Creía que la felicidad
estaba en lo material,
creía que el dinero
me ayudaría a sanar.
Pero de nada me sirvió
todo aquello que creía.
Nada era suficiente,
nada era de por vida.
Yo era alguien diminuta
entre un mil millones
de personas muy astutas.
Como aguja en un pajar,
muy difícil de encontrar.
Era grande el mundo
o yo muy pequeña,
era azul el océano
o muy grande el cielo
que solo por el reflejo
tan inmenso e intenso
parecía tener color,
pero nada era cierto
al momento de la percepción.
Cada gota de agua
se transparentaba,
y al llegar al espacio
el color ya no estaba.
Todo era una fantasía,
como en el mundo,
nada se parecía.
Una sola verdad
y muchas mentirad.
¿Tenía que elegir?
De ser así, no podría.
El mar gigante,
profundo,
tan difícil de entender,
con peces por todos lados,
y misterios por resolver.
El universo infinito,
imposible,
tan difícil de entender,
con estrellas por todos lados,
y misterios sin resolver.
Los secretos duran por siempre
y los misterios nunca se resuelven.
Nada soy yo a su par,
tan chiquita,
como una hormiga,
y tan grande,
como un elefante.
Algo más grande que el poder,
algo más asombroso debe haber.
Algo que sane mi alma debe existir,
algo que llene el vacío que ahora hay en mí.
Encontré algo que me hace feliz.
Investigar el mundo, el universo,
y todo lo que me lleve
a una aventura nueva,
con miles de cosas por descubrir,
que pueden guiarme
para encontrarte a tí.