El Mundo Mágico de Charlie: Primer Libro

Capítulo 5

Una nueva amiga se une al viaje de Charlie. La vida es más entretenida cuando alguien nos acompaña. Charlie descubre que su viaje no será tan fácil como pensó. En la vida muchas veces tendremos que enfrentar momentos adversos, pero es parte de lo que cada héroe tiene que vivir. Cada uno de nosotros es un héroe potencial.

 

La niña no se detuvo y al seguirla  vio varias tiendas. Había una donde las paredes, también las ventanas y todo lo que había dentro, estaban hechas de caramelo. Luego pasó por una chocolatería hecha de chocolate. Incluso podía ver a algunos niños comiendo parte de la puerta principal. Llamó su atención una tienda de algodón, caramelo y manzanas acarameladas, otra de sombreros, rompecabezas, paletas, palomitas de maíz y bebidas exóticas, hasta que finalmente la niña se detuvo. Era de piel morena clara, cabello castaño, ojos grandes y constitución atlética. También tenía un brazalete. La chica tropezó y Charlie logró sostenerla antes de que cayera al suelo. Ella le dio las gracias y le preguntó:

-¿Eres un humano?

-Sí

-¿Y quién eres tú?

-   Soy Julie, también soy humana.

-¡Qué gusto conocerte!

-   ¿Sabes dónde puedo encontrar el Salón de los Sueños? Tengo que ir a este lugar y perdí el mapa que me dieron donde indicaba cómo llegar.

-Vaya, qué coincidencia, porque también lo estoy buscando. -Tengo una idea de cómo encontrar este lugar y si quieres te guiaré, ya que también iré allí. No sé si te sucedió lo mismo que a mí, pero me imagino que apareciste en este lugar fantástico con un libro, una nota y un mapa en la mano.

-Sí, y lo más curioso es que había soñado antes con la nota. Al principio soñé que entré en un castillo de cristal y luego un caballero de barba negra me entregó la nota, que se veía borrosa, así que traté de leerla, pero no pude. Traté de recordarme la nota y cuando lo hice, aparecí en este lugar.

Charlie, sorprendido, respondió:

-¡Qué casualidad! Me pasó casi lo mismo.

-¿Te ha gustado el lugar? 

-¡El lugar es increíble! Nunca imaginé que algo así existiera. Es como en los sueños. Por cierto: ¿Ya conoces el cuarto oscuro?

-No, no tengo idea. ¿De qué se trata?

-Es fabuloso, entras y todo brilla. Caminas por un jardín en el que todo es fosforescente y miles de insectos parecidos a las luciérnagas te rodean cuando caminas; luego subes algunos escalones que te dan la sensación de que estás entrando al espacio. Al final, sales y llegas a un área donde puedes ver un espléndido cielo, donde pasan cientos de aves de diferentes colores. Luego llegas a algunas cuevas, y dentro hay un restaurante que parece estar esculpido en piedras de colores brillantes, que emanan un sorprendente resplandor de luz. La verdad es increíble.

 

Charlie no tuvo la oportunidad de entrar al cuarto oscuro, pero sí a la tienda de juguetes, le preguntó:

-¿Has entrado ya a la juguetería?

-No, aún no, pero qué te pasa estás más loco que una cabra. ¿Por qué voy a entrar en una tienda de juguetes, si todo el desfile es sobre juguetes, juguetes y más juguetes? 

Charlie se sorprendió de la forma inesperada en que Julie respondió; más aún  con la poca confianza que tenían. Todavía no conocía a Julie y le pareció un abuso. Respondió molesto:

-Bueno, eso es lo que dices, porque no has entrado. Te cuento un poco más para que te informes.

Mientras Charlie intentaba contarle a Julie cómo era la tienda de juguetes y su experiencia con las bolas de colores a su nueva amiga incrédula, un hombre pasó a repartir volantes. Los folletos eran de una tienda de mascotas que estaba a una cuadra de donde estaban. Decía:

-Si buscas la mascota de tus sueños, la tenemos.

Julie, que estaba fascinada por los animales, muy entusiasmada, le dijo que la acompañara a esa tienda.

 

Desde pequeña, era amante de las mascotas. Tenía doce años y vivía en San Diego, muy cerca del famoso zoológico. Su padre era un veterinario de reconocido prestigio y trabajó como director de cirugía en el zoológico; por razones de trabajo tenía que llevar diferentes animales a su hogar. La ilusión diaria de Julie era ver qué nuevo animal había llevado. Había tenido la oportunidad de ver varias aves, leones, iguanas, cebras e incluso una jirafa. Su padre, en muchas ocasiones, trajo animales recién nacidos y tenía una habitación con incubadoras, a la que Julie ingresaba en secreto y los acariciaba sin que su padre se diera cuenta.

 

Ella tenía dos perros que recogió en la calle, una nutria escondida en la bañera de su habitación, que misteriosamente hizo desaparecer  de un camión, un gato tuerto, una colección de peces, una cabra que se alimentaba de las plantas ornamentales (de los jardines vecinos), un mono inteligente de muy buenos modales, dos tortugas fuera de lo común, un pavo que se salvó del Día de Gracias y una guacamaya habladora, que imitaba las noticias. Todos estos animales eran sus mascotas.

 

Siguieron las indicaciones del volante y casi de inmediato lo encontraron. Julie estaba ansiosa por entrar, corrió apresurada hacia la entrada, donde estaban algunas guacamayas, pero con combinaciones de colores muy vivos, que nunca había visto, ni siquiera en los libros de aves que tenía su padre.

Había peces exóticos, delfines en miniatura, perros con cuerpos de foca, canarios con tres patas, iguanas con colores fosforescentes, ratones con orejas de conejo y otros animales muy extraños.   A Julie le llamó su atención unos gekos que hablan. Tenían un vocabulario peculiar y la hizo reír cuando llamaron a Charlie niño orejón. Parecían loros y uno de ellos repitió varias veces: 

-Niño orejón, sácame de aquí.

 

Charlie, estaba preocupado, se tocó las orejas para ver si era verdad. Luego le dijo a Julie:



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En el texto hay: fantasia, juvenil, aventura accion

Editado: 22.02.2021

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