Luis Mejia
pertenezco al cielo ni al infierno soy un nómada entre ambos mundos he vivido y
visto mucho más de lo que te puedas imaginar, ahora que he respondido a tu
pregunta me marcho no olvides lo que te dije y algo mas no permitas que nadie
descubra lo que eres ahora o la pasaras muy mal, es un consejo que te doy, de
por sí, vas a sufrir en este mundo a consecuencia de tu deseo, hasta el punto de
odiarme y desear la muerte, ahora es tu decisión si lo tomas o lo dejas. Malaquías
hacia la advertencia no por su familia, sino por fuerzas más grande que aún no
conocía.
Después de esto Ringo despertó muy asustado, no quería creer lo que
acababa de soñar, pero por precaución y al ver lo que estaba pasando, dejo
crecer su cabello y barba, así podría cubrir su rostro y su edad para disimular ante
las demás personas del pueblo, algunos ya habían empezado hablar acerca de la
apariencia de Ringo, este también dejo de relacionarse con los amigos de la
infancia casi no salía al pueblo y se cortaba el mismo el cabello su padre, Hans le
preguntaba ¿por qué estaba así?, ¿porque no salía y compartía con las demás
personas y amigos como lo hacía antes con su hermana Loris?, a lo que Ringo
respondió: ¡no te preocupes padre!, todo está bien es solo que no me queda
tiempo por el trabajo pero en cuanto pueda saldré con mis amigos, ahora lo más
importante es que ustedes estén bien y que no nos falte nada para vivir. La
situación era preocupante, su familia se estaba dando cuenta que algo pasaba,
incluso su madre dijo que algo le ocurría a su hijo y se preocupaba por ello y
decidió hablar con su esposo acerca de lo que pasaba. Milas decía que miraba a
su hijo muy mal distraído, pensativo como si algo le preocupara y ella temía que él
estuviera en problemas después de eso, Hans le conto que había hablado con su
hijo y le dijo que no se preocupara, que todo estaba bien, así que no le dio
importancia creía que estaría bien siempre y cuando no le pasara algo grave.
El tiempo transcurría muy lento antes los ojos de Ringo, su tiempo de vida se
había detenido. para cuando se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor
habían pasado ya 15 años más, Hans con 65 años de edad empezó a sentir