La dama que acaba de entrar a mi oficina es Bianca Parisi, viuda el millonario Matteo Parisi, un genio informático que creo una aplicación de realidad virtual que revoluciono el mundo (de la cual les hablare más adelante), su familia llego a ser una de las más ricas de la ciudad, todo el mundo sabía quién era, así que es imposible que ella haya sido la que me envió la misteriosa carta de anoche, una mujer de su calaña jamás se fijaría en un tipo como yo, siento una decepción enorme. Últimamente se le veía mucho en diarios, o noticieros, pues estaba en juicio en contra de NEÓN CORP, la corporación que es dueña de casi todo en esta ciudad, su marido antes de fallecer le vendió los derechos de su aplicación a la corporación, pero ella alego que jamás le llego todo el dinero acordado, así que se decidió demandarlos , el juicio ha durado meses, parece novela, de las malas, pero hay que tener agallas para hacerle frente a una multinacional que decide hasta que alcalde poner en esta maldita ciudad.
Viste un elegante abrigo negro, y guantes azules de seda, está sentada frente a mí, su perfume es un dulce aroma que impregna toda mi oficina, a pesar de ser una señora que oscila los 60, es guapa, no me dejo de preguntar a qué se debe su visita.
- Usted es un detective privado, ¿verdad? - me pregunta.
-Así, es Facundo Palomino, un gusto-le respondo de forma cortes, estoy nervioso no sé por qué.
-Le molesta si fumo? - me pregunta.
- No hay problema- mientras la veo sacar una cajetilla de marca cara, que yo igual fumaba... cuando tenía dinero claro.
-Bueno le cuento porque estoy aquí- me dice mientras se levanta en dirección hacia la ventana lateral , su mirada parece perdida, mientras da bocanadas de humo-hace alrededor de 3 meses mi hija Antonella salió una noche, dijo que iba a juntarse con amigos al centro comercial en galería Venus, pero jamás volvió, nunca me daba problemas, no era un santa pero tampoco un mala muchacha, estudiaba informática, excelente alumna, pero de repente cambio su personalidad, ya no me contaba lo que hacía, se perdía por días, comenzó a visitar bares, a cambiar amistades, visitaba el centro comercial, ese lugar está lleno de gente de todo tipo, jamás me gusto, hasta dejo de ir a la universidad, y nunca más volvió .He pedido ayuda a la policía , pero son todos unos corruptos influenciados por esa maldita corporación, a la cual demande así que por eso , su ayuda no ha sido del todo eficaz.
De repente hace un alto, da otra bocanada, se gira y me mira. el ruido de los autos voladores afuera en la ciudad es brusco.
-Mi actual situación económica- me dice mientras agacha la mirada- no es del todo buena, y en cierta parte por eso recurro a usted-golpe bajo eso me ofende, lo disimulo, pero me ofende, aunque tiene razón, jamás he sido un detective connotado, nunca he tenido una portada de diarios como otros - le pagare hasta el último centavo, pero encuentre a mi hija, como sabrá soy viuda y es lo único que tengo.
Le pido una foto de su hija, para saber cómo es, la examino, una chica de piel muy blanca, es muy guapa, tiene la belleza y los ojos verdes de la madre, un corte pelo algo particular una mitad de color rosa la otra de un azul oscuro, y un piercing en la nariz, un look irreverente el de Antonella.
Madamme se retira, dejando todo en mis manos, sé por dónde empezar, iré a los lugares que la chica frecuentaba, el centro comercial, los bares, la galería Venus, pero... no es más que un caso del berrinche de una niñita malcriada que se escapó de casa, y debe estar borracha en la casa de su novio, pienso. Aunque después de un largo tiempo vuelvo a tener trabajo, tengo una nueva motivación, debería de estar agradecido.
Me rebajo la barba, me engomino el pelo, alimento a mis peces virtuales, tengo varios de casi todos los colores, pero no son reales, pues tanto animales y plantas ya no existen en esta época y salgo al mundo, es otro día más en Ciudad Vestigio, así se llama este maldito lugar, una tarde de fina lluvia me recibe, la calle es un caos, robots dirigiendo el tránsito, haciendo el trabajo de la policía, hologramas que proyectan a lindas chicas haciendo publicidad de ropa con el último grito de la moda, publicidad de productos de belleza, de teléfonos, de un sin fin de cosas. Los puestos de comida invaden casi toda la calle, no solamente atendido pos sus dueños sino también por robots que son sus ayudantes los cuales son muy eficaces en su labor, el aire es una mezcla de olores de los más diversos platillos, letreros de locales comerciales con luces de neón de hermosos colores intentan darle vida a este gris lugar.
Me siento raro entre la gente, mis salidas eran casi solo nocturnas y solo a bares, me siento renovado, mi vida vuelve a tener sentido y ahí voy, camino al centro comercial Venus, que está en la parte más alta y moderna de la ciudad, voy por ti Antonella, donde sea que estés te encontrare.