El Naugrafo Maldito

Capítulo 8: La visión de Akeeva el secreto del ayer

A medida que avanzamos en nuestro viaje por el barco maldito, siento que el cansancio comienza a pesar sobre mí. El miedo se arraiga profundamente en mi ser, similar al temor que Sofía experimentaba. A pesar de saber lo que debo hacer, tengo miedo. Miedo de que las cosas salgan mal y de que no podamos encontrar una salida. Miedo de que, por mi culpa, Abe resulte lastimada en el proceso.

 

Recuerdo vívidamente el momento en que solté la mano de Abe y pude presenciar la conversación entre Sofía y Luz. Era evidente que ambas estaban en desacuerdo sobre la decisión de poner fin a esta especie de maldición que nos había atrapado en el barco. La tensión y la emoción llenaban el aire mientras discutían acaloradamente.

 

La disputa alcanzó su punto máximo y, en medio de la angustia y la desesperación, Luz atacó a Sofía con una fuerza incontrolable. El resultado fue devastador: Sofía quedó transformada en una perla brillante la misma que se me fue entregada en mis sueños y seguramente la misma que utilizo aquel doctor en aquel entonces el tiempo y las dimensiones en ese instante parecían absurdas tras lo presenciado en estos días. La escena fue desgarradora, y el miedo se apoderó de mí al ver las consecuencias de nuestras acciones.

 

Desde ese momento, una sensación de pánico se ha arraigado en Luz. “Nos dirigimos a un laboratorio marino, donde hemos distribuido nuestras tareas para cuidar de Sofía y buscar una forma de devolverla a su forma original” exclamo luz tras haber convertido a Sofía en una perla. En medio del caos, un joven doctor ha llegado al lugar. Sorprendentemente, él también ha sido acogido por el barco con la esperanza de salvar a Sofía.

 

Sin embargo, “oye luz el doctor ha comenzado a investigar con nosotros”, esto reviviendo los traumas que los chicos experimentaron. En un momento de descontrol, atacaron al doctor, recordando el sufrimiento que habíamos experimentado. Pero el doctor ha logrado regresar al presente gracias a la perla, ese pedazo de roca que antes creíamos insignificante, pero que en realidad alberga el poder de regresarnos a casa.

 

Ahora nos enfrentamos a una encrucijada. Abe desea salvar el barco, aunque eso implique nuestra propia supervivencia. Su objetivo es romper la maldición y hacer que el barco desaparezca, pero eso significaría que dejemos de respirar, ya que nos encontramos en el pasado, debajo del mar, sostenidos por una extraña magia que nos permite respirar bajo el agua.

 

El dilema es desgarrador. El pensamiento de abandonar el barco y salvar nuestras vidas choca directamente con el deseo de Abe de salvar a aquellos que han sido condenados por la maldición. Nos encontramos en un punto crítico, donde cada decisión tiene consecuencias significativas.

 

En medio de esta tensión y miedo, debemos sopesar las opciones y tomar una decisión que defina nuestro destino. Nuestro viaje está llegando a su punto culminante, y el tiempo apremia. ¿Qué camino elegiremos? ¿La supervivencia o el sacrificio por el bien de aquellos atrapados en la maldición del barco?

 

 

Yo realmente estoy asustado y llevo le doy una perla falsa a luz esperando que ella se aleje para contarle a abe lo que vi.




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