Cuando llegó la noche preparé mis cosas para el siguiente día y estuve dando vueltas en mi cuarto, usaba el celular, veía por la ventana y caminaba alrededor del lugar. Me encontraba nervioso, tenía incertidumbre de si hoy soñaría algo extraño de nuevo, naiman no se había comunicado conmigo en todo el día y mientras me perdía en mis pensamientos llamaron a mi puerta.
'Eh alguien llama a la puerta'
Mientras me encontraba pensando aquello me acerqué a mi entrada y abrí.
- Puedes por favor dejar de dar tantas vueltas niño. ¡Hay personas que molestas con ese comportamiento!
Quien me había tocado y prácticamente regañado, era mi vecina Valeria, quien rentaba a lado de mi. Su rostro parecía algo molesto, por lo que me asusté un poco al verla.
- Valeria!! Discúlpame… no pensé que molestara con mis pasos.
Normalmente uno no se asustaría al ver a una chica como Valeria, con su cabello corto color negro, ojos del mismo color, pero con un brillo especial, que la hacían ver muy bien. Pero era su actitud y carácter la que la hacían de temer.
- Si, si lo haces y mucho, sea lo que sea que te ocurra pasará pronto así que acuéstate y duérmete ya niño.
Cuando la conocí hace días noté que tenía una actitud muy mal humorada, parecía que siempre estaba enojada, su tendencia a vestir totalmente de negro y mirar tan penetrante a las personas no ayudaba a mejorar su apariencia, pero había sido la única que me dio la bienvenida y saludo en todo el edificio.
Un par de días después descubrí que estudiaba enfermería debido al atuendo que llevaba puesto cuando la vi pasar y fue que le pregunté y me lo confirmo, su actitud también parecía ser otra, entonces descubrí que atrás de toda esa apariencia ruda había una chica de buen corazón y muy amable.
- Si eso haré, lo siento en serio, trataré de que no vuelva a pasar.
- Más te vale o necesitarás mis conocimientos como enfermera.
Mientras reaccionaba que me acababan de amenazar, Valeria dejó mi entrada para caminar hacia su departamento, pero justo antes de entrar volteo hacia a mi y me habló.
- Y como te dije Niño, sea lo que sea que te tenga así ya pasara, estar dando vueltas no lo arreglara así que mejor descansa, buenas noches.
- Bu... buenas noches.
Solo pude contestar eso, luego ella se metió a su departamento y yo hice lo mismo, decidí irme a acostar, tal vez un poco fue debido a la amenaza que acaba de recibir, pero fueron más sus palabras de apoyo las que me habían calmado mucho.
Apenas era la cuarta vez que hablaba con ella, pero desde que supe que estudiaba, sentí que podía confiar en ella y hasta ahora ese sentimiento no era erróneo.
- Tiene razón, no tiene caso seguir así toda la noche, será mejor que duerma.
Termine de hablar, apague las luces y me acosté a dormir, confiando que nada raro pasaría.
***
No se exactamente cuanto tiempo había pasado desde que cerré los ojos, pero de pronto me encontraba en un pequeño lago pescando, sobre un bote color blanco, a mi lado se encontraba un hombre que conocía perfectamente.
- Abuelo, ¿cree que pesquemos algo hoy?
- Estoy seguro que así será hijo, solo es cuestión de tiempo.
Me encontraba pescando con mi abuelo, algo que jamás había hecho, pero lo estaba haciendo en ese momento.
- Creo que todo lo que me enseñó de la pesca me servirán bastante para llevar muchos pescados hoy a la casa.
- Eso es lo que pienso también, ya veras que no podremos cargar las bolsas con tanto pescado que llevaremos.
- Si tiene razón necesitaremos más...
Pensaba decir bolsas, pero no había nada a nuestro alrededor para llevar los supuestos pescados, tampoco llevamos más cosas con nosotros, lo único que había eran las redes que teníamos en las manos.
- ¿Sucede algo hijo?, ¿acaso ya atrapaste alguno?
Voltee a ver a mi abuelo mientras me hablaba y noté que llevaba la misma ropa que cuando solía estar en casa, aunque normalmente cuando el pescaba llevaba una ropa especial que era de la suerte, al menos eso me había contando él cuando yo era más joven.
- ¿Por qué anda esa ropa abuelo?, no se supone que usted....
Otra vez no pude terminar de hablar, me di cuenta que todo eso de la ropa era lo que me solía contar mi abuelo cuando pescaba, pero ya hacía tiempo que había dejado de hacerlo. No había manera posible de que ahora estuviera pescando y menos conmigo.
- ¿Qué te pasa hijo?, te ves algo pálido.
Entendí lo que sucedía, otra vez estaba consciente cuando no debía estarlo, otra vez pasaban cosas que no debían pasar, sabía donde me encontraba ahora.
- Este es un sueño otra vez, claro... tenía que serlo.
Naiman me lo dio a entender ayer con sus habladurías, mientras tu subconsciente crea escenarios imposibles y alterados de tus recuerdos, tu imagen lo vive como si fuera normal ya que en ese mundo creado todo eso es normal, pero si tu consciencia por alguna razón viviera eso, notaria las cosas extrañas pasando y no podría asimilarlas, lo que afectaría el progreso del sueño, yo nuevamente estaba consciente en uno de mis sueños.
- Ahora paso más rápido, me di cuenta más rápido de que estaba soñando. Tu eres una imagen de mi abuelo nada más.
Cuando comprendí lo que sucedía, me hablé primero a mi y luego dirigí mis últimas palabras hacia la persona que tenía cerca, pero entonces, algo más increíble sucedió.
- Si hijo lo soy, aunque en si, soy una imagen residual de tus recuerdos, soy lo que tu recuerdas de mi.
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Editado: 12.10.2020