El estruendo que había interrumpido el ataque de Li Xing provenía de la calle principal, donde una multitud se había congregado, gritando y empujando. Parecía haber estallado algún tipo de altercado.
Aprovechando la distracción, Stiven logró liberarse del agarre de los matones de Li Xing y se lanzó sobre el peligroso líder de la mafia china, forcejeando con él para quitarle la jeringa.
La violenta pelea se desató en el estrecho callejón, mientras Nick permanecía inconsciente, ajeno a lo que ocurría a su alrededor.
Li Xing era un adversario formidable, pero Stiven, impulsado por la adrenalina y el miedo, conseguía mantener el ritmo del combate. Ambos se golpeaban y empujaban, sin ceder ni un centímetro.
En un momento de descuido, Stiven logró arrebatar la jeringa de las manos de Li Xing. Pero el mafioso chino no iba a darse por vencido tan fácilmente. Sacó una afilada navaja y se abalanzó sobre el joven.
Stiven retrocedió, esquivando los ataques, intentando mantener la jeringa lejos del alcance de su enemigo. La lucha se había convertido en un peligroso juego del gato y el ratón en aquel callejón oscuro.
Mientras tanto, los secuaces de Li Xing observaban la pelea, sin saber muy bien cómo intervenir sin poner en riesgo a su jefe. Parecía que la balanza se inclinaba ligeramente a favor del joven Stiven.
De pronto, un ruido proveniente del fondo del callejón llamó la atención de todos. Una sombra se movía entre las cajas y contenedores apilados.
Li Xing se detuvo, distrayéndose por un momento. Stiven aprovechó esa oportunidad para lanzar con todas sus fuerzas la jeringa, que se estrelló contra la pared, rompiéndose en mil pedazos.
- ¡No! - gritó Li Xing, furioso, lanzándose de nuevo sobre Stiven.
Pero en ese instante, una figura emergió de entre las sombras, cayendo sobre el mafioso chino y embistiéndolo con fuerza.
Era Nick, que había recuperado el conocimiento y, con un poderoso impulso, había tacleado a Li Xing, salvando a su amigo.
La pelea se reanudó, con Nick y Stiven luchando juntos contra los secuaces de Li Xing, que se habían lanzado al ataque. La batalla en el callejón se había convertido en un caos de puños, golpes y gritos.