Él no es tan malo

Capítulo 4

Emma Adams

Me encuentro en el central park, pasando una excelente mañana de feriado por el día del trabajador...

O al menos eso planeé, ya que no paro de recibir llamadas de Marck. Maldigo el día, minuto y segundo en que Kate le dio mi número. 

Literal, estoy apunto de tirar mi móvil al agua; lo haría de no ser porque quedé en almorzar con mi querida prima y no tendría dinero para comprar otro.

El dinero que papá me manda es suficiente para la renta y comida, pero no para darme el gusto de tirar celulares nada más por inútiles cómo Marck.

El la décima octava llamada, decidí contestar...

- ¿Qué quieres?- pregunté dándole un mordisco a mi manzana.

- ¿Almorzamos juntos?- propuso.

- No puedo, estoy fuera de casa- dije.

- Ya lose, estás en el lago Pond, unos cinco metros frente mío- afirmó.

Volteé la cabeza y allí estaba el muy tarado, viniendo hacia mí con una sonrisa victoriosa mientras se guarda el móvil en el bolsillo.

-Hola- dijo sentándose de piernas cruzadas a mi lado.

- ¿Qué quieres?- 

- ¿Puedes dejar de tratarme así?- suspiró- Yo no voy a hacerte daño-

- No pienso que lo harás- mentí.

Por supuesto que puede hacerme daño, si quiere...

- Emm- llamó mi atención- ¿Podemos almorzar juntos?. Quiero conocerte-

Algo en su voz cambió, sonaba tierno o eso creo. Mantuve la vista en mi fruta, ¿qué necesidad tengo de conocerlo?, ninguna. Pero si puedo ayudarle, a que al menos consiga un empleo decente.

- Es temprano para almorzar- sonreí- Pero si quieres podemos hacer tiempo yendo al súper y luego cocinar en mi departamento-

- Suena bien- sonrió.

Fuimos al supermercado y compramos todo lo necesario; él se ofreció a pagar y no quise ser grosera pero no se lo permití, no voy a comer de un dinero sucio.

Cocináremos carne asada con puré de papas, quizá no sea algo muy gourmet, pero quitará el hambre.

-¿Tus padres no están?- preguntó mientras yo cortaba algunas verduras.

- Vivo sola- me limité a decir.

- ¿Necesitas ayuda?- 

- Sí. ¿Puedes hacer la mesa?- dije.

Asintió y empezó con la labor, aún no tuve tiempo de desempacar por completo, y agradezco a la abuela que me haya regalado un juego de cubiertos extra.

- ¿Me dirás que tipos de padres dejan a una niña tan bonita viviendo sola?- dijo apoyándose por la encimera.

- Mi padre trabaja mucho y mamá murió hace un año- dejé de triturar las papás- Pero fue decisión mía- me encogí los hombros y continué con mi trabajo.

Por un momento olvidé su verdadera identidad; es una buena persona pero hace cosas malas, lo cual me confunde.

- Entonces podemos ser amigos, claro, sólo si quieres...- propuso.

- No estaría mal- lo miré y sonreí.

- Sobre el trabajo de literatura... ¿Cuándo quieres hacerlo?-

- De hecho, ya leí un libro. Si no te molesta haré el trabajo sola- dije.

No es que quiera hacerlo todo, simplemente ya leí Don Quijote de la Mancha, y veo necesario hacerlo de nuevo.

- Me parece bien-

Cuando las comidas estuvieron listas, las servimos y comimos.

No hablamos, solo comimos y me dijo alguno que otro halago por lo bien que cociné. No fui modesta, porque aunque no pareciera cierto, la comida resultó exquisita.

Ahora nos encontramos en un debate sobre que película nos conviene ver.

- Elige tú- terminó diciendo.

- ¿De verdad?- lo miré- Elijo Son como niños-

Él sonrió sin mostrar los dientes, yo coloqué el disco en el dvd y le di play.

Esta película marcó toda una etapa de mi vida. 
Cuando mamá murió, mi amigo Nickolas intentaba hasta lo imposible para hacer sentirme mejor. Siempre llevaba películas de Adam Sandler, y de todas, esta es mi preferida.

En el momento en que decidí venirme a vivir a Nueva York, estaba tan molesta que ni siquiera pensé en cuanto extrañaría a Nick.
El problema era con papá, y ahora que ya lo tengo todo arreglado con él, me gustaría volver.

Estando en el tema, no hablo con mis amigos desde que vine...

- ¿Todo bien?- preguntó.

- Sí- dije y me senté a su lado, en el sofá.

- Emm- llamó- Gracias por no decir nada a la policía-

- No lo haré, si tú prometes no volver a hacer ese tipo de trabajos- dije.

- Lo prometo- 

Sin previo aviso se acostó con la cabeza en mis piernas, tampoco me negué, solo acaricie su sedoso cabello.

Dejé de prestar atención en el televisor y observé su tatuaje apenas visible por la posición en que se encuentra.

Caí en cuenta de que está dormido, su semblante es tranquilo y eso me dice que no es tan malo.

Hace tres horas lo tengo en mi casa, y no me ha tocado un solo pelo sin que yo se lo permitiera. Tampoco dijo nada fuera de lugar y dejé de verlo con esa imagen de chico malo.

Tal vez solo no quería defraudar a su jefe, o necesitaba el dinero, no lose.
Hasta ahora Marck es un terreno no inspeccionado.



#48951 en Novela romántica

En el texto hay: robo, amor odio, amor amistad juvenil

Editado: 29.05.2018

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