—La princesa HaNeul del imperio vecino quiere darnos una pequeña visita —menciono el emperador con una sonrisa.
JiMin sintió como la bilis se le subía a la boca de escuchar la noticia dada por su padre, no le agradaba en lo absoluto aquella omega, todos sabían lo que había pasado la última vez, el pasado era algo que siempre terminaría por perseguir aquella princesa, además ¿qué es lo que ella quiere? Para JiMin, ella estaba mejor encerrada en su palacio, no debería de estar haciendo planes de sólo ir hacia su reino y molestarlo a él y a su padre, no había ninguna necesidad de que ella se presentase ante ellos.
—¿No puedes rechazar su llegada, padre? —pregunto JiMin para después ingresar un poco de arroz a su boca. La comida estaba deliciosa, igual a las pocas veces que su madre llego a cocinar algo para ellos, quizás SeokJin estaba ayudando.
El emperador es consciente del disgusto de su hijo ante la princesa Jun Haneul, inclusive varios reinos estaban en total desacuerdo de que ella siguiera siendo nombrada como una princesa. Después de sus acciones todo se había vuelto oscuro en su imperio, odiada y repudiada por varios de los ciudadanos, y por supuesto por los reinos vecinos, pocos eran los imperios que decidían tener tratos de comercio con el imperio Ju, y ellos eran uno de los pocos imperios.
—No seas así, hijo, eres un príncipe —reprendió el emperador Park—, deja ese comportamiento, además no será una vivista que dure para siempre, quiere darle unos regalos a la guardia del palacio además de a ti por lograr cumplir la mayoría de edad.
JiMin dejo de masticar, algo no estaba bien en ese aspecto.
—¿Cuál es su razón para darle regalos a nuestra guardia? —se atrevió a preguntar.
¿Por qué ella querría darle regalos a la guardia? No tenía que darle nada a ellos, ni siquiera tenía que darla algo a él, ¿cómo por qué alguien como ella sería capaz de hacer tal cosa? La princesa nunca se había acercado a él, ni él a ella, esto tenía mala pinta para el príncipe omega, y su animal interno estaba en total acuerdo con él.
Antes de que siquiera el emperador pudiese dar respuesta a la pregunta de su hijo, la puerta corrediza fue abierta, dando paso al alfa líder de la guardia imperial.
—Lamento interrumpirlos —la voz de YoonGi se hizo presente, haciendo que tanto el emperador como el príncipe lo mirasen—, la hechicera Dasom me ha dicho que necesitaban esto.
JiMin observo las manos del alfa líder, y en cuanto lo hizo sus mejillas comenzaron a ser golpeadas por la vergüenza al ver las hierbas que YoonGi traía en sus manos, esas siempre las utilizaba para poder calmar su celo y que no llegará tan fuerte, muy pronto sería, debía de tomar precauciones, la risa del emperador se escuchó, no era de burla, pero al ver a su hijo avergonzado, le había causado algo de ternura. JiMin de inmediato se levantó trastabillando en su camino para después ir hacía el alfa líder y arrebatar las hierbas de sus manos.
—No serán necesarias —respondió el emperador, apartándose de igual forma de la mesa, incorporándose y caminando hacía ambos chicos que se encontraban frente a frente.
—¡Son muy necesarias, padre! —respondió el príncipe sin mirar al alfa líder, no podía hacerlo, no con el notorio sonrojo en sus mejillas, escucho con atención los pasos de su padre para después sentir su mano encima de su cabeza—. Padre… —JiMin estaba molesto, y la vergüenza era más que evidente en su rostro.
—Cálmate, JiMin —respondió su padre con una sonrisa—, ahora que YoonGi está aquí, puedes pasar tu próximo celo con él —animo a su hijo a que se acercara al alfa—, tengo que arreglar unos asuntos pendientes, hablaremos luego sobre los planes para la visita de la princesa.
El emperador dio unas ultimas palmadas sobre la cabeza de su hijo para después disponerse a retirarse de allí, JiMin todavía estaba cerca del alfa líder, cuando se percató, de inmediato dio un paso hacia atrás, sentía sus mejillas arder en demasía, odiaba sonrojarse, y ahora con las palabras de su padre había sido peor. Si acaso su padre pudiese comprender lo incomodo que estaba con el simple asunto de su próximo celo y la presencia de YoonGi, quizás lo llegase a comprender, aunque lo duda mucho.
—No debe preocupar, príncipe —la voz de YoonGi lo hizo mirar al frente—, conseguiré más hierbas para su celo si es que esas no le son suficientes.
—Gracias, YoonGi —le dedico una pequeña sonrisa al alfa, YoonGi de inmediato dio un asentimiento, tenía que seguir con su guardia, estaba a punto de despedirse cuando de nueva cuenta escucho su nombre salir de los labios del príncipe omega—, YoonGi...
—¿Desea algo más, príncipe? —pregunto el alfa líder mirando hacía el omega.
—¿Podrías acompañarme en mi celo? -JiMin no se refería a nada sexual, el príncipe no quería que el alfa líder estuviese pensando en la posibilidad de tener esa clase de encuentro, él lo único que quería es que estuviera allí con él, aunque sea para brindarle un abrazo, pero por supuesto YoonGi no lo haría.
—Lo lamento, majestad —menciono el alfa líder dando una reverencia para disculparse—, pero no puedo hacer tal cosa.
—Sólo un día, por favor —YoonGi pudo ver la súplica en los ojos del omega, en verdad quería que lo acompañase—. Es lo único de esta índole que llegaré a pedirte.
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Editado: 22.12.2023