Kitaro
Era temprano en la mañana y me preparé para salir a la torre, no sin antes desayunar algo, cuando bajo a la cocina veo que Kazuru ya estaba levantando y estaba comiendo un sándwich sentado en el sofá viendo algo en la televisión, al verlo me puse algo nervioso así que traté de ser lo menos ruidoso posible para prepararme algo rápido.
—Buenos días Kitaro —dijo sin voltear a verme.
-—B-buenos días Kazuru.
Rayos... Desde luego me iba a oír es un tigre después de todo... Pero me sorprendió que decidiera saludarme, ayer ni me quería dirigir la mirada, sin perder tiempo me fui a la cocina para prepárame un sándwich, cuando estaba listo me fui a sentar en la mesa de desayunos para comer sin mucho problema, pero a mitad de mi comida Kazuru entra y se pone a lavar su plato.
—¿Vas saliendo a la torre, cierto? —me preguntó, tragué el bocado que estaba masticando antes de contestar.
—Así es, hoy me toca meditación con la maestra Annilea.
—Ya veo… ¿La maestra sigue ayudándolos para entrar al trance?
—Sí, todavía nos ayuda con eso.
—Mmm… Puede que hoy sea diferente.
—¿A qué te refieres?
—Mejor no arruino la sorpresa, regresare a mi cuarto, que te vaya bien con la meditación.
—G-gracias Kazuru.
—Dime Kaz, bueno, nos vemos.
El tigre después de lavar su plato salió de la cocina sin hacer mucho ruido, esto en verdad me dejo extrañado, ya dejo de hablarme con el mismo tono frio que usaba ayer, seguro Zoren o Arethia hablaron con él anoche, no sé si debería sentirme bien con eso pero que decidiera hablarme es un comienzo ahora tengo más confianza con caerle bien a Kazuru, digo, a Kaz. Cuando terminé de comer y lavar los platos salí de la casa para dirigirme sin mucha prisa a la torre, después de todo tenía tiempo de sobra.
Una vez en el salón de meditación la maestra nos sorprendió con la noticia de que comenzara alternado los días en que tocaría para ayudarnos a entrar al trance, habrá días en que tocara su instrumento y otros que no, dijo que ya era momento de que comenzáramos a meditar sin ayuda así que decidió que hoy sería el primer día, Nitasha, la cual siempre estaba sentada a mi lado me miro algo nerviosa, ella me había contado que aun con ayuda de la maestra le dificultaba un poco entrar al trance, solo espero que logre superar ese problema estos días.
—Muy bien, quiero que recuerden lo que sintieron en las semanas anteriores cuando entraban al trance y traten de sentirlo de nuevo —indico la maestra—. Les aconsejo que traten de concentrarse en un solo sonido si se les dificulta despejar sus mentes al comienzo.
Cuando comencé y cerré mis ojos me dificulto lograr entrar en trance sin ayuda de la maestra a pesar de que la sala era muy silenciosa había muchos rudos que me distraían, el correr del agua de las fuentes, la respiración de los que tenía al lado, el caminar de la maestra entre nosotros, era difícil despejar la mente con todo eso pero recuerdo el consejo de la maestra y trate de concentrarme en un solo sonido, pienso que el más adecuado es el sonido de las fuentes, así que no pierdo el tiempo y me pongo en ello, no sé cuánto tiempo paso creo que fue como una hora en la que trate de no pensar en nada más que el sonido de la fuente pero aún no me era posible entrar al trence que experimenté las veces anteriores, jamás me imagine que la meditación sería tan difícil al practicarla por cuenta propia.
Sentí que han pasado horas pero estaba seguro que tan solo han sido minutos, llego un punto en que comenzaba a sentir que mi cuerpo se iba de lado, creo que estaba comenzando a quedarme dormido, en eso escucho un ronquido a mi izquierda en donde se encontraba aquel humano, trate de abrir un poco mi ojo izquierdo para ver que le paso, y efectivamente se hallaba dormido, para mi sorpresa la maestra paso al lado y le dio una palmada en la cabeza para despertarlo el sonido hizo que varios abrieran los ojos y miraran en dirección de la maestra.
—Ya me esperaba esto… —susurró para ella misma y luego suspiró ligeramente— Sé que es complicado, pero agradecería que hagan el esfuerzo de no quedarse dormidos, apenas han pasado dos horas después de todo.
Conque dos horas... eso quiere decir que aún nos quedan otras seis horas de esto, veo que el humano se sobo la cabeza algo avergonzado y siguió tratando de meditar, yo por mi parte decido seguir también con la actividad. Hacia lo mejor que podía, pero no lograba entrar al trance, aun no sentía nada lo cual era un poco desalentador, seguía tratando de ver algo, pero algo me llamo la atención tanto que me hizo abrir los ojos. Escuché un rugido proveniente de mi lado derecho, cuando volteo a ver noto que Nitasha está con los ojos abiertos algo apenada mientras la maestra la veía.
—D-disculpe —dijo con tono de vergüenza.
—No tienes de que disculparte pequeña, después de todo ya son más de las doce así que es normal que tengas hambre.
—Espera ¿más de las doce? —pensé.
No tenía sentido hace poco la maestra dijo que solo habían pasado dos horas, y eran más de las nueve de la mañana cuando sucedió eso ¿cómo es posible que ya sean más de las doce si apenas han pasado unos minutos desde que la maestra le llamo la atención al grupo? Aun con la confusión giro a ver el reloj que se encontraba sobre la entrada y para mi sorpresa marcaban las 12:27 del mediodía, no tenía idea de cuando fue que pasaron las tres horas que faltaban.
Mientras seguía repasando lo sucedido escucho un sonido lo cual hace que dirija mi atención hacia ese lugar. Se trataba de la maestra Annilea que choco las palmas para captar nuestra atención
—Muy bien muchachos, tomemos un descanso de una hora para almorzar, pero los quiero ver a todos aquí puntales a las 1:30.
—¡Si maestra! —contestamos como grupo.
Todo el mundo se había retirado a comer en algún sitio, de saber que hoy la muestra nos daría un descanso hubiera traído algo para comer.
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Editado: 14.06.2020