Ese día hacía calor, Cynthia había preparado un vaso de jugo y estaba sentada con los brazos cruzados frente a él, estaba nerviosa. Esteban suspiro y comenzó a hablar:
-Perdón por todo, he hecho mal las cosas y te pido disculpas por todo.
-Después de dos meses eso es todo lo que me quéres decir?- dijo ella.
-En realidad quiero contarte toda la verdad para que tomes una decisión y sepas mis verdaderos sentimientos.
-Que verdad?- pregunto sorprendida.
-Te he mentido, no he sido honesto contigo desde que comencé la universidad, cambié y soy una mala persona-
-Sé que cambiaste y mucho pero a que te refieres exactamente con mentirme?- pregunto Cynthia con voz más temblorosa.
-Te mentí varias veces, me quedaba en fiestas en la universidad y te decía que ya estaba en mi casa y no fue una sino varias veces, falte muchas veces a clases para tomar con mis amigos y no te lo conté-
-Por qué no me contaste nomas en ese momento? Nunca te prohibí nada- dijo ella lagrimeando.
-Por idiota, tenía miedo que te enojarás y hay otra cosa más- hizo una pausa, suspiro y soltó –Te fui infiel-
De los ojos de Cynthia salían lágrimas enormes, -Con Cata verdad?- pregunto.
-Así es y a veces escribía con más compañeras- respondió sinceramente Esteban.
Cynthia lloraba en silencio y trataba de soltar palabras pero el dolor era demasiado, había pasado tantas cosas con él antes, lo había apoyado tanto y él le estaba diciendo prácticamente que había tirado todo eso a la basura.
-Soy un idiota Cynthia, perdón por todo, no sé qué me pasó, me deje llevar por la alegría de estar ahí en la universidad, por mis nuevos amigos no supe mantener mi compostura y ahora siento que me encuentro muy solo, por eso decidí ya no mentirte, por eso te conté todo esto y comenzar de nuevo.
Cynthia escucho todo esto entre lágrimas, guardo un momento de silencio para calmarse y comenzó a hablarle un poco más calmada.
-Te acordás de aquella vez que fuimos a la ciclovia?- le preguntó.
Ciertamente Esteban lo recordaba perfectamente, era un día como el de hoy, de mucho calor.
-Si, lo recuerdo- dijo.
-Ese día te había dicho que lo único que no te permitiría a pesar de todo era que traiciones mi confianza-
-Lo sé- respondió Esteban agachando la cabeza.
-Así que esa es mi respuesta a pesar de todo el dolor que estoy sintiendo, si una vez lo hiciste lo volverás a hacer, esto solo queda como una enseñanza para ti y es la de no traicionar la confianza de nadie. Me duele muchísimo Esteban, por qué te amo demasiado pero nunca más podría volver a confiar en vos así que es mejor que tomemos caminos separados, capaz sea ese nuestro destino, quizás por eso yo no podía ingresar a la universidad- Cynthia al decir esto se quebró y ya no pudo más hablar.
Él se quedó en blanco, cada palabra que le decía era una verdad que le clavaba como una flecha, intentó abrazarla pero ella se alejó, la conocía bien y no era de retractarse en cosas que ella creía firmemente. Le dolía y le brotaban las lágrimas, en silencio se levantó y se fue de ahí.
Mientras el ocaso llegaba, él caminaba por la calle llorando, volteó a ver una última vez la casa donde residía su primer gran amor y luego siguió su camino de soledad, que él mismo había forjado.