El nacimiento de una nueva flor.

XXIII

XXIII

Respiración Profunda

 

 

 

Respiración profunda,

donde la sal y la brisa se mezclan para preparar la lluvia.

Movimientos descontrolados, donde toda vida, busca una salida. Deseosa de tu llegada, extiendo mis brazos para ser llenada.

No tengas prisa, no seas momentáneo, que mi piel delira por ser tocada y arrastrada en tu eterno navegar.

Sed eterna, donde las flores silvestres piden que te quedes un poco más.

Corro por las veredas de tu corazón, mientras la lluvia me acompaña, fiel amiga que cubre mis lágrimas.

Respiración profunda,

olores que jamás se olvidaran, donde los besos llegaron para no irse nunca más.

No aparezcas deslumbrante sol, deja que la obscuridad permanezca, para así guardar nuestro secreto, donde ningún rastro quedara.

Las gotas poco a poco caen sobre una muñeca de porcelana, que pronto rota estará.

La brisa no descansa, haciendo que busque tranquilidad en tus brazos los cuales se amoldan como si fueras parte de mí.

Fue muy breve la llegada de la tan anhelada lluvia, tierra árida del sur, que con un solo sorbo de ti, se siente como el vino dulce pasar por mi garganta.

Solo ecos quedan de lo que antes fue, un frio invade mi ser y su abrazar de momento solo calma dejara, con un corazón delirante del amor que se aproxima en su viajar.

 

 




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