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Capítulo 30. Un anhelo alcanzado.

Zoren

No había pasado mucho desde que Arethia nos amenazó por tratar de espiarla mientras conversaba con su hermana, admito que no fue la idea más brillante de todas, pero estábamos preocupados por Arethia.

Kaz, Kitaro y yo estábamos en la sala sentados en el sofá grande aun temblorosos tras lo ocurrido mientras tratábamos de beber unas tazas de té que Faren nos preparado para calmarnos, pero siempre que alzábamos las tazas debíamos hacer un esfuerzo para controlar nuestras manos temblorosas para no derramar la bebida.

—… —suspiró— Sinceramente... Me gustaría saber qué les paso por la cabeza al pensar que sería una buena idea espiarlas... —dijo Crista cruzada de brazos, nosotros no dijimos ninguna palabra ya que aun estábamos temblando de miedo.

—Así aprenderán a no meterse en las conversaciones de una dama —Janeth se estaba aguantando la risa.

-—Nunca me imaginé que Arethia fuera capaz de dar tanto miedo, pero tras verlos cuando los atrapo parecía que casi les habían arrancado el alma... ¿En serio es tan aterradora cuando se enoja? —preguntó Axel con interés.

—No creo que puedan contestarte eso por ahora...  —decía Faren— Solo mira lo pálidos que están estos tres.

Era verdad, mire por el rabillo del ojo a los demás y estaban blancos como si hubieran visto a un fantasma, seguro yo tengo las mismas pintas.

—Bueno... Con solo verlos ya me puedo responder yo mismo... —indicó el león.

—¡Ja, ja, ja! —Darco estalló de risa— ¡Aun así, hay que admitir que fue muy chistoso ver como reaccionaron! ¡Ja, ja, ja!

—Es muy cruel de tu parte reírte de ellos de esa forma... —Crista levanto la ceja— ¿Acaso te tengo que recordar lo que sucedió años atrás cuando Zoren, Kaz y Arethia estaban de visita e irrumpiste en nuestro baño, pero no sabías que ella estaba adentro?

—...! —tembló un poco como si hubiera sentido un escalofrió— P-por favor no lo hagas... Aún tengo pesadillas de eso cada cierto tiempo....

—Aun así, Crista —intervino la sijari—, no puedes negar que fue algo divertido de ver, cuando bajaron todo jadeantes y pálidos, pude notar como mirabas a otro lado aguantando la risa.

—¿P-para que negar lo obvio? —llevó la mirada a otro lugar.

—Je, je, je... Aun así, ustedes tres... —Faren nos ve.

Cuando el elfo no llamo, los tres le prestamos atención.

—Sé que hicieron eso porque se preocupaban, pero por favor... ¡Ella no es una niña! Así que deben dejar que ella solucione por su cuenta esta clase de situaciones ¿es que acaso no confían en ella?

—N-no es que no confiemos en ella... —dije.

—Es que recuerda que el tema de su familia siempre ha sido muy delicado... —comentó Kaz.

—Puedo comprenderlo de ustedes dos, pero de Kitaro… —mira al humano, eso hace que el chico se asuste un poco, pero Faren no hizo más que suspirar— Olvídalo... después de todo estás viviendo con ella al igual que estos dos así que no puedo reclamarte por ello... me alegra que te preocupes de igual manera por ella —sonríe.

—Parece que también le tienes cariño a Arethia —dijo el humano.

—Bueno... Es mi prima después de todo así que es normal que me preocupe.

—¿¡T-tu prima!? —exclamó.

—Bueno prima lejana para ser exactos je, je... pero eso no quita el hecho de que estamos emparentados.

—Comprendo, espera… —entrecierra los ojos— Si es tu prima ¿¡por qué no estuviste con ella cuando llegó a Siladus!? —por alguna razón Kitaro se molestó— ¡Sabías que estuvo sola todo ese tiempo cuando se fue de casa!

—E-eso fue porque...

—Faren no sabía que vino a la ciudad hasta que Kaz y yo la conocimos y para ese entonces ya había pasado un tiempo —no tuve más opción que intervenir.

—¿En serio? —preguntó el humano.

—Así es... —contestó Faren— No sabía que Arethia tuvo problemas con su familia, a pesar de que nuestras familias están relacionadas rara vez hemos logrado conversar, además ella siempre mantuvo ese tema en secreto para ella.

—Mmm... Ya veo....

Por un momento pensé que Kitaro iba a alzarle la voz a Faren cuando se enteró que era familia de Arethia y no la acompaño cuando sucedió el percance con la familia, pero puedo entender su molestia, después de todo él ha estado solo la mayor parte de su vida así que debe saber en carne propia lo doloroso que es estar sin nadie a tu lado por mucho tiempo, al igual que yo... pero eso es algo que siempre trato de evitar recordar.

Ya los tres nos habíamos calmado lo suficiente como para dejar de temblar, pero estoy seguro que Kaz y Kitaro, al igual que yo, se encuentran ansiosos por saber qué es lo que está ocurriendo en la habitación de Arethia, aunque odiemos admitirlo lo único que podíamos hacer era esperar y tener confianza de que nada malo sucedería entre esas dos mientras están hablando en el piso de arriba.

Ya han pasado varios minutos desde que Arethia y su hermana comenzaron a hablar, para evitar que el lugar tuviese un ambiente tenso todo el mundo converso de todo lo que se les pudiera ocurrir y así tratar de ignorar el hecho de que sobre nuestras cabezas sucedía algo serio, nosotros tres nos unimos a las conversaciones y así logramos terminar de calmarnos, varios de los presentes seguían molestando con el susto que nos dio Arethia minutos atrás, aunque nos moleste no podíamos hacer más que reírnos al respecto mientras recordábamos lo sucedido.

Después de un tiempo escuchamos el sonido de pasos bajando la escalera y todos bajamos la voz tras darnos cuenta. Vimos a las dos elfas una al lado de la otra, he de admitir que verlas hizo que se me acelerara el corazón estaba ansioso por saber cómo resulto todo, sin perder tiempo ambas se fueron directo a la puerta, las seguí con la mirada pero para sorpresa mía Arethia me hizo una seña para acercarme al igual que a Kaz y a Kitaro, una vez en la puerta los tres nos quedamos inmóviles como estatuas esperando a que ambas hablaran mientras se miraban de frente una a la otra.




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