Luis Mejia
sangre por mis venas, está estancada como agua depositada en un poso.
De esta manera pasaron toda la noche hablando y terminando de contar la historia
de su vida hasta el momento en que murió su madre y su hermana, a partir de ese
momento en adelante empezó a vagar por las calles, Ringo no se acuerda de lo
que paso con su vida hasta que Zona lo ayudo.
Al amanecer del día siguiente Serafina, después de mirar a su hija, como si las
dos estuvieran pensando lo mismo, dijo a ringo que se quedara con ellas por un
tiempo si él ha si lo quería. Ellas estaban solas y él no tenía a donde ir podrían
hacerse compañía él unos al otro, ringo preg ¿está usted segura de eso aun
sabiendo quien soy en realidad señora? Zona resp ¡no te vamos a negar que nos
dio un poco de miedo todo lo que nos contaste pero estoy segura que te diste un
golpe muy fuerte en la cabeza y no te acuerdas donde vives¡ ¡eso es todo!
quédate con nosotras y cuando te sientas mejor te puedes ir para tu casa.
Ringo sonrió diciendo en su interior no creyeron ni una sola palabra de lo que
escucharon, aun así no le importaba, por ahora necesitaba un lugar donde
quedarse mientras se acostumbraba a este nuevo ambiente.
Zona y su madre salían a trabajar como era de costumbre todos los días mientras
que Ringo se quedaba en casa y esperaba a Zona para salir a caminar por las
calles en la noche, donde le mostraba la ciudad y todos los lugares que ella
conocía desde niña. Con el pasar de los días y cada vez que salía junto a ella a
caminar se daba cuenta que ya no quedaba ni el rastro de aquella época que él
conoció junto a su madre y hermana, también estaba admirado de todo a su
alrededor, para su época las nuevas construcciones eran imposible de realizar.
Mientras caminaban exclamo ¡nunca imagine que la humanidad llegara avanzar
tanto!, ¡en mi época las casa eran sencilla nunca hubiera pensado que en esta
época se pudieran hacer todas estas cosas! ¡si no lo hubiese visto con mis
propios ojos no lo hubiera creído!, zona quien escuchaba todas sus palabras no
creía nada de lo que le contaba, pero aun así le gustaba hablar con él, no sabía si
era por las historia que le contaba o era por su voz suave que relataban historias