En una habitación oscura, los líderes de la mafia se reunieron para discutir sus planes finales. Li Xing, su mejor y más despiadado agente, se encontraba a la cabeza de la mesa.
"Hermanos, ha llegado el momento de lanzar nuestro ataque definitivo. Nick y Steven son una amenaza que no podemos permitirnos ignorar por más tiempo," declaró Li Xing, su mirada fría y calculadora.
Uno de los capos asintió con seriedad. "¿Qué propones, Li Xing? Debemos acabar con esos detectives de una vez por todas."
Li Xing sonrió con malicia. "Preparen a todos nuestros hombres. Esta vez, no habrá errores. Nick y Steven no tendrán escapatoria."
El ninja que había enfrentado a Steven y Ling anteriormente se acercó, inclinándose ante Li Xing. "Maestro, estoy listo para cumplir con mi parte del plan. Me encargaré personalmente de ellos."
Li Xing asintió con satisfacción. "Bien, mi leal ninja. Junto a ti, marcharemos con todas nuestras fuerzas. Nada ni nadie podrá detener nuestra cruzada."
Los demás líderes de la mafia se miraron entre sí, una mezcla de temor y determinación reflejada en sus rostros.
"Que así sea. Preparen a nuestros hombres. Llegó el momento de aplastar a esos detectives de una vez por todas," sentenció Li Xing, su voz llena de confianza.
La sala se llenó de murmullos y el sonido de planes siendo trazados. La mafia se estaba movilizando, lista para lanzar su ataque más devastador.
Nick y Steven, ajenos a la tormenta que se aproximaba, continuaban con sus vidas, sin sospechar la terrible amenaza que se cernía sobre ellos.