Capitulo 4
El primer combate
Una mansión de tres pisos se encontraba en mis narices, cada detalle en la pared parecía hecha de oro, entonces comprendí que el lugar era de oro.
Tres balcones se asomaban en cada ventana de las habitaciones, al abrir la gran puerta me sentí como un millonario.
Su casa, era grande y hermosa, decorada perfectamente. Había muchas pinturas colgadas en la pared como de la edad de oro.
Parecía una casa humana con la diferencia que todo brillaba con resplandor, todo era dorado hasta la televisión.
Ella se sentó con una resplandeciente sonrisa, haciendo que todo se viera muy luminoso, no lograba comprender sus cambios de humor tan repentinos, entonces recordé que no era una simple chica y que dentro de ella había un ser malvado.
—Todo ¿este lugar es de oro? —Atreví a preguntar.
—Solo en la parte décima en la que nos encontramos —respondió rápidamente.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Este pozo tiene diez pisos, una vez mates al rey ira ¡Nuestro señor! Podrás atravesar al piso número nueve, y así.
—¿Podre regresar a este piso?
—No, una vez mates a cada rey cada piso se cerrara, solo los reyes de cada piso podrán subir y bajar cuando así lo prefieran.
—Eso quiere decir que los Perdomo solo tienen acceso a su piso.
—Correcto, todos los perdomos que veas por aquí son espíritus de ira, no podrás encontrarte con otros espíritus hasta que no mates a cada rey.
—Eso quiere decir que eres un perdomo de ira.
—No, pertenezco al consejo y por tal tengo acceso de subir y bajar cuantas veces así quiera.
—Puedo preguntarte a qué tipo de espíritu perteneces.
—Corrección a qué tipo de Perdomo, y es confidencial.
—Cada Perdomo de cada piso ¿poseen los mismos poderes y formas?
—No, los Perdomo de Ira son parecidos a dragones rojos, tal como se convirtió el chico en la plaza, todos ellos poseen esas formas —Larcrein parecía una maquina contestando a cada pregunta. —Una cosa más, una vez mates a un Perdomo sus almas pasaran a ti.
— ¿Qué pasa si mato a un rey? —Pregunte interesado.
—El rey de cada piso posee más almas que cualquier Perdomo, si matas un rey sus almas pasaran a ti, con todos los poderes que aquel posee.
—¿Cuantas almas posee el rey ira?
—No lo sé, muchas supongo. —Laracrein se levantó y me dio la espalda —Una cosa más, el piso 9 y cada uno es diferente a los demás, eso quiere decir que cada objeto es diferente, al rey ira le gusta mucho el oro y por tal decora su piso como le plazca ¿algo más?
—Puedo saber quién poseía este cuerpo.
Laracrein parecía fatigada y se lanzó sobre el sofá, acomodándose como una niña, puso su cuerpo boca abajo y me miro como si estuviera cansada. -Es una historia muy larga.
—Quiero oírla —mencione acomodándome.
—Hace mucho tiempo se dio en el cielo una guerra entre Dios y los demonios, fuimos lanzados a la tierra, satanás quería gobernar el mundo y por eso se le dio la facultad de tener su reinado en el infierno, nosotros somos sus sirvientes, pero no podemos estar en el infierno, solo algunos se van allá, por eso creamos el pozo de los demonios donde solo existimos nosotros, queremos ser iguales a las personas pero es imposible porque siempre va a existir entre nosotros maldad... frio era ese espíritu que se encargaba de congelar los sentimientos de las personas, los llevaba a no sentir nada, pero el mundo ha cambiado hay muchos que dicen no sentir nada pero en realidad si sienten, amor, rabia, celos, homicidio, arrepentimiento pero nunca del todo frialdad aquello hizo que frio desapareciera. Solo, los más antiguos podíamos ver su cuerpo vacío.
—cómo es que va a desaparecer un espíritu, acaso ¿ustedes pueden morir? Pregunte intrigado.
—No morimos, solo dejamos de existir aquí y nos vamos directo al infierno. Pero frio, aunque no se comunique conmigo es atormentado por los otros.
— ¿Los otros?
—Son los que están condenados, ellos son encargados de atormentar a los Perdomo.
—¿porque pueden ustedes poseer el cuerpo de un humano?
—Solo es un disfraz, queremos de alguna manera ser como ustedes.
—¿Cómo pueden manipularnos desde aquí?
—Nos alimentamos de sus sentimientos, los humanos suelen ser incontrolables y nosotros les damos un pequeño empujón, ellos caen en la red y los mantenemos atados a nosotros, ¿Por qué crees que algunos no pueden salir de la depresión, de las drogas, otros se quitan la vida y otros viven mintiendo, los controlamos y manipulamos a nuestra conveniencia.
—Crees que ¿tengo alguna posibilidad de ganar?
—Sabes, yo conocí a frio, y si quieres hacerte fuerte ¡deja de sentir! no sientas nada y vuélvete como frio y nadie te podrá derrotar —Laracrein se levantó y me extendió du mano derecha, había luz en su rostro y sus grandes pechos hacían que me desconcentrara haciéndome enrojecer.
—Quiero que vengas conmigo, necesito probar algo.
Llegamos a un patio muy amplio, y me enseño algo que parecía un armario antiguo, había sobre él una sábana gris, ella la deslizo quitándola de encima. Una vez abierto aquel baúl había adentro una espada muy grande, puedo decir que casi de mi estatura, ella la miro como si fuera un tesoro muy valioso, acariciándola como si se tratase de algo a lo que le dolía desprenderse, me la entrego en las manos.
—Esta era de el —cuando se refería a él, era frio de quien hablaba. —Es toda tuya.
Laracrein paso su mano hasta lo más arriba de su hombro y saco una espada con forma de U —¡Paliemos! —Grito aquella.
Laracrein corrió tan rápido lanzándose con fuerza, sus movimientos eran precisos, logrando así rasguñarme con la punta de su espada sobre mi pecho. Me levante de inmediato, pero ella era muy veloz, apenas podía ver sus movimientos era muy determinada a la hora de lanzar cada golpe.
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Editado: 10.07.2020