El Novio de mi Mejor Amiga

Capítulo 6.- Tensión de Luz y Alegría (746)

Lucero

—¿Qué? —le pregunté nuevamente a mi novio, faltaban todavía unos minutos para que las clases empezaran.

—No me pidas que te lo vuelva a repetir —me respondió mal, ahora entendía porque no quería decírmelo por mensaje o llamada.

—Entonces me besó para saber si era yo quién le gustaba. —el asintió.

—Y se fue para poder procesar lo que sintió. —añadió.

No sabía que sentía realmente, era una mezcla demasiado variada.

Me sentía en parte honrada de que ella hubiera pensado que era yo quién le gustaba, aunque agradecida de que no fuera así, pues no podía corresponderle sus sentimientos y no hubiera querido lastimarla.

Pero que le gustara mi novio, no sabía si eso me daba solo furia porque no haya sido capaz de decírmelo, o celos por la posibilidad de que me quisiera quitar el novio, o tristeza por la idea de que ella se deprimiera en mi presencia a partir de ahora, por ser yo la razón de que ella no pudiera estar con quien amaba.

—¿No vas a terminar conmigo por eso verdad? —me preguntó algo preocupado.

—No, no estés tan paranoico, sabes que estoy enamorada de ti, esto no es tu culpa —le respondí fingiendo una sonrisa y lo besé—. Vamos a clases.

A veces me parecía desesperante la baja autoestima que Alan tenía, con respecto a nuestra relación, en especial cuando el tema de Alaia llegaba a nuestras charlas.

El creía que no lo notaba, pero los ratos en los que él y Alaia habían estado a solas, estaba retándola, no necesitaba oírlos para notar que dejó que sus celos controlaran sus ideas y lo guiaron a retarla a arrebatarme de él. Por eso sabía que el era responsable de impulsarla a besarme, aunque no sabía exactamente que había dicho.

—¿Qué sucede contigo y Alan? —preguntó Jeris en la clase. Una de mis amigas.

—La semana pasada le presenté a Alaia —expliqué—, y antes de ayer, Alaia, ella me beso y luego…

—¿Te besó? —parecía conmocionada.

—Todos es culpa de Alan, el vio celos en ella cuándo la presente, y pensó que era porque yo le gustaba y la reto o algo así. Y ella lo hizo para saber si el había acertado. Pero no era así.

» Resultó que quién le gustaba era Alan.

—¡¿Qué? Dices que a…! —le tapé la boca tan rápido como pude reaccionar.

—Señoritas, pueden continuar su tan animada charla afuera, odiaría que mi clase las interrumpiera. —ironizó el profesor, pero sabía que era más bien una orden, y que no había disculpa que lo convenciera de no sacarnos de la clase.

Ambas nos levantamos y salimos, dejando nuestras cosas en el aula pues teníamos más clases luego.

—Perdón.

—No importa, igual no podría concentrarme en la clase —intenté restarle importancia a la situación—. No se que hacer. Nunca me había imaginado esta situación.

—¿Acaso no es obvio? —preguntó.

—No puedes dejar que ella te…

—Ella nunca lo haría, prometió que ningún hombre rompería jamás nuestra amistad.

—¿Crees que eso importará si se enamora?

—Sus padres se divorciaron por que un engaño de parte de una amiga de su madre —se notó un gesto de comprensión en ella—, simplemente Alaia no podría vivir si hace eso —recordar aquel principio básico de su personalidad quitaba una opción de mis temores, algo que le agradecía.

—¿Entonces el problema es…?

—¿Puedo yo continuar con Alen sabiendo que ella lo quiere también?

—¿Ese es tu problema?

—Si, o sea, ella a estado mal desde el divorcio de sus padres, se suponía que yo la ayudaba a alegrarse, pero ahora soy otra razón más de su tristeza. —no escondí lo mal que me sentía.

—Tranquila a lo mejor es solo algo pasajero y llega desenamorarse de él —me ánimo.

—¿Y si eso no ocurre?

—Bueno, los árabes aceptan que un chico esté con varias chicas, —me quede perpleja— claro tendrías que convencer a Alan de eso y cruzar los dedos para que con el tiempo el pueda corresponder los sentimientos a ambas pero, si tu estuvieras dispuesta a compartirlo podrían intentarlo. —su voz era dubitativa.

—Ya entiendo porque mi madre cree que eres una mala influencia.

—Yo solo…

—Es buena idea, si llega a ser necesario consideraré proponérselo a Alan, pero —pause mis palabras un momento—. No estoy segura si tengo la fuerza de voluntad necesaria para hacerlo.

Desvíe la mirada ¿sería capaz de compartir a mi novio sin querer matarla por mis celos?




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