El ópalo de fuego.

CAPÍTULO 28

Alguien sacude mi cuerpo, en cuestión de minutos me recupero, poco a poco abro los ojos y me encuentro con el preocupado rostro de Gabriel, los gritos siguen y el olor azufre se mezcla con olor a sangre, miro a mi alrededor, ¿Qué ha pasado con los rayos del sol?, siento un ligero ardor en la palma de mi mano, el ópalo de fuego.

—¡Helia! — grita Gab  e intenta hacerme entrar en razón, escucho la voz de Booz dar órdenes, entre Gab y Nereida me logran poner de pie.

Observo, los lobos luchan contra los condenados, busco con la mirada a los demonios pero  no están, la piedra escuece en mi mano.

—¡La tengo! — grito a Booz, pero es Shey la primera en acercarse.

—¡Es hora! — grita.

No logro entenderlo, Shey me toma del brazo y me obliga a correr, los demás parecen entenderlo y corren tras nosotras, Gab no se separa, la piedra quema mi mano y caigo, Shey y Gabriel me levantan, veo a los lobos defendernos de los condenados, veo a Nereida correr a otro lugar.

—Los sacaremos de aquí— dice Shey.

¿Por qué nos ayuda? El ardor en mi piel incrementa y casi que no puedo ver.

—Es demasiado para ella — dice una voz masculina.

Siento como una mano se cierra sobre la mía intentando quitarme la piedra, me rehúso.

—No, no, no— no permitiré que me la quiten, pero no dejan de intentar quitármela así que hago resistencia.

Lanzo un golpe y escucho un quejido, mi piel arde pero una mano sobre mi espalda hace que sienta calma.

—Está bien Lia, solo suéltala y estarás bien — era Gabriel — por favor— suplica.

No tenía intención de soltarla pero su mano al cerrarse sobre la mía me alivia, el terrible dolor se fue casi por completo, solté la piedra y poco a poco fui recuperando mi vista.

—¿Qué ha pasado? — hablo mirando mis manos enrojecidas y heridas.

—Es el poder de la piedra, es demasiado para ti— dijo Shey mirándome desde arriba, llevaba la piedra colgada en su pecho.

La mire confundida, ¿por qué a ella no le causaba molestias?

—Somos los hijos de plata y a nosotros no nos afecta tanto como a ustedes— dijo con superioridad— por siglos hemos protegido al ópalo de fuego, luego de que en estos mismos bosques despareciera, uno de nuestros descendientes la encontró, desde entonces la hemos mantenida oculta, somos los guardianes de la piedra, pero su poder es deseado por muchos y se nos sale de las manos, este lugar ya no es seguro, la piedra debe ser destruida, confiamos en ustedes— dice entregándole la piedra a Booz quien al recibirla se pone rojo, intenta controlar el dolor — No dejen que su poder sea superior al de ustedes, lo mejor es que en cuanto salgan del bosque se la den a un humano hasta llegar al monte Ever, los humanos, al no poseer poder alguno no les afecta, bueno, solo no se la dejen mucho tiempo o podría morir.

El único humano con nosotros es Gabriel.

—Pero, ¿Cómo saldremos? — Pregunto —el puente bridge, si no me equivoco está del otro lado y es ahí donde debemos abrir el portal para que Serafina nos ayude.

Entonces caigo en cuenta, busco en la parte trasera de mi pantalón el cuarzo que me ha dado Serafina, no lo encuentro, era nuestra salida y la he perdido, ha de haberse caigo en el lago durante el ataque de las sirenas.

—¡Lo has perdido! — Grita Luke — ¿Cómo pudiste perderlo? — habla furioso acercándose con ira en el rostro, retrocedo pero Gab se interpone y Luke lo hace a un lado.

Tomo mi lanza que hasta hace unos momentos Gab llevaba en la mano y amenazo al joven alfa, quien furioso me la arrebata y la arroja lejos mientras ahoga un grito de dolor a causa de su contacto con la plata, una sonrisa se escapa de mi boca, Luke grita furioso y me ataca, Gab lo detiene y le lanza golpes sin parar, el alfa intenta defenderse pero sorprendentemente Gab toma ventaja, Booz los separa y muchos lobos rompen en risa incluso algunos de su manada, fue una escena digna de ver.

Shey no sonríe en absoluto.

—No la necesitaras, no pueden salir por ahí, nos ha llegado información de que un nuevo ataque se avecina, este solo fue uno pequeño, necesitamos fuerzas, no dejaremos que obtengan lo que quieren, deben marcharse ya— dice, al parecer tienen un plan.

Nos guía hacia lo que parece ser el mar, puedo oler el agua salada y sentir la brisa golpear mi rostro, aunque nunca lo hubiese imaginado, después de cruzar el bosque, el mar de aguas grises salta a nuestra vista, todo aquí parece estar marchito, pero aun así nunca había visto algo tan vivo.

En la orilla se encuentra anclado lo que parece ser un barco, usados antiguamente para recorrer el mundo, nunca había visto uno. Al no tener más opciones la propuesta de Shey parece ser la mejor salida, aunque nos tome más días de lo previsto, llegaremos al monte Ever, espero que no sea demasiado tarde.

Shey entrega a Booz un mapa y se despide, observamos como ella y sus lobos se pierden en el bosque, por el mismo camino que ella se ha ido vemos regresar a las chicas de nuestro grupo escoltadas por hombres de la manada de Shey, están somnolientas y algo cansadas, ya se repondrán del todo durante el viaje.

Abordamos el barco y lo preparamos todo, pronto lo hemos puesto en marcha, la brisa golpea mi rostro y a medida que dejamos atrás el peculiar color grisáceo del bosque se escucha el aullar de los lobos, una bandada de aves sobrevuela el mar, de alguna manera sé que todo estará bien.




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