A la mañana siguiente, y como es de costumbre, el director de aquel medio se sentaba en su despacho a leer todos los diarios del país, (es una rutina de los directores de medios). Al hojear un poco, notó un reportaje completo de dos, tres y hasta cuatro páginas de la vida de su viejo colega Don Elpido Báez. Todos los periódicos tenían un reportaje familiar, todos, menos el que él dirigía.
En ese mismo momento, y en aquella habitación traslucida, con aquella mesita de caoba alumbrada por una lámpara que colgaba del techo, doña Ramona y su hija acomodaban los periódicos que al día anterior se habían desalborotados, al instante que la hija de esta preguntó: "¿Costo mucho dinero hacer la publicación que hiciste en todos esos diarios?" Doña Ramona contestó: "Un poco, pero valió la pena". Al instante su hija miró aquel lugar que estaba adornado de viejos periódicos y comentó: "Esto pronto se volverá un nido de ratas". Pero su madre repuso al segundo: "Te aseguro, que las ratas más peligrosas tienen sus nidos mucho más lujosos que este".