Capítulo 3

Ismael estaba ensangrentado, el coche lo envistió con fuerza cuando el chico le devolvió el ataque, Kabil estaba furioso también y más porque casi a punto de desfallecer Bimori se encontraba en el suelo a consecuencia de los golpes de aura y sal con cuarzo que Ernesto y Ramsés lanzaron.

Ajaniame se transformó en un enorme rinoceronte y envistió a Ernesto.

—¡MATENLOS!.  —Grito Ismael furioso mientras se desgarraba la piel para poder desprender la sal con cuarzo de su cuerpo—. 

Kabil obedeció las ordenes de Ismael, se transformó en un león y se lanzó sobre Ramsés, el chico dio un brinco acrobático esquivando al animal, Ernesto por su parte trataba de tener al rinoceronte lejos de el con ayuda de su aura, pero Ajaniame alternaba sus transformaciones ágilmente para esquivarlo.

El chico que anteriormente había salvado a Ethan y a los hermanos D’contte nuevamente apareció detrás de Ramsés y lo abrazo por la espalda jalándolo hacia el portal de fuego negro que abrió en las paredes y desapareció, un portal se abrió nuevamente bajo los pies de Ernesto y este cayó al vacío.

Ismael comenzó a golpear la pared donde desapareció Ramsés, furioso y frustrado por no poder lograr su cometido,  lanzaba los sillones y muebles que estaban en la casa de Agustín por todos lados mientras Ajaniame que ya había perdido su forma animal trataba de limpiar las heridas de Bimori que fue la más afectada.

—Pareces un niño que perdió un juguete. —Alego la mujer mientras recibía una cacerola con agua y un trapo que Kabil había conseguido en el lugar—. 

—¿Por qué tienen que ser tan escurridizos?. —Pregunto Ismael—. No es la primera vez que los encontramos pero los bastardos siempre escapan.

—Esta vez tenían apoyo. —Intervino Ajaniame—. Ese chico abrió una especie de portal en la pared, eso es nuevo.

—Ese es fuego infernal y lo poco que se sobre ese poder es que solo puede ser controlado por un demonio. —Explico Ismael—.

—¿Demonio?. —Pregunto Kabil—. 

—Este es un mundo lleno de criaturas sobrenaturales, somos prueba de ello ¿No crees?. —Contesto el bifauno—. 

—¿Y qué tiene que ver un demonio con los hermanos Aural?. —Pregunto Kabil con curiosidad—. 

—No lo sé, pero no creo que eso nos beneficie, tenemos que encontrarlos y matarlos. —Contesto Ismael  seriamente, sus ojos estaban inyectados de furia—. 

—Debemos irnos. —Dijo Kabil sujetando su brazo izquierdo herido—.

—Pero no podemos transformarnos, será difícil. —Alego Ajaniame—.

—Pues entonces caminaremos, tenemos que lavarnos las heridas y retirar la sal para que nuestra sanación funcione. —Dijo Ismael; una idea vino de pronto—. Robaremos un coche.

—Perfecto, ya nos busca la policía en  gran parte del país, ahora también aquí nos buscaran, todo era más fácil cuando solo éramos campesinos guerreros.

—Bifaunos guerreros. —Dijo Ajaniame—. Éramos los mejores que había.

—Hasta que nos exilió el maldito rey. —Exclamo Ismael—.

—Después de que enfermo, tu padre tomo el poder. —Dijo Kabil—. No puedes quejarte.

—Era el más apto para el cargo de rey en lo que Cosijoeza regresa al reino. —Contesto Ismael—.

—¿Sigues creyendo que volverá?. —Pregunto Ajaniame—. Escapo a los quince años del reino bifauno y ni siquiera sabíamos que había formado una familia en la colonia aurática hasta que el presagio llego. —Explico—. 

—Lo que hizo fue una aberración, engendro un hijo capaz de destruirnos a todos. —Dijo Ismael—. Con el poder del aura y la habilidad bifauna de convertirse en cualquier animal e incluso en cambiar la apariencia en la de otra persona.

—¿Entonces la profecía es real?. —Pregunto Kabil preocupado—. 

—Esas son tonterías, lo que sí es real es que ese bastardo puede acabar con toda la raza bifauna si lo desea o incluso pretender que nosotros nos podemos mezclar con los auráticos.

—¿La cruza con ellos no nos haría más poderosos?. —Pregunto Ajaniame con curiosidad—. 

—Ese niño fue un milagro, la cruza con un aurático no genera híbridos, o puede nacer bifauno o aurático, nunca con los dos dones. 

—Un ser sin igual. —Dijo Kabil—.

Ismael cargo el cuerpo de Bimori mientras comenzaba a caminar. 

—¿Te imaginas lo increíble que sería potenciar la transformación con el aura?. —Pregunto Kabil maravillado—.

—Solo pensarlo es aberrante. —Contesto Ismael asqueado—. 

—“El nacido de dos clanes enemigos tendrá la capacidad de controlar el poder de un dios”. —Menciono Ajaniame mientras se tomaba la cabeza tratando de contener el mareo—.

—Un presagio. —Dijo Kabil sosteniendo a Ajaniame—.

—Dijiste que la profecía no era real. —Reclamo Ajaniame—.

—Nos mentiste. —Dijo Kabil—. 

—Yo también creía que no era real. —Dijo Ismael mientras seguía caminando—. Supongo que mi padre me mintió.

—¿Y que se supone que haremos ahora? No podemos pelear con alguien tan poderoso. —Alego Ajaniame temerosa—.