Domingo 23/Febrero/2014
¿Recuerdas aún a tu primer amor? A esa persona por la que jurabas amor eterno, a pesar de que quizá él no estaba muy percatado de tu existencia, ¿La recuerdas aún? ¿Recuerdas lo que sentías? Las mariposas en el estómago, tus manos sudorosas y lo estúpidamente cursi que te volvías. ¿Lo recuerdas?
Si tu primer amor fue correspondido, en verdad te felicito, dicen que es la experiencia más hermosa del mundo, y el dolor más mortal después.
Si por el contrario, no tuviste esa suerte, puedo decirte que te compadezco, que te puedo entender. En esos casos, puedo decir que el amor no correspondido es el más puro y peligroso que puede existir. Es puro, porque no esperas nada a cambio, amas a pesar de que sabes que esa persona tal vez jamás se percaté de lo que sientes, y si llega a percatarse probablemente no le importa; sin embargo es peligroso porque tal vez deje de ser amor, y simplemente se convierta en obsesión.
Mi primer amor sucedió cuando tenía 12 años. Yo era inocente, tonta y ridícula, mucho más de lo que soy ahora. Lo conocí antes de entrar a la secundaria, en un evento político, de esos que hacen los candidatos a algún puesto para tratar de encajar con el pueblo (Aunque son mucho más pueblerinos que nosotros). Por alguna razón él estaba cantando, y su voz me cautivó. No exageró cuando digo que jamás había escuchado voz que se le comparara, y aún no encuentro una que siquiera trate de alcanzarla.
Ahí empezó todo. Todavía recuerdo que fue un 24 de agosto, el día que conocí por primera vez la sensación de querer conocer a alguien, conocerlo de verdad.
Cuando el terminó de cantar me acerqué a halagar su presentación, él tenía 14 años pero aun así me parecía muy grande. En ese entonces lo más popular era el Facebook, así que intercambiamos los nuestros.
Empecé a emocionarme enormemente cuando él me hablaba, aunque no habláramos gran cosa, pero con cada pequeño detalle que conocía de él me enamoraba más. Sentía que era la persona perfecta para mí. Nadie tenía idea de todo lo nuevo que estaba sintiendo, en ese entonces no tenía muchas amigas, y además me agradaba que nadie se enterara, era como mi secreto, y así quería que se mantuviera.
Pero después de un año y medio de hablarle sólo en ocasiones, una madrugada, (El momento en el que tus dedos y sentimientos se ponen en tu contra) decidí enviarle una larga carta, expresándole todo lo que sentía, no me guarde nada.
"Te amo" fue lo último en el mensaje. Y ahora no estoy segura de que en ese entonces yo sintiera amor por él, probablemente solo fue obsesión.
Y luego el famoso "Visto a las..." adorno nuestro chat por días, incluso tal vez semanas. Y en lugar de olvidar todo de una vez, comencé a volverme ansiosa, tenía solo trece años, me faltaba poco para cumplir los catorce. La peor época de mi vida. No me sentía muy segura con mi cuerpo, con mi manera de ser, nada de mi persona en sí me terminaba de convencer. Y las personas parecían huir de mi, las chicas me consideraban una idiota, y para los chicos no era lo suficientemente buena. Él, Axel, era el único que parecía prestarme atención, me hizo sentir que yo le interesaba a alguien, y de repente desapareció, probablemente por mi culpa.
En ocasiones, él se conectaba, y yo esperaba que me respondiera, pero obviamente no lo hacía. Pero bien dicen que las cosas llegan cuando dejas de buscarlas; una noche de insomnio, de esas que los pensamientos no te dejan en paz, decidí tomar mi teléfono para distraerme un poco. Y ahí, como si estuviera esperándome, la notificación de un mensaje brillaba en la pantalla:
"Hola, perdona que tardara en contestar, pero es que la verdad no tenía idea de que contestar. Me hiciste sentir sumamente halagado. Deberías entender que, en ocasiones, por más de que encuentres a una persona que merezca el cielo y las estrellas, tú simplemente no puedes enamorarte de ella. Por qué el amor no es algo que decidas sentir, o algo que enciendas y apagues a tu antojo. Eres una niña hermosa, que merece mucho más que un tipo como yo, y aun tienes mucha vida por delante, encontraras a alguien que valga la pena. Me hubiera gustado verte y decirte todo esto en persona, pero mañana tomaré un avión rumbo a Albuquerque, y quizá este sea el último mensaje que recibas de mi parte, al menos por un tiempo. Te quiero"
Y en ese momento, descubrí por primera vez, lo que se sentía llorar en silencio frente a una pantalla.
El dolor, no fue eterno, poco a poco comencé a olvidar. Incluso, cuando cumplí dieciséis y me di cuenta de que Axel al fin había vuelto, no me importo. Alguna vez llegamos a hablar, pero los temas eran monótonos e incómodos, eso tampoco me importó.
Sin embargo hoy, cuando caminaba hacia mi hogar después de una larga jornada escolar, disfrutando de la música proporcionada por mis audífonos, lo vi. Quise evitarlo Pero reaccione demasiado tarde. Estuvimos frente a frente, y aun así para él fui invisible. Y no lo culpo, yo no saludaría a una vieja amiga cuando voy de la mano con mi novio, y mucho menos si mi "novio" porta con orgullo un anillo en su mano izquierda.