CAPITULO I
UN TRISTE DESPERTAR
— “¡Mili esta grave!” — “¡parece que se está muriendo!”—“¡los médicos no le dan esperanzas de vida!”.
La voz de Gina aun haciendo eco en mi mente, — Maldita voz que insiste con vehemencia dentro de mí. Hace solo un instante estaba con ella, ¿qué pudo cambiar tan de repente?
Imágenes golpean mi mente con fuerza, el recuerdo de esta tarde en el parque de diversiones. ¿Por qué? —¡Por qué menciono aquellas palabras que hoy parecen cumplirse! De repente recuerdo su voz —Tengo miedo que esto acabe pronto—Porque tuvo que mencionarlo. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Ella es indispensable para mi ¿Por qué el universo conspira en nuestra contra?
Aquello era realmente deprimente, apenas podía verla y hablarle, y puedo decir que era mi amiga, y la chica de la que estoy locamente enamorado y sucede algo como esto.
De repente siento que me falta el aire, olvide como respirar por un instante y siento como me asfixio con solo pensar en perderla, — necesito aire. Mi madre entra a la habitación y se sorprende al verme caer de la cama con mis dos brazos empuñados sobre mi pecho intentando respirar.
—¿¡Qué ocurre cariño!? —menciona ésta acercándose rápidamente a socorrerme.
—¡Mili! —Grito logrando levantarme.
—¿Qué ocurre con mili?
—Está muriendo —Apenas puedo pensar en ello, y la palabra muerte hace que quiera suicidarme.
—¿Qué paso? — mama se llevó una mano a la boca, estaba sorprendida y preocupada.
—No lo sé, solo que tuvo un accidente, necesito saber que está bien —Tome unos jeans y apresure a cambiarme.
Mamá me llevo al hospital donde se encontraba mili, intentaba calmarme y mantenerme lo más sereno posible, aunque en el auto no se mencionó ni una palabra,Mei estaba igual de preocupada que yo. Ingresamos y nos acercamos a una chica con bata blanca, la cual nos indicó hasta la recepcionista.
—¿cómo dijo que se llamaba la paciente?— Pregunto la señora de lentes grandes.
—Mili kurosawa—menciono mama por tercera vez.
—Si parece que la chica ingreso hace casi una hora, pero no puedo dejarles pasar debido a que hay muchas personas con ella en estos momentos.
— ¿Cómo se encuentra la joven? —Pregunto mama.
—Está entrando a cuidados intensivos, le quedan pocas horas de vida.
—¿son familiares de la paciente?
—Vecinos.
Mi madre me dio un cálido abrazo, no era suficiente para calmar el dolor que sentía en aquellos momentos, pero lo necesitaba.
Solte a mamá, alejándome de ella. La idea de que mili le queden pocas horas de vida es doloroso, no pensé que llegaría a pasar por un momento asi, ella es solo una chica de quince años, somos jóvenes y el destino se empeña en separarnos.
Estaba devastado y me acerque a su habitación a un sin consentimiento del médico y me encontré con Rutzu por el espacioso pasillo. Pobre, ella se veía peor que yo y no puedo imagir el dolor si quiera de lo que es tener que perder un hermano.
Su cara estaba hinchada y sus ojos estaban llenos de lagrimas. —¿Estas bien? —Pregunte algo triste.
—la verdad necesito verla kail, no me dejan entrar a su habitación dicen que la están preparando, no se los perdonare si no me dejan hablarle si quiera, búscala.
—Está bien —dije dándole una pequeña palmada en el hombro. —hare lo que esté a mi alcance para que siga con nosotros— Inmediatamente di la vuelta buscando la puerta número 208.
—No permitas que nadie le haga daño.
—Jamás.
La abrace fuertemente deseando protegerla a ella y a Mili.
El recuerdo de hace un año cuando seguía ocultando mis sentimientos por los de ella, pero ahora que podemos estar juntos ocurre esta tragedia —Maldita sea mi vida —Suspire dentro de mí. Si tan solo hubiera una forma de traerla nuevamente, me conformaría con verla de lejos así sea.
Mi corazón se aceleró al acercarme a su habitación —¿estas seguro de que quieres ver esto? —Me susurro mamá a las espaldas —No creo que sea agradable kail.
—Lo se mamá, pero necesito verla —Respondí en voz baja.
—Despedirte, querrás decir.
—No lo menciones, por favor.
La observe por una ventana amplia que estaba afuera de su habitación, tenia un gran tubo entrando por su garganta, eso quizás le molestaría. Queria entrar a la sala y tomar su mano, encontrarme una vez mascn su mirada juguetona y hacerla sonreir, pero no podia entrar. Parecia tranquila, como si descansara ¿Qué estaría pasando por su mente en esos momentos? Si le hablo —¿podria oírme?—pensé.
Una parte de su cabeza estaba envuelta, queria quedarme observándola pero quizás existía alguna posibilidad de hacer algo para que despertara.
Paso un tiempo, no se cuánto quizás una hora, mama se acercó a mi una vez más y deslizo su mano por mi espalda hasta llegar a mi hombro, se coloco a mi lado y me observo detenidamente.
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Editado: 10.07.2020