El otro hijo del rey.

Capítulo 18

Es temprano Sebastián camina hacia el jardín y ve bastante movimiento en el castillo.

Entonces le pregunta a una de las sirvientas de la corte 
-¡Por qué veo tanta gente aquí?¿y a que se debe que estén todos tan ocupados?- 
-Aún no lo sabes, la boda del príncipe es dentro de 5 días-dice la sirvienta 
Sebastián se queda pensativo y luego de unos instantes va a la academia a cumplir con sus  
responsabilidades. 
En la noche Sebastián espera a la princesa en la biblioteca 
-Ho que sorpresa por fin un día llegas primero-dice la princesa mientras va entrando-hoy no te  
había visto- 
-¿Cuándo me lo ibas a decir?-dice Sebastián enfadado 
-¿Decir que Sebastián?-dice la princesa mientras le cambia el rostro 
-¿Que esperabas que me enterara el día de la boda, cuando te viera en el altar?- 
-solo estaba esperando un buen momento...yo..-dice la princesa y Sebastián la interrumpe: 
-¿Acaso has estado jugando conmigo? Creo que mejor me voy ya no tengo nada que decir-y da  
media vuelta y empieza a caminar 
-¡¡Sebastián!!No te dije que me iba a casar porque no lo haré- 
Sebastián se queda parado unos instantes y se voltea hacia la princesa 
-Me escaparé contigo-dice la princesa-iré hasta el maldito infierno si es preciso hacerlo así  
para estar juntos, solo dime si ahora que tienes cargos estás dispuesto a dejarlo todo por mí- 
Sebastián se acerca y le toma las manos, manos que le tiemblan a la princesa: 
-Empezaría desde cero mil veces si es a tu lado, mañana al anochecer espérame en el jardín y  
nos iremos lejos donde nadie nos conozca, tu solo confía en mí.- 
Y se retira. 
En la mañana Sebastián entra a donde el rey: 
-Su majestad me mando a llamar? 
-Sebastián este es Augusto quien atiendo los asuntos legales de la corte y mi fiel amigo .Y está  
aquí para poner los papeles de las propiedades de Storman y Grandlinlls a tu nombre.-dice el  
rey 
-¿Pero y eso para qué?-dice Sebastián  
-Augusto danos unos minutos a solas mientras redactas los documentos-dice el rey a lo que  
Augusto sale de su presencia.

-Un día no estaré Sebastián y tu hermano Dan será el rey, no quiero dejar a mi otro hijo, o sea  
a ti, desamparado-dice el rey 
-No me va a dejar desamparado yo puedo valerme por mi mismo, no necesito esas propieda- 
des, es más, no las acepto-dice Sebastián  
-Ya Augusto está haciendo los papeles, esa es mi decisión no tuya y cuando tengas hijos en- 
tenderás por qué lo hago. 
Las horas pasan fugaces, ya es casi de noche, la princesa espera a Sebastián en el lago como  
acordaron, pasan las horas pero Sebastián no llega, la princesa se sienta, se levanta, camina de  
un lado a otro , pero Sebastián no aparece.-Sé que vendrás-se dice la princesa a sí misma. 
La princesa se coloca la mano en la cara, unos molestos rayos de luz le dan directamente en el  
rostro y cuando abre los ojos se haya acostada en el jardín y lo peor es que ya ha amanecido y  
Sebastián no aparece. 
Mil ideas absurdas pasan por su mente, la verdad no sabe que ha pasado piensa desde que  
pudo haberle ocurrido algo, hasta que cambió de idea y decidió no arriesgarse. Apresurada  
marcha hacia sus aposentos a cambiarse de ropa y luego de cambiarse deambula por el castillo  
intentando hallar rastros de Sebastián.  
En el desayuno el rey manda a un sirviente: 
-Dile a Sebastián que lo espero en mi despacho- 
Y luego de un rato el sirviente interrumpe a los monarcas que aún están desayunando 
-Su majestad he buscado por todo el castillo pero Sebastián no aparece- 
-Pero cómo es posible-dice el rey-apenas lo encuentres dile que tengo asuntos serios que  
atender con mi comandante.- 
Dan le dice: 
-Padre quizás nos ha traicionado y se ha escapado, quien sabe si es un espía y vende informa- 
ción sobre nosotros... 
-¡Ya calla! no digas estupideces, que espía se ofrecería de voluntario para ir a la guerra, que  
espía salvaría al rey. Algo debe de estarle pasando. 
Amanece y no hay señales de Sebastián. El entrenador de la academia se presenta ante el rey. 
-Dime algo de mi comandante-dice el rey

-Señor no hemos tenido noticias aún de Sebastián. Señor hay algo más… mi hija tampoco apa- 
rece desde ayer y temo que algo le haya pasado, me permite salir con algunos guardias a bus- 
carlos a ambos.- 
-Me parece perfecto dice el rey- 
La búsqueda continúa por varios días sin respuestas, muchos soldados extienden los rumores  
de que han escapado juntos, rumores que llegan hasta los oídos del entrenador e incluso a  
oídos del rey. 
La princesa Leila también escucha estos rumores pero simplemente no los acepta, ella no  
quiere creer que Sebastián haya escapado con otra.-Es un loco pero sé que me quiere-se dice  
así misma mientras camina en su habitación de un lado al otro. Todos los días espera cerca del  
lago hasta tarde en la noche, no pierde la fé de que un día venga a buscarle.



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En el texto hay: amor, acción , aventura

Editado: 14.03.2022

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