Capítulo 18: Más conocidos se esfuman

Universo: Rómgednar

Planeta: Sepnaru

Lugar: Chihuahua, Chihuahua; México

Un portal se abre en una de las calles de la capital de este estado.

A comparación de Monsílut, aquí todo está demasiado tranquilo; parece ser un día más con el cielo despejado y una brisa refrescante. Los habitantes siguen con sus rutinas diarias, sin importarles o sin saber que una invasión se aproxima.

El comandante Francisco tiene que correr un par de cuadras para llegar a su casa y con su esposa; aprisa saca sus llaves y abre la puerta principal de ese humilde hogar con un piso extra. 

—¡Lupe! ¡Lupe! —grita el útbermin calvo al entrar corriendo.

Al escuchar los gritos preocupados, una semi-faípfem baja las escaleras; es una humana de veintiún años con orejas y cola de caballo (literalmente tiene cola de caballo… bueno, en su caso sería de yegua).

—¿Apá? ¿Qué estás haciendo aq… —inquiere confundida ella.

—Mija, ¿Dónde está su madre? —pregunta Francisco con inquietud.

Lupe no tiene tiempo de responder, porque la esposa de Francisco sale corriendo de la cocina.

Ella es una faípfem peculiar; una combinación de dos animales antropomorfos en uno solo: una yegua y una tiburón hembra. Tiene cuerpo humano, pero cabeza de yegua; colmillos puntiagudos en lugar de dientes, aparte de pequeñas branquias en el cuello. Entre los dedos de las manos y pies tiene membranas para nadar mejor. En lugar de tener cola de caballo, tiene una larga cola de tiburón blanco. La parte frontal de su cuerpo tiene pelaje corto color blanco, mientras que por la parte trasera el pelaje es color azul oscuro. Sus ojos son azul claro con esclerótica negra; cabello largo, lacio y color púrpura muy oscuro. Tiene cuarenta y dos años.

—¿Frans? ¿Qué pasó? —inquiere la hembra toda preocupada; su nombre es Nila Oleim (*) y por el momento usa ropas casuales.

—Serios problemas. Lozkar y las hermanas escaparon, incluyendo esa itqa-lirt (*) (bio-androide) Rebeca —explica Enrique sin calmarse.

—Eso sí que es un desastre, pero no deberías de preocuparte tanto; solo reunimos a los otros y la derrotaremos. Hasta incluso nuestros hijos nos pueden ayudar —asegura Nila con tranquilidad.

—La situación es peor de lo que imaginas. Nuestras némesis ahora están acompañadas por un enemigo bastante poderoso y malvado; un demonio llamado Ginjo. A según nuestro compañero Abihu, ahora es igual de poderoso que Satanás —informa seriamente Francisco.

—¿Entonces… sí vamos a poder ayudarles o no? —inquiere otro joven de veintiún años; un útbermin de nombre Ignacio (*).

Él es hermano de Guadalupe (*); al lado de él se encuentra el tercer hermano: Ulises (*), quien es un tiburón blanco faípfem. Ellos son los hijos trillizos de Francisco y Nila.

—Claro que sí, Ignacio; ustedes tres nos serán de mucha ayuda. Aparte, ya saben que siempre trabajamos en familia cuando nos encargamos de esa itqa-lirt —afirma Francisco con mucha seriedad.

—Perfecto; una buena excusa para escaparnos de la escuela por unos días —celebra feliz Ulises.

Prontamente la familia completa se alista para una batalla.

Francisco ya está cambiado con sus ropas militares y su boina roja; solo le falta preparar su arsenal: cuchillo Bowie, pistolas Glock, y especialmente su fusil de asalto personal: un FX-05 Xiuhcóatl.

Nila Oleim se cambia con ropa civil más cómoda, pero con estampado de camuflaje verde con café. Se alista con un par de armas de fuego, pero especialmente su inseparable par de falcatas griegas; espadas únicas que han pasado de generación en generación, guardadas en esas grandes fundas que se amarran en cada pierna.

Entre que su esposa e hijos se alistan, Francisco se pone en contacto con varios compañeros militares, activos y retirados; trata de advertirles acerca del peligro inminente, pero recibe la noticia de que el presidente ya sabe de este hecho. No solo el presidente de México.

Todos los líderes mundiales han recibido la noticia, mas ninguno ha activado alguna clase de alarma o han evacuado a los civiles. No quieren causar pánico general, por lo que mantendrán silencio hasta que llegue la invasión. Sus ejércitos se están preparando bajo un estricto código de silencio; no han salido a las calles, pero se están reuniendo en diferentes puntos de sus respectivos países.

Cuando por fin la familia está lista, todos se reúnen en la sala; hasta los trillizos de veintiún años tienen sus armas personales, aunque no son tan especiales como las de sus padres.

—Solo falta comunicarme con Abihu para que nos…

Antes de que Francisco pueda terminar la frase, sus tres hijos desaparecen frente a sus ojos, justo después de un breve resplandor dorado.

—¡Hijos! —exclama Nila asustada mientras trata de abrazar a su hija Lupe, fallando en el intento. Los jóvenes se han esfumado.

Los padres llaman y buscan a sus muchachos, mas no los encuentran por ningún lado.

—¿Ahora que hacemos, Frans? —indaga la faípfem toda preocupada.

—Lo mejor es ir con Abihu para prepararnos; espero que Carlos sepa que les ha pasado a nuestros hijos —responde Francisco manteniendo la calma. Cierra los ojos para llamar a Édznah; un instante antes de hacerlo, recuerda un detalle importante—. Es mejor ir con Carlitos.

—¿Enmaru? ¿Y dónde está él? —pregunta Nila ya más tranquila.

—Está en Querétaro; él fue a buscar a Desmond —informa su marido.

Por fin Francisco Enrique llama mentalmente a Édznah; un portal blanco y negro se abre, facilitándole el camino hacia otro estado.

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Universo: Rómgednar                                

Planeta: Sepnaru

Lugar: Santiago de Querétaro, Querétaro; México