—Maxi tenía sueño, debía dejar que durmiera— respondió como si no hubiese sido nada.
—Así que… ¿A esto te referías?— dijo mi padre mientras me observaba.
Asentí a la vez que posaba mi mirada en Maxi, estaba aún dormido y Emma lo movía con suavidad para despertarlo, quizá lo único que logre es hacerlo dormir aún más profundo, los guardias se aproximaron a los eunucos para bajarlos del lugar, al cortar la soga con la que Emma los había atado cayeron al suelo haciendo que Emma estallara en carcajadas.
—Emma…— susurró Max mientras sobaba sus ojitos, aún estaba medio dormido —¿Esteban?— susurró cuando me vio.
—Sí, ya vinimos por ti, Emma es muy valiente ¿No te parece?— Dije con una sonrisa inclinado delante de él.
—¡Sí! Emma es una princesa muy valiente— dijo para abrazarla.
—Exacto, ha salvado a estos príncipes muchas veces— susurré mientras acariciaba su cabeza.
—Y también a este viejo rey— Añadió mi padre con una sonrisa.
Los soldados ataron de las manos a los eunucos para amarrarlos también a los caballos.
—Esperen… Átenlos a mi caballo— dijo Emma con una sonrisa de lado.
—Hagan lo que dice— ordené.
¿Qué será lo que Emma tendrá pensado para esos pobres? Ellos la miraron algo atemorizados, volvimos a la vereda por nuestros caballos llevaba a maxi en mi espalda, se veía muy feliz.
—Esteban— susurró Emma —Lleva a Maxi por favor, quiero jugar un poco en el rio— asentí pero mi padre y yo compartimos una mirada bastante nerviosa.
Él hasta ahora no ha visto a Emma en acción, cuando la vea entenderá por qué temía por los eunucos y no por ella.
Ella
Ya en nuestros caballos y los eunucos atados al mío, comenzamos a cabalgar de regreso a casa, Maxi y Esteban se veían muy felices al lado del otro, Esteban se veía como todo un padre, llegamos hasta la rivera y procedimos a cruzar el rio, los pasos de mi caballo se detuvieron a la mitad de este.
—¿Quieren nadar?— Pregunté viendolos a los ojos, ellos negaron con la cabeza repetidas veces —Ah entiendo, el agua les agradará mucho— sonreí y comencé a cabalgar rio arriba mientras ellos gritaban.
La mirada de los demás estaban sobre nosotros, Maxi reía y me animaba a que fuera más rápido, el rostro de Esteban se veía algo preocupado y el rey y los soldados veían asombrados y un tanto confundidos la escena, después de cabalgar un rato, decidí que ya era suficiente y regresamos al palacio.
—Esteban, Emma— nos llamó el rey, nos dimos la vuelta y él retomó la palabra —¿Podría dar un paseo con mi nuevo nieto? Quiero compensarle por lo que he ocasionado— nuestras miradas se posaron en Maxi.
—¿Te gustaría ir con el rey, Maxi?— le pregunté con una enorme sonrisa.
Maxi pareció pensarlo por un momento y luego con una sonrisa aceptó, estaba emocionado por ir con el rey.
—Está bien… cuidelo por favor… se lleva a mi niño— susurré y el rey asintió mientras tomaba la manita de Maxi.
Ellos se alejaron mientras sonreían el uo al otro, era la primera vez que veía al rey con esa actitud, sin duda, todo esto estará lleno de cambios a partir de ahora, espero que todo traiga buenos cambios para el reino.
—Emma, vamos— susurró Esteban mientras tomaba mi mano.
Asentí con delicadeza y regresamos a los aposentos, por fin Maxi estaría con nosotros en su nuevo hogar, ver que podrá llevarse bien con el rey me tranquilizaba, somos una familia ahora.
—Hay algo que dejaste pendiente antes de salir— dijo Esteban con firmeza.
—¿Olvidé algo?— Ladeé mi cabeza, yo normalmente no soy de olvidar cosas.
—Sí ¿no lo recuerdas?— me miró sorprendido.
Negué lentamente mientras esperaba recordarlo de repente.
—Ven, te refrescaré la memoria— sonrió.
Se acercó a mí y tomándome de mi cintura me acercó a él, estaba demasiado cerca.
—¿Ahora lo recuerdas?— dijo muy cerca de mi rostro.
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Editado: 25.05.2021