Capitulo IX: Carrie Y Una Corona

Poco a poco abrí los ojos ya que la luz de la ventana principal me estaba dando directo a los ojos, tome un poco de aire, levanté mi mirada y me dí cuenta que estaba recostada en el hombro de Aaron, se veía tan calmado, mi mirada se desvío a sus labios sin intención, todo su rostro se veía tan calmado, sus pestañas largas hacían una pequeña sombra, mi mano se estaba acercando a su cara, quería sentir su cara pero me detuve, aún seguía dormido aunque de un momento a otro también abrió los ojos y al mirarme sonrió.

— ¿Estoy muerto o por qué veo a un ángel? — Dijo con una voz más ronca de lo normal.

— Afortunado serías de ver a una chica tan hermosa como yo en el cielo. — Bostece y me levantó de su hombro.

— Fue una larga noche de trabaja, ¿O no? — Aaron se estiró y pudo dejar notar los bíceps en sus brazos, ¿Por qué se veía tan guapo está mañana?

¿Qué te pasa Julieta? Deja de pensar en Aaron de otra manera que no sea como tu amigo, él no piensa así de ti.

— Como sea, gracias por quedarte a ayudarme. — Tome mi computadora y la cerré.

— No te preocupes, no sabía cuan difícil era iniciar una campaña. — Aaron ordenó las hojas esparcidas en el suelo, hizo una pequeña pila y la puso en la mesa del centro.

— Espero que con este discurso pueda convencer a los maestros, aunque tampoco es como que haya mucha competencia. — Acomode todo lo que estaba tirado y lo puse encima de la mesa.

— Hola... — Zoe apareció de repente y ambos nos asustamos.

Estaba destruida con todo el sentido de la palabra, su rimel se había corrido, sus ojos estaban hinchados, su labial estaba por toda su barbilla, su cabello negro estaba hecho un desastre y además olía mal.

— Zoe, no te ofendas pero estás horrible y apestas como borracho de bar de mala muerte. — Dije asqueada por su fuerte oler a entre alcohol y vómito.

— Yo no iba a decir nada pero apoyo a Julieta. — Aaron también se notaba disgustado pero también se veía divertido con la situación.

— ¡Me vale!. — Exclamó Zoe y se tiró al sofá de mala gana. — El que creía el chico de mis sueños resulta que le gusta otra chica, que es la misma por la que te dejo Alex. — Zoe me señaló. — ¿Crees que tengo ganas de verme bonita? — Dió un pequeño grito de irá ahogado.

— Zozo, estoy muy agradecida con que Jessica se llevará Alex, después de la paliza que le dió ayer a Justin tengo hasta miedo de se me acerque. — Alex siempre fue temperamental pero después de ver con la ira que le pegó a Alex parece aterradora su actitud.

— Pues muy merecido se lo tenía el imbécil y ya no lo vamos a nombrar, está prohibido ¿Oyeron? — Nos señaló a ambos furiosa, Aaron y yo levantamos las manos como si fuéramos a ser arrestados.

El timbre de casa empezó a sonar, deje a Aaron y Zoe en el salón y me dirigí hacia la puerta, seguro es mamá que olvidó sus llaves como siempre.

— ¡Ya va! — Exclamé, al abrir la puerta me lleve la sorpresa de la vida.

— Hola. — Contesto Jessica con una gran sonrisa en su rostro y traía una bolsa en su mano.

— ¿Qué haces aquí? — Pregunté molesta y me crucé de brazos. — No es que te odie pero no eres lo que quiero ver por las mañanas, tal vez en la noche cuando haya menos luz y no vea todo... Eso. — Sonreí falsamente señalando su camisón de abuela.

— Solo te traje esto, ayer Aaron me dió su chaqueta y olvide dársela ya que era bastante noche ¿Se la das tú? — Con una falsa sonrisa me entrogo la bolsa y efectivamente, era la chaqueta de cuero que llevaba ayer.

Sabía perfectamente lo que estaba haciendo, yo le hice lo mismo hace varios meses cuando sabía que ella y Alex tenían algo, llegué a su casa y le entregué una chaqueta de él, la única diferencia es que Aaron no se acostó con ella como esa vez si lo hizo Alex conmigo y tampoco voy a terminar con lágrimas en los ojos como la nerd.

— ¿Por qué no se la das tú misma? Está aquí, espera. — Al parecer Jessica no esperaba esa respuesta y esa pequeña sonrisita se borró

Fui al salón donde estaba Aaron y le dije que Jessica lo estaba esperando a fuera.

— ¿Que hace esa estúpida aquí? — Zoe se levantó del sillón rápidamente pero la detuve.

— Déjala, vino a dejar algo de Aaron, no vale la pena pelear. — Zoe me miró y se calmo, se que le dolía todo esto con Justin pero ir a pelear con la pelirroja no iba ayudar de mucho.

— Bueno, creo que es hora de irme. — Aaron apareció en el salón.

— Claro, hasta luego. — Tomo la caja de zapatos que le dí, se despidió y se fue de casa.

— Es lindo, deberías intentar algo con él. — Me miró de manera traviesa.

— ¿Y arriesgarme a que me dejen por Jessica de nuevo? No gracias, estoy bien así. — Zoe abrió la boca en sorpresa.

— ¡Te gusta! — Exclamó con una gran sonrisa. 

— ¿Qué dices? ¿Cómo asumes eso con una sola frase? Eres una loca.

— Simple, dijiste que no querías arriesgarte a perderlo, eso significa que te atrae pero tienes miedo de que no funcione. — Tal vez Zoe si tenía razón.

— Lo admito, es guapo y es lindo pero ya está. — Zoe alzó la ceja.

— ¿Solo eso? Que bajos estan tus estándares en estos momentos pero te conozco, ese brillito cuando lo ves. — Zoe puso sus manos en mis hombros y se acercó, podía sentir su aliento apestoso en mi cara. — Amiga, no vas encontrar a alguien mejor que Aaron en esta escuela, ve por él. — Rodé los ojos y la aparte.

— Ni en mis mejores sueños haré eso, a él le gusta Jessica y ayer cuando me dejó tirada lo dejo bastante claro, su prioridad es ella y ya esta, no hay más. — Fue claro Aaron desde el principio y yo respeto eso, él está enamorado de Jessica y no hay más.

No voy arriesgarme a que me rompan el corazón solo porque me parece atractivo, además no quiero perder su amistad es de las mejores cosas que me ha pasado en el último año.

— Pero eso no impidió que se quedara toda la noche contigo haciendo quien sabe que. — Respondió Zoe.

— Que bien que te interesas por eso, se quedó a ayudarme con la campaña. — Me senté a su lado, ella suspiro agotada y recostó su cabeza en mi hombro.