El paraíso en sus ojos

Capítulo 01

Capítulo 1:
Quién ignora mejor.

Meses antes
20 de enero de 2022

Aria.

Todo este lugar es una maravilla.

A ver, no quiero exagerar ni nada, pero todo lo que veo a mi alrededor es... fascinante. Y no lo digo por ser nueva en estas cosas, ni porque es algo de lo que jamás me acostumbré. Tal vez solo es por... por saber que el estar aquí me lo he ganado yo. Por mi cuenta.

Eso hace que esto sea más que una maravilla.

Salgo de mi emoción al escuchar el silencio al otro lado de la línea.

—¿Terminaste? —la dureza en mi voz no pasa por alto, pero claro que él me ignora.

—No —sentencia casi de inmediato—, Aria, te he dicho muchas veces que no puedes meter aluminio al microondas, ¿en qué rayos estabas pensando?

—No estaba pensando —admito un poco avergonzada—, estaba apresurada, iba a llegar tarde.

—¡Aún faltan veinte minutos para empezar!

—Me gusta ser puntual. —me hundo de hombros.

Claro que no me importa si soy puntual, es decir, sí, el primer día siempre hay que dar buena impresión. Pero la verdad es que ellos ya me conocen lo suficiente como para estar con esas "buenas impresiones" y él lo sabe bien, por lo que supongo que es la razón por la que no me cree nada.

Bufa, lo más probable es que está pensando algo tipo: «esta chica no tiene remedio». Pero su melodiosa risa resuena segundos después.

—Maldición, cómo te quiero. —admite al lograr controlar un poco las carcajadas.

—Y porque me quieres, me harás un buen desayuno al llegar a casa. ¿No? —sonrío como niña pequeña, aunque no pueda verme.

—No. —contesta sin chistar—. No quiero que mueras de hambre, mejor voy y te lo llevo.

—Claro que no, no quiero que canceles tus planes por mí.

—Tú eres mi prioridad, cancelaría lo que fuera por ti.

El rubor en mis mejillas aparece de inmediato. Pero claro que lo menos que haré es decirle que sus palabras han causado más efecto de lo que debería ¿Dónde quedaría entonces mi reputación?

—Qué cursi —me quejo con falsa molestia.

—Te llevaré comida.

—Compraré algo, de verdad, estaré bien, sé cuidarme Chase.

—¿Segura?

—Podré morir por cualquier cosa, menos de hambre. —aseguro

Una ronca risa se escucha al otro lado de la línea.

—Tienes razón —admite—. Está bien, cuídate y mucha suerte.

—Gracias, igual para ti.

—Te amo.

—Yo te amo más. —cuelgo la llamada. Y sé que llevo la misma sonrisa tonta de hace un rato.

Llego a la puerta y me preparo mentalmente mientras tomo una pequeña bocana de aire.

Vamos, tú puedes. Ya has hecho esto antes.

Pero no así, y lo sabes. Lo sé.

¿Cuál es la diferencia? Vamos entra.

Aquí vamos.

A ver, no es para tanto, sé que a veces exagero las cosas y busco dificultad donde no la hay, pero esto es importante, es mi primer trabajo obtenido por mi esfuerzo y no por tener padres influyentes.

Siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo al poner mi mano en la fría perilla de la puerta.

Demonios, ya me he puesto nerviosa.

Entonces, como primer acto de valentía, abro y me adentro al lugar. Donde lo primero que veo es la figura de Ethan Cage, el director de la película que estoy a punto de grabar.

—¡Aria Stuart! justo la persona que estaba esperando. —Ethan camina hasta mí a grandes pasos con una sonrisa ladina en su ancho rostro.

—¿Cómo se encuentra, señor Cage? —pregunto con amabilidad.

—Excelente, con todas las energías para hacer una espectacular obra —admite energizante—. Y te he dicho que me llames Ethan, ahora somos familia.

—Entiendo sí... Ethan. —tanta confianza no me gusta, pero no tengo más alternativa. A menos que prefiera caerle mal, lo mínimo que puedo hacer es seguir sus órdenes.

El hombre se gira hacia los otros chicos que se siguen allí, absortos a la escena, y posa su mano izquierda en mi hombro para guiarme hasta ellos.

Son una chica y dos chicos. Hablan entre ellos animadamente. El sonido de nuestros pasos hace elevar la cabeza a uno de los chicos en nuestra dirección, acto suficiente para que los otros dos también nos observen.

Odiaba las presentaciones, nunca sabía que decir.

Viendo bien a la chica, me puedo dar cuenta que tiene varios rasgos físicos muy parecidos a los míos. Piel bronceada, cejas pobladas, la misma contextura física. A excepción de que su cabello es castaño y el mío azabache. Estoy segura que es la que interpretará a la hermana de mi personaje.

Los otros dos chicos, uno rubio, ojos cafés, cara ancha y labios carnosos, no tiene mucha altura, más que el metro setenta, lo sé porque está muy cerca de mí y yo mido el metro setenta.

El otro chico, es alto a comparación de el anterior, un poco más del metro ochenta seguro, cabello negro azabache, ojos cafés bastante claros, piel pálida, nariz recta...

Pero no puedo detallarlos más porque la voz de Ethan me interrumpe.

—Ellos son parte del cast —señala al chico rubio, quien me observa con una sonrisa ladina en su rostro—, él es Ryan Monstec, es posible que lo hayas escuchado mencionar en alguna parte, tiene películas muy famosas.

No, estoy segura de no haberlo visto en ninguna parte.

El chico, quien parece satisfecho con las palabras de Ethan, se inclina hasta mí alzando uno de sus brazos, a lo que yo lo tomo para agitar las manos con delicadeza.

—Es un placer conocerte. —su voz no es tan varonil como la de los chicos rudos, pero si tiene algo que cautiva.

Le devuelvo la sonrisa.

—Ella es Mía Elfred, es su primera película, pero tiene mucho potencial.

La chica recién presentada también se dirige a mí con una sonrisa, y hago lo mismo que cuando el tal Ryan me saludó.

—Y él es Joshua Dean —señala al chico de ojos cafés claros—. Ha trabajado en unas muy pocas películas antes, por lo que también es nuevo en esta industria.



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En el texto hay: drama amor, actores de cine, pasado drama

Editado: 18.10.2024

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