Patrick me observaba con sus expresivos ojos azules.
-¿Qué quieres decir? -su rostro estaba lleno de confusión.
-Mami, ¿puedo ir a jugar allá? -Alex señaló esa zona que está diseñada para que los niños jueguen.
-Si, amor, pero quiero que estés en un lugar donde pueda verte, ¿si? -él asiente emocionado y sale corriendo.
Tomo mi plato, el de Alex y el de Patrick para dirigirme a una mesa más cerca de esos juegos. Patrick se sentó frente a mí, pero sin ser un obstáculo para que pueda ver a mi hijo.
-Erick. -le dije sin verlo- Erick es el que dizque ayudó a engendrar a mi hijo.
Patrick se levantó de manera brusca llamando la atención de todos.
Yo lo miraba de manera seria, indicándole que volviera a tomar asiento.
-¿Cómo es que esa escoria es padre de mi nieto? -el asco y la furia dominaban su tono de voz.
-Él no es tu nieto, no te equivoques, solo estoy aquí para que respondas mis preguntas, pero no me molesta responderte algunas.
Lo miré de manera desinteresada.
-¿Cómo quedaste embarazada de él? -parecía que le costaba mucho trabajo el decirlo.
-Cuando tenía quince años lo conocí, el príncipe que toda niña querría -una sonrisa amarga se extendió en mi rostro- empezamos una relación, un año después él me obligó a vivir en su casa, amenazándome con que iba a matar a mi “mamá” si yo no me iba con él.
»-Al tercer día de estar en esa casa, me violó, ahí fue donde quedé embarazada de él. Quise abortar muchas veces, incluso me llegué a pasear cerca de ese lugar de mala muerte; cuando me decidí en hacerlo, Erick me descubrió, pensó que me andaba viendo con otro chico, así que me encerró en su casa.
»-Él salió de viaje, mi embarazo lo pasé encerrada en ese lugar. Marie, su hermana, me ayudó todo ese tiempo. -un suspiro salió de mis labios- Gracias a ella conocí muchas cosas, a través de ella supe que Erick se tardaría medio año más en ese viaje, yo ya tenía cinco meses cuando lo supe.
»-Su viaje se fue alargando mucho más, lo cual era un consuelo para mí. Cuando supe que Erick iba a volver le supliqué a Marie que me ayudase a salir de ahí.
»-Ella, luego de pensarlo por dos días, aceptó en ayudarme, compró la casa en donde vivía antes de ir al aquelarre.
Patrick tomó mi mano y la acarició.
-Lo siento tanto, mi niña, pasaste todo eso por nuestra culpa. -sus ojos azules retenían las lágrimas.
-Se quiera o no, gracias a eso pude concebir a mi hijo. -miré a Alex reír sin ninguna preocupación, lo que hizo que una sonrisa se dibujara en mi rostro- Mi hijo es lo mejor que me ha pasado.