Capítulo 12

Todo apuntaba a que pronto llovería, el calor abrasador, el olor a tierra húmeda, la brisa cálida que le despeinaba el cabello a Yana quien había insistido en llevarlo suelto a un entrenamiento mágico, del cual según las películas sobre escuelas de magia solo tomaría una varita en su mano e invocaría uno que otro hechizo.

Tomadas de la mano llegaron al simulador donde Asher con la indumentaria necesaria para la tortura, el hombre les hizo un ademan con la mano para que se acercasen cerrando la puerta automáticamente detrás de ellas, dejándolos solos en la habitación blanca. El espacio tenia un encantamiento especial sumado a las altas tecnologías que hacia del cuarto un lugar infinito, ya que las paredes no parecía estar conectadas por ningún lado, y aun peor, una vez las puertas cerradas y activado el modo entrenamiento, no se percibían las paredes mismas.

Yana le apretó la mano a Sarai al sentir el escalofrió que recorrió su cuerpo cuando el sistema eléctrico sello el cuarto. “Tomen” escucho antes de recibir golpe en la cabeza provocado por un tubo de metal, Asher intento no mirar lo que había provocado pues había jurado que por lo menos las dos sabrían atrapar. Ahora mismo su cabeza estaba hecha un caos, sabia de peleas, estrategias, movimientos de lucha y artes marciales, no tenia idea de como enseñar magia, y maldijo a quien le tocaba el trabajo. Era un brujo, si, de los mejores del reino, tal vez, en magia de batalla, pero no era un profesor.

No tenia tacto alguno, no sabia como explicarse, como tener paciencia o como siquiera ser amable como Lavina le había ordenado que fuera junto al estricto mandato de que quería a esas chicas haciendo magia en menos de un mes. Si quería que las extranjeras fueran brujas no seria mediante la amabilidad, o por lo menos no de parte suya. Apretó los puños e invocó una espada frente a la las dos mujeres que quedaron atónitas ante tal truco—esta es la canalización de mi magia—dijo rompiendo el silencio mientras que la espada plateada levitaba entre su mano y el piso en forma vertical—con fuerza mágica puedes materializar parte de tú esencia mística en un objeto que tomara forma según la necesidad que tengas, este te ayudara a canalizar los conjuros de manera más eficaz y rápida.

—como una varita mágica—susurró Yana a la otra con una risita que fue rápidamente callada por el profesor y su mirada se piedra.

—básicamente si, una varita mágica es una forma antigua que resultaba en la época de las cavernas, pero al final de cuentas es lo mismo, es un material de apoyo, uno que recitaran por el momento. Lo primero que aprende un mago es a identificar su tipo de magia, ya sea el elemento con que tenga mas afinidad de la naturaleza, pero en su caso es diferente ya que sus elementos no pertenecen al pentagrama original, sino a algo mucho mas allá, la luz y la oscuridad—aquel parloteo interminable solo hacia una cosa en la cabeza de Sarai y esto era confundirla, se sentía en medio de una clase compleja de biología mezclada con historia y algo de química por lo que realmente no estaba prestando atención a nada de lo que el decía, miraba en su dirección pero su punto fijo se encontraba mucho más allá, concentrado en el borde imaginario del espacio infinito que las contenía preguntándose como habían logrado aquel efecto y si que de ser posible podría caminar y tropezar de repente con una pared, en cambio Yana escuchaba al muchacho como si de su boca saliera música. La magia la aterraba pues era fiel creyente que esta quiso matarla, pero salido de esos labios, mirándola como la miraba cada silaba, cada gesto era algo que podía quedarse sencillamente grabado en su memoria junto a todo el físico visual que recibía… ahora en cambio a la información en si entendía tan poco como lo hacía la otra.

Asher camino lejos de ella percibiendo que no lograría nada con pura palabrería, se colocó un sincronizador en la oreja bajando las luces del lugar hasta hacer la habitación más oscura y fijar frente a ellos una diana en el horizonte tiñendo el espacio de un color rojo neón.

—la magia como le llamamos no son mas que ondas cerebrales, vibraciones que interactúan con nuestro ambiente, un musculo intangible que con la cantidad de entrenamiento suficiente podrán utilizar, así como un brazo, una pierna o cualquier otro musculo que tengan, por lo que solo tiene que enviar una orden.

— ¿una orden? Así como decir “ábrete sésamo” —Sarai había aprendido a aceptar un poco mas esto de que la magia era real por su pura experiencia, pero no era conocida como una creyente de nada, pues para misticismos y demonios ya tenía a su otra mitad.

—así de simple—respondió Asher con los brazos cruzados—aunque para cosas sencillas no hace falta decir conjuros tan solo basta con quererlo lo suficiente y que tu energía mágica te respalde—Asher se acercó y la ubico por los hombros justo enfrente de la diana—cierra los ojos—Sarai los cerro desconfiada—ahora imagina que golpeas esa la diana con un rayo láser—solo Yana pudo ver como Sarai enarco las cejas— levanta la mano en dirección al frente, recuerda la sensación de llevar algo poderoso dentro, como si la base de tu estomago se calentara y que este calor va subiendo poco a poco hasta llegar a tu pecho y como si esto fuera una bola de energía dirígela por tu mano extendida y hasta la punta de tus dedos, cuando sientas un cosquilleo solo expúlsalo— la narración del peliblanco le parecía hilarante, algo así como un couch de energía vital, pero no fue hasta que verdaderamente sintió un cosquilleo en su mano, un adormecimiento en el dedo como si tuviera corriente en el mismo que abrió los ojos y vio salir de su mano un brillo parecido al de aquella vez cuando recién llegaba—no ha resultado como esperaba pero… asumo que es un avance—dijo sin estar realmente decepcionado—ahora si le pones algo del empeño que pusiste a ignorarme todo este tiempo seguramente podrás materializarlo, después de todo no tienen nada dentro de si que les impida destruir toda esta instalación.