Capitulo 30

—¡Le doy la más cordial bienvenida al palacio, princesa Jun HaNeul! —la princesa regalo una sonrisa a quien le daba la bienvenida, ni más ni menos que el mismísimo emperador Park.

—Es un honor para mí poder visitarlos —hizo una reverencia con la cabeza—, estoy encantada de estar aquí presente.

JiMin estaba detrás de su padre, escondido como un niño pequeño que no quiere ver a las nuevas visitas a su casa, su animal interno rasguñaba una y otra vez mientras sus orejas se bajaban y gruñía por lo bajo, estaba preocupado, JiMin lo estaba de igual forma, algo no estaba bien, detrás de la sonrisa tan hermosa de la princesa había algo que al príncipe omega no le gustaba, había escuchado los diferentes rumores que se habían creado con respecto a la princesa Jun HaNeul, todos sabían que ella no tenía alguna clase de lazo del destino, todo debido a sus actos, además de su actitud tan mala a sus súbditos, ahora parecía muy amable y sus ojos brillaban en alegría, pero para JiMin eso no traía mucha tranquilidad.

—Permítame presentarle a mi hijo, el príncipe Park JiMin —la omega dirigió su vista al chico detrás del emperador, JiMin a duras penas y pudo obligar a sus labios a encorvarse en una sonrisa para saludar a la princesa.

—Un honor conocerlo príncipe JiMin —hablo aquella mujer.

—El honor es todo mío, princesa HaNeul —aunque claro JiMin no lo decía en serio, la preocupación emanaba por su cuerpo llenándolo por completo y haciendo que su ser se colocase alerta ante cualquier acción.

El príncipe no se podía sentir con total seguridad en ese momento, ni siquiera para acercarse a la dichosa visita, él deseaba poder escapar un poco de tener que estar en la obligación de acompañar a su padre en toda la estadía de la princesa, ella se retirara pronto, lo sabe, pero eso no quitaba para nada aquella sensación de protección en él, necesitaba irse, alejarse por completo de allí, ir a su habitación, o inclusive salir por escasos minutos del palacio para dejar de sentirse inseguro, quizás inclusive JungKook le ayudase a escapar. Eran tantas sus ganas de irse, que ni siquiera se percató de las voces, hasta escuchar a la princesa hablar de nuevo.

—Permítanme darles unos regalos —hablo la princesa—, he escuchado que ha reclutado a una nueva guardia —el brillo en los ojos de la princesa pareció haber aumentado al decir aquello, JiMin no pasó desapercibido el total interés de la princesa en la guardia del palacio.

—Por supuesto —respondió su padre—. La nueva guardia ya fue presentada hace unas semanas.

—Eso es más que esplendido —JiMin no podía dejar de ver las expresiones de la princesa, inclusive puede decir que el tono de su voz había salido emocionado, como el de un niño al que le dan un nuevo juguete—, me tome la libertad de traer algunos obsequios para ellos también.

El príncipe levanto sus cejas ante la sorpresa de haber escuchado esas palabras, ningún soberano hacía tal cosa, los obsequios usualmente eran para el emperador y la familia real, esto se hace para poder brindarles honor y decirles que están de acuerdo en sus mandatos, los regalos más ostentosos siempre eran para el emperador, entre más le maravillase, más podría quedarse con ellos, JiMin no comprendía las acciones de la princesa, traer regalos para la guardia del palacio no es nada común.

De inmediato el emperador mando a llamar a la guardia real, JiMin mantuvo su vista a la entrada, esperando a los guardianes, quienes no tardaron mucho en ingresar, todos manteniendo su porte que te llenaba de temor y seguridad con solamente darles un vistazo, cuando todos estuvieron formados frente a ellos uno al lado el otro, fue cuando recibieron sus obsequios, HoSeok recibió una daga con empuñadura a base de madera de caoba, TaeHyung había recibido un arco de lo más resistente, NamJoon recibió una espada tan ligera como una hoja, mientras que YoonGi recibió un postre, el aroma del arroz inundó sus fosas nasales, los pasteles de arroz a pesar de ser comunes, se les consideraba deliciosos y uno de los mejores postres que podías consumir en épocas de frío, YoonGi les había llegado a probar un par de veces.

Todos quedaron en gratitud al recibir los obsequios, por supuesto se habían quedado totalmente extrañados al recibirlos, esperaban alguna orden de parte del emperador, pero a cambio recibieron obsequios de parte de la princesa Jun, algo que definitivamente agradecerían todo el resto de sus vidas.

La princesa se había quedado allí por un par de horas, de vez en cuando miraba hacía el alfa líder quien no había probado bocado alguno de los pasteles de arroz que le había dado como regalo, y en verdad quería que lo hiciera, debía admitir que la hechicera Ahreum tenía la razón al haber mencionado que ese alfa es apuesto y perfecto para ella. No cabía duda, se encontraba totalmente complacida de ver al alfa líder.

Ni siquiera podía imaginar que un príncipe como Park JiMin pudiera estar enlazado a un alfa tan varonil como aquel, el alfa líder, el más fuerte, el mejor de todos. Mirarlo al lado del príncipe era algo que no podía estar en la imaginación de la princesa HaNeul, sería un hecho totalmente ridículo, y pensar que el príncipe había sido capaz de rechazar a tan perfecto hombre, si ella estuviese enlazada por el destino a ese alfa, no dudaría ni un segundo en aceptar su cortejo.

La comida no era del interés de JiMin en esos momentos, a pesar de que se trataba de una deliciosa cena, no podía evitar tener su mirada enfocada en las acciones de la princesa, escuchar su voz melodiosa y dulce y ver como su mirada se desviaba hacía su alfa no le mantenía nada tranquilo, quería inclusive preguntarle la razón por la cual miraba tanto a YoonGi, pero no podía simplemente dejarse llevar por sus emociones, debía controlarse, ella no estaría por tanto tiempo en el palacio, ella se iría y por fin dejaría de sentirse inseguro con su presencia, debía calmarse.