Ubicación: Reino Belka
Manuk se acerca hacia las murallas con una gran sonrisa, ya que logra ver que miles de millones de tropas por parte de su ama y señora Calista; se reúnen cerca de él para protegerlo.
Dirige su mirada hacia abajo para contemplar la construcción de las murallas del reino, percatándose que ha sido elaborada por un elemento bastante extraño, pero es resistente a simple vista. Comenzando a tener bastante confianza dentro de sí, ya que su ejército es demasiado grande y exagerado para un solo reino.
—¡Millones, poseemos millones de tropas! —grita Manuk, logrando ver que enfrente del reino Belka se acercan un inimaginable número de tropas aliadas; todas listas para conquistar con gran facilidad a todo aquel que se interponga en su camino.
Tiene la gran confianza de que todas las tropas que ha enviado a conquistar a los demás reinos; están avanzando sin ningún problema. No existe nadie que pueda hacerles frente, pero no sabe que existen varias criaturas que poseen una fuerza sobrehumana que han decidido revelarse en lo oculto.
Tal es el caso de Salomón que sigue luchando con gran maestría desde su reino junto con sus compañeros, Grom junto con los Orcos y de forma milagrosa, Heriberto y todos sus demás compañeros desde el reino de los Elfos; al igual que Locke en el reino de los Minotauros.
Manuk decide dirigir su mirada hacia arriba para percatarse que tienen una gran barrera mágica por parte de Gregorio quien les va a defender de posibles amenazas a distancia, sabiendo que es imposible que alguien pueda derrotarlos, pero algo le llama su atención a lo lejos en dirección del reino de los elfos, ya que se percata que algo extraño comienza a brillar fuertemente.
Comenzando Manuk a fijar su mirada hacia ese extraño fenómeno en ese momento.
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Ubicación: Reino de los Elfos
El monarca Durel junto con todos sus ciudadanos y compañeros de Tsubaki; observan sorprendidos las carretas de madera que acaba de invocar el Ser Supremo.
No saben cómo reaccionar, pero se percatan que el Ser Supremo dirige su mirada hacia la dirección del Reino Belka seriamente.
—¡¿Acaso no tienen una manera de comunicarse entre ustedes?! —inquiere enojado Tsubaki, percatándose todos que su paciencia se está agotando cada vez más.
Comenzando Durel a invocar su magia en ese momento para poderse comunicar con los demás monarcas de los demás reinos en ese momento, percatándose que todas las tropas de su reino se preparan para defenderlos mientras que llevan a cabo su plan.
—¡Diles que se comiencen a preparar para atacar al nuevo reino! —suena el grito de Tsubaki, comenzando todo hacia su alrededor a oscurecerse en ese momento para quedar solo el monarca, ya que ha decidido invocar su magia.
Comenzándose a mostrar a todos los monarcas de los diferentes reinos en ese momento, pudiendo ver Durel que se encuentran: Vyrkus, Nemon, William, Grumat y Leonero. Todos reflejando una expresión bastante seria, ya que han sido anteriormente atacados.
—Durel… perdóname —dice el monarca Vyrkus, observando seriamente al monarca de los elfos mientras que los demás observan el suelo.
Percatándose Durel que todos han sufrido bastante por parte del renacer de la Diosa Calista, comenzando William a dirigir su mirada hacia Durel para poder hablar.
—¿Cómo va la situación con su reino? —inquiere William.
—Hemos sido salvados milagrosamente por un nuevo reino llamado: Alters —responde Durel, comenzando todos a verlo más detalladamente, añadiendo—. Es lo que ha quedado del antiguo Reino llamado Albeka.
Comenzando Vyrkus a negar con su cabeza junto con Leonero seriamente a excepción de William que solo tiene su mirada hacia el suelo.
—No hay esperanza contra esta enemiga —dice Vyrkus tristemente—. Hemos quedado bastante débiles ante sus ataques, no podremos resistir una segunda oleada.
Comenzando Grumat a afirmar tristemente.
—Nosotros hemos sido fuertemente atacados, lamento decirles que milagrosamente mis mortars nos han salvado al último momento, pero no podremos resistir por más tiempo —informa Leonero.
Comenzando el monarca Durel a acercarse un poco más hacia ellos seriamente.
—Hemos decidido dar un contraataque a esa malévola diosa para detenerla de una vez por todas, pero necesito que ustedes pongan un último esfuerzo —anuncia Durel, comenzando todos los demás monarcas a negar con su cabeza.
—No tengo absolutamente nada para poderte apoyar, lo siento, pero ya no te sirvo —dice Nemon.
—Nosotros tampoco, estamos débiles; lo lamento —dice William.
Comenzando Durel a perder las esperanzas en ese momento, pero recuerda al Ser Supremo.
—¡Hemos sido salvados al último momento por un dios y él solamente pide un ultimo esfuerzo! —grita Durel, pero todos niegan con sus cabezas.
—Estamos contra una diosa, ¿Quiénes somos nosotros para poder enfrentarla? —inquiere Vyrkus tristemente, agregando—. No somos nada, perdóname pero prefiero aguantar sus ataques.
Comenzando a dirigirse hacia otro lado, pero un grito llama la atención de todos en ese momento.
—¡No pensé que uno de los monarcas más poderosos de todos los reinos, tenga miedo! —suena el grito de Heriberto, presentándose ante todos en ese momento mientras que llama su atención.
Comenzando Vyrkus a dirigir su mirada hacia él tristemente mientras que el guerrero se prepara para seguir hablando.
—¡Nosotros somos a lo mucho diez personas aproximadamente, pero vamos a enfrentar a esa diosa para demostrarle que no nos dejaremos intimidar, ahora tenemos a un aliado bastante poderoso que está dispuesto a apoyarnos a destruir el Gran Bosque para detener al ejercito! —anuncia Heriberto, sorprendiéndose todos en ese momento, añadiendo—. ¡Solamente necesitamos su pequeño aporte!