El Omega Que No Quería A Su Predestinado ||yoonmin||

Capitulo 20

Miraba aquella silueta de una mujer acercándose a pasos muy lentos para su gusto, pero por lo menos no estaba tan impaciente o de un mal humor ese día, la princesa Haneul observaba atenta a la mujer que había entrado a su palacio, los guardias no le detuvieron para nada, pero no podían hacerlo, no cuando se trata de una invitada de la princesa, eso hubiera sido de muy mala educación de su parte y seguramente hubiesen obtenido un castigo lo suficientemente cruel para hacerlos lamentarse. La mujer de vestido hecho de seda negra se colocó a varios metros alejada de la princesa, e hizo una reverencia, saludando de ese modo a la princesa Jun HaNeul.

—Princesa Jun HaNeul —la princesa desinteresada recibió el saludo de uno de sus sirvientes que se le había acercado para entregarle una taza de té—, le hechicera ha regresado —comento aquel sirviente para después disponerse a alejarse de ella, la distancia es importante, y más para la princesa.

HaNeul llevo sus manos hacia los reposabrazos de su asiento, acomodo mejor su espalda, irguiéndose y juntando sus pies, la mujer frente a ella llamaba mucho la atención con ese atuendo, era tan distinto al de otros hechiceros que había por todo el país, le causaba mucha intriga el color, usualmente no se ve mucho aquellas tonalidades por el lugar, y mucho menos cerca de sus tierras.

—Sírvele un poco de té —ordeno, sin siquiera despegar la mirada de aquella mujer frente a ella.

La princesa HaNeul, la heredera del imperio creado por sus padres, todo el pueblo admiraba sus dotes de belleza que le habían sido heredados por parte de su madre, pero a pesar de su gran belleza, se trataba de una persona realmente problemática, no había hecho más que traer problemas y deshonra al imperio que ella dominaba, aquella chica de condición de omega había aceptado un trato, un brujo de las afueras casi tan viejo como el mundo mismo, le menciono que podía cambiar su hilo del destino para que estuviera atada al más apuesto de los príncipes, HaNeul es codiciosa, y ella no estaba enterada de quien sería su destinado, aquel hombre le dijo que no le gustaría saberlo, pues no se trataba de alguien que fuese digno para ella, en un principio la princesa se había negado a aceptar el hechizo, pero al ver al príncipe alfa de un imperio vecino, había quedado completamente enamorada de él, no quería perder la oportunidad de tenerlo, pensó que él estaría atado a ella por el destino, pero no lo estaba, el brujo volvió a ofrecerle el hechizo, y esta vez ella no se negó, pero en consecuencia por sus actos, el destino había terminado por cortar su hilo que la unía a su verdadero destinado, todo por querer a un alfa que ni siquiera estaba atado a ella por el destino.

—Buenas tardes, princesa —la hechicera, hermana de Dasom mostró una reverencia algo exagerada, se estaba burlando, pero la princesa no lo notaría, ella gusta de la exageración, piensa que es un modo de lisonjearla, pero por supuesto no lo es—. He traído buenas noticias para usted.

—¿Qué clase de noticias? —sus ojos brillaron en esperanza, necesitaba saber lo que la hechicera había traído para ella.

—Mi querida princesa —hablo la hechicera—, he venido de un imperio cercano, y allí encontré al alfa más fuerte y apuesto de todos —la princesa miro con mucho interés a la hechicera, entreabriendo sus labios, sus ojos estaban atentos a los ademanes que hacia la hechicera para expresarse.

Darle una oportunidad a aquella mujer vestida de negro, había sido la mejor decisión que ha tomado y una de la que jamás estaría arrepentida, todavía recuerda cuando la mando a llamar la primera vez, aquella mujer estaba totalmente demacrada y totalmente enojada con el mundo, nunca le pregunto la razón por la cual se encontraba de ese modo, lo único que le intereso a la princesa, fue saber lo que esa mujer hacía, ella practicaba con la magia, eso era suficiente para ella, se puso de pie, sus sirvientes más cercanos se alejaron para darle espacio a la princesa, quien camino en dirección a la hechicera.

—¿Quién es ese alfa del que me hablas, Ahreum? —la mencionada no pudo evitar sonreír, la princesa estaba totalmente hechizada cada vez que se le hablaba de algún prospecto que fuese muy atractivo.

—Es el alfa del príncipe Park JiMin, majestad.

HaNeul apretó la mandíbula el escuchar eso, la sensación de querer bufar estaba más que próxima, detesto escuchar aquello, saber que alguien tiene un alfa y ella no puede ni siquiera tenerlo le ponía muy colérica, la hechicera apreciaba cada gesto hecho por la princesa, había logrado su cometido, hacer enojar a aquella niña, sabe que la princesa no soportaba que le hablaran de algún alfa que tuviera una pareja predestinada, no le agradaba que la madre luna enlazará a cualquiera que le interese a otro omega, la princesa cuando está enojada no piensa mucho las cosas, una gran ventaja para la hechicera Ahreum, y por supuesto no la desaprovecharía.

—¿El alfa del príncipe? —la princesa apretó sus puños, su molestia por saberlo hacía que se le amargara la boca, Ahreum no evito sonreír al escuchar el amargor en aquella pregunta—. ¿Acaso no puedes buscarme a alguien que no esté enlazado? Desearía que hubiese un alfa que no tuviera un tonto lazo del destino, ¿por qué no puedes tú, buscarme a uno sin lazo? ¿Tan difícil es?

—Lamentablemente —comenzó a hablar la hechicera—, todos están enlazados, majestad, el destino siempre colocará tu lazo del destino para que puedas dar siempre con la persona que ha sido destinada para ti, y eso no tiene remedio.




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