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Luis Mejía
una forma de cuernos y un sol en forma ovalada en su otro extremo que tenía
picos que le servían para desgarra la carne y hueso de sus enemigos.
Fei se defendía de aquellos ataques con facilidad, al mismo tiempo dudaba y la
inseguridad de si podría o no sobre vivir aquella guerra invadió su mente, lo cual la
lleno de miedo causando que bajara la guardia en medio de la batalla, momento
que fue aprovechado por el primero, para herirla de gravedad al darse cuenta de
lo sucedido, los demás soldados quisieron ayudarla pero les fue imposible no
tenían las fuerzas suficiente para enfrentarlo, lo único que podían hacer era ganar
algo de tiempo para que pudiera regenerar sus heridas, aun así era inútil el miedo
de morir se había apoderado de Fei dejándola en un estado de inconciencia que
no le permitía reaccionar ante la situación, los soldados sacrificaban sus vidas
para protegerla, no eran rival para finco, --Fei aunque quiso seguir peleando y
defendiéndose al darse cuenta que sus soldados estaban muriendo por ella no
pudo hacerlo, el miedo de morir la había atrapado y no le permitía seguir luchando
como lo hacía en el pasado no podía mantener la calmas se agitaba y temblaba a
la vez, la destrucción y muerte a su alrededor la hicieron una mujer débil y frágil
que podría romperse en cualquier momento, al estar en ese estado soltó su lanza
del pilar, Fei había perdido el control de su cuerpo y la voluntad de seguir
luchando tanto así que no podía mantearse en pie al estar casi al borde de ser
asesinada por el primer conquistador, Llavín su amigo de la infancia fue en su
ayuda, aun así el poder de finco era demasiado grande, llavín no podía ganar lo
único que podía hacer era ganar tiempo para que el resto de soldados a su
alrededor la sacaran del lugar, aunque feilan estaba en ese estado su vida era
más valiosa que la de todo el ejército completo si podía recuperarse esta sería
capaz de destruir a todos los enemigos; cosa que no habían podido hacer entre
todos, aun y cuando los soldados les ganaran a los soldados de infantería del
enemigo, ninguno de ellos tenía la fuerza suficiente para hacer frente a los
conquistadores que aún quedaban con vida. ella insistía en querer seguir luchando
pero en su estado y condición no podía hacerlo el primero estaba enloquecido, lo
único que quería era destruirla pero Llavín, quien se interpuso entre Fei y su