Darren al paseo de salir de la gran mansión, perdió el camino al cual lo llevaba a la salida y terminó caminando entre los árboles de mármol de los enigmáticos Hillary. Caminó y caminó, sin embargo nunca encontró la salida. La mansión no era tan grande como para que le pasará aquello, si no que el hecho de que Brair había instalado un hechizo al cual cualquier individuo que entre sin permiso quedé atrapado sin poder salir hasta que uno de la familia real de los Hillary les permitiera salir.
En unos de esos largos caminos, Darren vio una pequeña cabina de madera entre los árboles, parecía no tener nadie dentro, sin embargo estaba muy maltratada. Se acercó sigilosamente, atento a que alguien lo pudiera ver. Cuando entró; logro ver solo un gigantesco nido con seis huevos. Frunció el ceño notoriamente.
Cuando se agachó a tocar uno de ellos escuchó un estruendo y un ruido extraño sonar, luego unas cadenas y tiempo después un gruñido de parte humana.
–¡Joder Stella, cálmate!–La voz de Brair sonó a poca distancia, Darren intentó salir de la cabina pero vio que él ya estaba por entrar, arrastrando algo con una cadena–¡Ya te hemos dicho, tienes quedarte en tu casita no en la nuestra!
Brair abre la puerta con brusquedad, al clavar los ojos en Darren frunce el ceño notoriamente. La cadena entre sus manos deja de sostenerse con tanta fuerza gracias a su descuido, Para Darren fue inevitable no mirar que llevaba a arrastras.
Un desconocido ser estaba con las ojeras paradas y una posición amenazante para el individuo; su piel era extremadamente roja llegando al bordó, tenía cuerpo de serpiente pero con extremidades; su cabeza era prácticamente igual a un Ajolote; Tenía pequeñas alas en su espalda, que estaban extendidas, al igual que una dentadura enorme, con sus colmillos goteando sangre como si recién se hubiera alimentado.
–¿Tú... Qué...?–Ladea la cabeza, sacándose de encima aquella incredulidad– ¿Cómo carajos llegaste acá?–Soltó bruscamente, sonriendo nervioso sin poder evitarlo
–¿Qué carajos es eso?–Soltó en respuesta, señalando a la criatura.
–¡Brair, Max ya se calmó pero igualmente deberíamos volver a tratar en hacer un hechizo! ¡Stella siempre quiere hacerle daño!–La voz de Odessa sonó pocos segundos antes de entrar y verlos a ambos. Alzó una ceja y al ver a su compañero de clase y su hermanastro juntos, mirándose horrorizados–Oh...
–¿¡Quién es él!?–Grita Brair mirandola con horror mientras señala al muchacho.
Abre la boca para hablar pero Darren fue más rápido en decir algo
–¿¡Quién eres tú!?–Se defendió también señalandolo.
El pequeño ser, chilló como siempre haciendo que Darren haga pasos para atrás.
–Oh, mierda, ¿Qué haces aquí McCall? –Miró a su hermano–Si un humano logró entrar sin permiso es por qué nuestro hechizo falló, dame a Stella y corre, corremos peligro con Evangeline suelta y sin protección.
Brair le dió la cadena y corrió como si no hubiera un mañana, por otro lado; Odessa no podía parar de mirar con impresión a su compañero de clase, suspiró y negó con la cabeza.
–¡Joder Darren!–Exclamó, sujetó aún más fuerte la cadena–¿Qué...? ¿Desde hace cuánto estás aquí?
–Desde que salimos del instituto–Se tocó la nuca avergonzado–Te espíe.
–Cinco horas. Significa que en diecinueve horas olvidarás todo, bueno me podés servir de algo; necesito que me digas si viniste con alguien–Negó–¿Qué es lo que has visto?
–Yo... Tu... Haces magia–Soltó aún aturdido, Odessa entendió que el individuo ya sabía todo su secreto–¡Tienes un hijo! ¿Cuántos años tienes?
Y entonces comenzó a retroceder, lleno de temor y confusión; no podía creer en todo lo que había visto, si era una pesadilla o la realidad si ella existía o no, si el dragón que se encontraba a su derecha realmente era un dragón y no que había fumado alguna sustancia que lo haya hecho alucinar.
–Espera cálmate...–Susurró
–¡No! –Gritó—¡No quiero olvidarlo todo al día siguiente!–Del bolsillo sacó la hortensia y la puso frente a él extendiéndola con la mano. Odessa gimió asustada y retrocedió muchos pasos–¡No te me acerques!
–¡McCall, joder, simplemente entiende que las cosas no son así!–Gritó–Esto simplemente lo puedo explicar. Escucha, déjame ubicar a Stella aquí y te llevaré a la mansión, los mundanos suelen desmayarse, Evangeline hizo que el cerebro libere un tóxico, apaga las neuronas por un micro segundo, despertarás con jaqueca, calambres. y no te adaptaras a la luz; lo mejor de puedes hacer es mantener la calma.
–¿¡Cómo quieres que mantenga la calma!?–Exclamó–¡Eres una bruja y tienes un dragón!