de un lado a otro. "Debemos infiltrarnos en su base, pero no tengo idea de cómo hacerlo."

Clara, con su pequeño gato de peluche aferrado a su pecho, lo observaba con atención. "Tal vez yo pueda ayudar," sugirió, su voz llena de confianza. "Soy solo una niña. Nadie pensaría que podría estar trabajando con ustedes."

"Eso podría funcionar," respondió Nick, sintiendo que la idea comenzaba a tomar forma. "Pero necesitamos una forma de distraerlos. Si pudieras infiltrarte, necesitaríamos algo que los mantenga ocupados."

Clara pensó por un momento, su mente trabajando a toda velocidad. "¿Y si hacemos algo como un servicio de entrega? Podríamos llevar paquetes a las casas del pueblo. Nadie sospecharía de una niña entregando cosas."

Nick se iluminó con la idea. "¡Eso es brillante! Pero primero, necesitamos cambiar nuestras identidades. Si la mafia nos ve, sabrán quiénes somos y no nos dejarán pasar."

"Podríamos disfrazarnos," sugirió Clara, su rostro lleno de entusiasmo. "Podríamos usar ropa de trabajo, como si fuéramos repartidores o algo así."

"Exacto. Y deberíamos hacerlo parecer un negocio legítimo," dijo Nick, sintiendo que el plan comenzaba a tomar forma. "Podríamos abrir una especie de empresa de entregas. Así, podríamos operar en el pueblo durante algunas semanas y hacer que todos se acostumbren a vernos."

"Sí, y mientras tanto, podríamos investigar y descubrir dónde tienen a Stiven," agregó Clara, emocionada. "Podríamos enviarle un mensaje para que sepa que estamos trabajando en su rescate."

Nick asintió, sintiendo que la esperanza comenzaba a crecer de nuevo. "Esto podría funcionar. Pero necesitamos prepararnos bien. Necesitamos un nombre para el negocio, un uniforme, y sobre todo, un plan sólido."

Clara sonrió, la emoción llenando su rostro. "Podríamos llamarlo 'Entregas Mágicas'. Así, las personas pensarán que traemos algo especial."

"Me gusta," dijo Nick, sintiendo que la idea les daba un giro positivo. "Ahora, vamos a buscar materiales para los uniformes y algunos paquetes que podamos usar. Cuanto antes empecemos, mejor."

**Preparativos para la Infiltración**

Con un renovado sentido de propósito, Nick y Clara comenzaron a recorrer el pueblo, recolectando cajas vacías y materiales para sus disfraces. Se detuvieron en un taller de costura donde Clara le pidió a la dueña algunos retales de tela. La mujer, al ver la determinación en los ojos de la niña, accedió a ayudarles.

"¿Para qué son estos trajes, querida?" preguntó la dueña, curiosa.

"Es para un proyecto escolar," respondió Clara con una sonrisa inocente. "Queremos hacer un negocio de entregas."

La mujer sonrió, disfrutando de la creatividad de la niña. "Eso suena encantador. Aquí tienes, y buena suerte con tu proyecto."

Con los materiales en mano, se dirigieron a un viejo cobertizo donde podrían trabajar en sus disfraces. Mientras cosían y decoraban las cajas, Clara seguía hablando sobre su plan.

"Podríamos hacer que los paquetes parezcan más interesantes. Tal vez agregar algunos dibujos o decoraciones," sugirió.

Nick asintió. "Sí, y mientras hacemos eso, podemos pensar en cómo nos comunicaremos con Stiven. Necesitamos una forma de enviarle un mensaje sin que nadie lo vea."

"Podríamos usar pequeños papeles dentro de los paquetes," propuso Clara. "Así, si llegamos a su área, él podrá encontrarlos."

Con cada idea que compartían, la emoción crecía. Se sentían como verdaderos aventureros, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.

**El Comienzo de "Entregas Mágicas"**

Finalmente, después de días de preparación, Nick y Clara estaban listos para lanzar su negocio. Se vistieron con los uniformes que habían creado: camisas de colores brillantes y gorras que les daban un aire amistoso y accesible. Colocaron un letrero en la puerta del cobertizo que decía "Entregas Mágicas - ¡Lo que necesites, te lo llevamos!"

El primer día de trabajo fue una mezcla de nervios y emoción. Clara, con Nino en brazos, se sentía como una heroína. "Recuerda, debemos actuar con naturalidad," dijo Nick, sintiendo que el peso del plan recaía sobre sus hombros.

Mientras recorrían el pueblo, comenzaron a entregar paquetes a diferentes casas. La gente los recibió con sonrisas, y pronto se corrió la voz sobre su nuevo servicio. "¡Mira, ahí van las Entregas Mágicas!" exclamaban los niños, corriendo a su lado.

Cada vez que entregaban un paquete, Clara aprovechaba para dejar un pequeño mensaje en el interior, esperando que Stiven lo descubriera.

"Esto es increíble," dijo Clara, mirando a su alrededor con entusiasmo. "Nunca pensé que podríamos hacer algo así."

"Lo estamos haciendo, y lo haremos mejor," respondió Nick, sintiendo que su confianza crecía. "Pronto, Stiven estará con nosotros de nuevo."

Con cada entrega, la conexión entre ellos se fortalecía, y la esperanza de rescatar a su amigo se volvía más real. La aventura apenas comenzaba, y Nick sabía que, juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que la mafia les presentara.

El negocio de "Entregas Mágicas" había despegado en el pueblo. Cada día, Nick y Clara recorrían las calles, entregando paquetes y ganándose la confianza de los habitantes. La gente comenzaba a reconocerlos como dos hermanos que habían decidido emprender un pequeño negocio, y su popularidad crecía con cada entrega.

Mientras Nick y Clara se disfrazaban con camisetas brillantes y gorros alegres, se sentían como verdaderos héroes. Habían cambiado sus nombres: Nick se convirtió en "Nico" y Clara en "Clara", una elección sencilla pero efectiva para mantener su anonimato.