El ocaso de arcadia

3. CAPITULO 7: MANOS A LA OBRA

CAPÍTULO 7

CAPITULO 7: MANOS A LA OBRA

Ya ha llegado el día acordado pero todo el día pasa algo extraño, cómo si el destino quisiera advertirnos que no lo hiciésemos,  no sé pero siento como si alguien me observara, Dylan también lo siente creo porque lo he visto mirar a los alrededores a igual que yo lo hecho, no sé lo demás

— Siento que alguien nos está vigilando— digo a Connor, Lucas y Dylan que estábamos sentados juntos

— No seas paranoica, deben ser los nervios— asiento no muy con convencida de su conclusión.

La noche llegó al fin y me siento temerosa ante su llegada, todos vamos vestidos de negro con los uniformes tomados por Lucas, Dylan monitoreando las cámaras y desactivándola cuando es necesario con el Smartphone que robó del Batallón 2. Cada uno lleva su mochila con las provisiones.  Hemos pasado sigilosamente, apenas estamos cruzando el bosque con armas en la mano apuntando a cualquier lugar que parezca sospechoso.

Al parecer nadie nos ha notado, me siento un poco bien, pero siento que algo está mal, todos nos miramos solo nos queda la barrera, Connor y Lucas son los primeros en trepar la muralla, pero de pronto como por arte de magia todo se llena de luz alcanzo a ver guardia negros rodeándonos, todos apuntándonos y viéndonos sin compasión de pronto escucho la voz del capitán cruel

— ¡Disparen ya! —ordena y siento como todos se vuelve oscuro y caigo en un profundo sueño, que parece ser mi fin.

♣………….♣

"Cuando las cosas se ponen difíciles no podemos rendirnos, debemos seguir adelante no importa cuán difícil. Solo nos queda seguir de frente así perdamos todo no podemos dejar de luchar", eso decía Jules, esto es lo que intento hacer; siento como mi cuerpo arde, tengo fiebre, pero no quiero rendirme morir en esta cárcel quiero verlo de nuevo, aunque sé que es imposible ya para nosotros...

♣………….♣

—Miren se está despertando la princesita— oigo unas voces, no sé dónde estoy la habitación está muy bien iluminada y esas luces me ciegan a lo que intento abrir los ojos, pero alcanzó a distinguir mi alrededor poco a poco y lo primero que distingo es al Capitán cruel

—Hasta que despiertan— replica el capitán, me paro bruscamente, pero qué, no puedo pues estoy sujetada hacia la silla, alcanzo ver a Dylan mirándome, busco a los demás y no los encuentro —los otros no están, para su mala suerte la dosis aplicada en ellos fue muy y murieron creo, oh lo siento no fue nuestra intención, lo siento pero esto no hubiera pasado si no hubieran sido tan tontos como para querer engañarnos— dice sin darle importancia y con burla

—¿Cómo puede hablar así de ellos?, son gente importan... —reclamó hecha un mar de lágrimas con un dolor en mi corazón por haberlo perdidos, yo no quería esto, si hubiera sabido no hubiéramos intentado escapar, … aunque igual hubiera sido el resultado me intento consolar ¿quién sabe? —Usted no tiene corazón, es inhumano, un monstruo... —pero me callo al recibir una fuerte bofetada en mi mejilla, que me hace saborear el hierro de mi sangre

— Cállate insolente, mocosita. Yo hablo como me da la gana, gracias a la perra de tu amiga están aquí— dice sonriente satisfecho de su confesión

—Ella no nos traicionaría— dice Dylan, me alegro de escuchar su voz y saber que está bien

— Si gracias al suero de la verdad nos lo ha contado su escapadita o intento— dice riendo malvadamente, —aunque ahora ya no está viva, los traidores no viven jaja— ríe malvadamente.

Después de eso solo escuchaba voces, no puedo procesar esto. Y mi malestar empeoraba

—... capitán se desmayó, la fiebre le ha subido— decía alguien

— ¿Qué le han hecho ella necesita atención? — gritaba Dylan, aunque se le escucha mal

— ¡Cállate! que me estresas— ordena Capitán Cruel y escucho un golpe

—Capitán lo ha noqueado

— ¡Qué me importa!, aumenten su dosis experimental.




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