La revelación de la traición de Mei Lin había sacudido a Nick, Steven y Ling hasta lo más profundo. Pero no podían permitir que eso les hiciera bajar la guardia, pues ahora se enfrentaban a un enemigo aún más peligroso.
Mei Lin y Li Xing atacaban con ferocidad, aprovechando la sorpresa y la conmoción de sus oponentes.
"¿Cómo pudiste hacernos esto, Mei Lin?" gritó Nick, bloqueando los ataques de la mujer con dificultad.
Mei Lin se rió con desdén. "¿No lo entiendes, Detective? La mafia me ofreció mucho más de lo que ustedes podrían darme. El poder y la riqueza son todo lo que me importa."
Steven se lanzó contra el ninja, determinado a detenerlo. "Maldito traidor, pagarás por tus crímenes."
El ninja respondió con una serie de ágiles movimientos. "Ingenuo Steven, ¿realmente creíste que podrías derrotarme? Ahora que tengo el apoyo de Mei Lin, no hay nada que puedan hacer."
Ling y sus hombres luchaban con valentía contra los matones de la mafia, pero la traición de Mei Lin había debilitado su posición.
"¡No dejen que escapen! ¡Acaben con todos ellos!" gritaba Ling, tratando de mantener la moral de sus compañeros.
La batalla se libraba con una intensidad abrumadora. Nick, Steven y Ling se esforzaban por contener a sus poderosos oponentes, pero la traición de Mei Lin había trastocado el equilibrio de la pelea.
En un momento crítico, Nick logró acorralar a Mei Lin. "Mei Lin, por favor, recapacita. Aún puedes elegir el camino correcto."
Mei Lin lo miró con frialdad. "Ya he tomado mi decisión, Detective. No hay marcha atrás."
Ella lanzó una poderosa ráfaga de ataques, obligando a Nick a retroceder. Pero en ese momento, una voz familiar resonó en el lugar.
"¡Deténganse todos!" gritó una figura que se acercaba.
Era el Comandante Zhang, acompañado de un escuadrón de oficiales de policía.
"¡Policía! ¡Están todos bajo arresto!" anunció Zhang, con determinación en su voz.
La aparición de la policía cambió el curso de la batalla, obligando a Li Xing, Mei Lin y los matones de la mafia a intentar huir.
Nick, Steven y Ling se unieron a los oficiales para perseguir a los delincuentes. La batalla final se perfilaba más intensa que nunca.