El Pequeño De La Luna

Duele, ¿verdad?

Patrick está sentado frente a nosotros con Alex en su regazo.

Mi hijo parecía estar realmente cómodo en su regazo, lo cual me parecía tierno.

En un sillón, al costado de él, estaban Lucas y Mark, en otro estábamos Hazel y yo.

-¿Qué sucedió allá afuera? -su voz sonaba tranquila, pero en su mirada claramente se veía el enfado.

-Señor, yo... Yo solo estaba protegiendo a Mi señora. -la voz llena de temor de Hazel hizo que un sentimiento de pena me embargara.

-Patrick. -llamé su atención- Lo que dice Hazel es cierto, Mark me estaba diciendo cosas poco agradables y creo que eso iba a desenvolverse hasta los golpes si no hubiese sido por ella.

Mi voz sonó tranquila. No les iba a demostrar cuánto me habían afectado sus palabras.

»-Y luego apareció Lucas insultando y casi golpeando a Hazel, así que me puse en medio de ellos y advertí a tu hijo que si se atrevía a tocarla yo no respondería por mis actos.

Él observó a ambos chicos esperando que se defendieran.

-Esa zorra es mi mujer, puedo hacer con ella lo que se me venga en gana. -el desprecio en la voz de Lucas era notable.

-Yo... Yo no sé qué me pasó, señor Nilsson. -Mark habló en medio de un susurro- Lo que sé es que me enfureció ver como ella se abrazaba al cuerpo de ese lobo.

-¿Y eso a ti en qué te afecta? -cuando Patrick formuló la pregunta, los ojos de Mark parecían querer salir de sus cuencas.

-Yo... Yo en verdad quisiera que Amanda fuese solo para mí. -el murmuro de Mark hizo que en mi estómago y graganta se formara un nudo, pero no de esos agradables, sino de esos que te hacen querer salir huyendo.

-Pero mi mate es Peter, no tú. -cuando me di cuenta lo que había dicho quise enterrar mi cabeza en medio de las sábanas.

Un carraspeo por parte de Patrick hizo que el silencio incómodo se rompiera aunque sea un poco. 

-Bien, en cuanto al caso de Hazel, siempre estará bajo el cuidado de Lucas, no hay nadie más que quiera hacerse caso de ella. Y en...- antes de que él continuara, lo interrumpí.

-Yo me haré cargo de ella. -digo rápidamente.

-¿Estás segura? -los ojos de la chica tienen un fuerte brillos de esperanza. 

-Lo estoy. -miré directamente hacia los ojos de Patrick para que se diera cuenta que no estaba bromeando.

-Pero, Amanda, tú aún eres una adolescente. -el hombre mayor dejó sobre el sofá a mi hijo y se acercó a mí- Mi niña, aun eres demasiado joven para hacerte responsable de otra persona. -una sonrisa carente de humor se extendió en mi rostro.

-¿Sabes, Patrick? Sí, es verdad que solo soy una adolescente, después de todo, solo tengo 19 años, pero te aseguro que puedo cuidar mejor de mi hijo y de Hazel a comparación de cómo tú "nos cuidaste" a Lucas y a mí.

Cada palabra que salía de mis labios iba cargada con veneno.

Los ojos de Patrick estaban abiertos a más no poder, su expresión era de dolor puro.

-¿Eso piensas de mí? -su voz dolida hizo que un pequeño pinchazo en mi pecho apareciera.

-Eso me hicieron creer fervientemente, Patrick. Duele saber la verdad, ¿no es así?

Me levanté del sofá en el que estaba, tomé la mano de Hazel y fui hasta donde estaba mi hijo para cargarlo en brazos.

»-Nos retiramos. -con Hazel siguiendo mis pasos me dirigí fuera de esa casa. 

 




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