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Luis Mejia
Mientras tanto por el otro lado de la puerta Ringo caminaba sin rumbo y sumido en
una tristeza e indecisión al mismo tiempo; ya no había marcha atrás, todo lo que
había hecho para no ser descubierto era en vano, todo el mundo sabría quién era.
En un principio cuando decidió buscar a su creador tenía la firme voluntad de morir
en sus manos para descansar en paz, de todo lo que tuvo que pasar a lo largo de
su vida, viendo lo que quería ver y perdiéndolo todo al mismo tiempo, para
después reunirse con su familia en el más allá, en medio de pensamientos y
lamentaciones, de repente vio una luz que parecía ser la salida, entre más se
acercaba a ella, mas brillaba, parecía ser el final del camino pensaba que al haber
amenazado a Malaquías, este lo asesinaría de in mediato al a verlo encontrado;
Ringo llorando por su madre, su hermana y su padre, pensado en su interior ¡por
fin nos vamos a ver de nuevo como, los he extrañado en todo este tiempo que he
estado solo! al salir pudo darse cuenta que se encontraba en un acantilado desde
donde se podían ver unas praderas hermosas como las que vio cuando se
marchaba con su familia de su pueblo y también vio a personas que trabajaban en
ese lugar, y como corrían al mismo tiempo al sentir su presencia.
Sin saber nada del lugar en donde se encontraba estaba desconcertado hubiera
imaginado cualquier cosa menos lo que estaba viendo, al mismo tiempo su vida
cambiaria, esos seres que acababa de ver se convertirían en un futuro no muy
lejano, en su familia, pueblo y nuevos seres queridos a quienes debería proteger,
ese lugar y los seres desconocidos, eran personas no combatientes o sin
entrenamiento para la guerra, era el pueblo y el mundo de Malaquías,
al estar en aquel lugar Ringo lloraba y no sabía por qué, la duda lo agobiaba lo
único que quería era morir, pero al mismo tiempo se negaba hacerlo no sabía que
era lo que en realidad quería, gritando lleno de impotencia ¡porque a mí! maldición
¡si tan solo hubiera sabido lo que iba a pasar, no hubiera pedido aquel deseo!
gritando perdóneme es mi culpa, era tanta la frustración que sentía que sin darse
cuenta llamo la atención de las personas que habitaban el mundo; los cuales no
eran nada más y nada menos que la Facción de los héroes eran personas iguales
a los humanos en aspecto físico, pero que habitaban en un mundo diferente.