Esteban comenzó a cambiar sutilmente, a veces faltaba a clases para tomar unas cervezas con sus nuevos amigos de la universidad e inclusive iba a tomar cervezas con sus compañeros de trabajo, entre ellos su nueva amiga Cata. El y Cata se volvieron inseparables, hablaban y bromeaban mucho, inclusive en las clases y todos pensaban que eran algo más, todo esto muchas veces, sin que se lo contará a Cynthia.
El centro de estudiantes organizaba alguna que otra fiesta los viernes y los amigos de Esteban le presionaban para quedarse con ellos, él usaba la excusa de que tenía que trabajar al día siguiente y por lo general zafaba. No obstante, Cata igual se quedaba e iba trasnochada al trabajo, ella le decía que no tenía nada de malo divertirse un poco.
Él se sentía bien con Cynthia los días que estaba en su casa, la quería pero empezó a sentir un deseo juvenil, hasta normal, de querer ir a las fiestas y tomar unas cervezas, sentía que había usado mucha energía en el tiempo del probatorio del ingreso y que ahora necesitaba relajarse. Estaba muy feliz con su novia, ella era amable, hogareña, muy tranquila y él sentía que era una chica perfecta con quién querría envejecer.
-Estas muy pensativo hoy amor, es más, hace un tiempo te notó así- soltó ella un día que él estaba en su casa. Claro, Cynthia era muy amable pero no tonta y se daba cuenta del sutil cambio en la actitud y en los pensamientos de él.
-No amor estoy un poco cansado nomas- respondió Esteban.
-Entiendo amor, vamos a comer pizza, yo invitó- dijo Cynthia
-Bueno amor- Respondió Esteban felizmente.
En el fondo de su corazón él sabía que ella realmente lo amaba y la abrazó fuertemente.
-Te amo muchísimo- le dijo Esteban.
-Yo también te amo demasiado- Respondió ella y se besaron.