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Luis Mejia
sus poderes, sino también de superarlos, construyo el mundo de los dioses
conocido como el olimpo de los dioses fue cuando por primera vez Rimuto utilizo
su autoridad como dios y los llevó a todos al que sería su nuevo hogar, pero antes
de poder habitar ese mundo, Rimuto impuso una condición para poder estar y vivir
allí, todos debían poseer “un corazón y alma pura”, este lugar seria divino y solo
los que cumplieran con aquella condición podrían a vitar este nuevo mundo,
gracia aquella a saña que el dios padre de todo logro conseguir los dioses
pudieron asegurar su súper vivencia, logrando salvarse de la extinción gracias a la
condición impuesta,
de esa forma Juncrosf ni ningún otro demonio o incluso uno de los mismos
dioses que no cumpliera con este requisitos podía pasar a este lugar que era
divino, tras abandonar la tierra tuvieron que acostumbrase a su nueva vida
empezaron desde cero; pero para poder subsistir Rimuto no pudo aislarse por
completo del mundo que los había visto nacer como nómadas y crecer como una
nueva raza llamada dioses, el dios de la vida construyo un canal para que
estuvieran en otro lugar protegido por una barrera dimensional pudieran seguir
siendo uno con el planeta tierra, a partir de ese momento, fue cuando los dioses
comenzaron a considerarlo el paraíso sobre la tierra, de esa forma transcurrieron
varios siglos más en donde Juncrosf se cansó de buscarlos, tras buscarlos y no
hallarlo se hizo amo y señor de la tierra.
Para evitar entrar en más conflicto con ellos los dioses decidieron no intervenir en
sus decisiones, no había motivo para ello, los que una vez fueron considerados
nómadas y enemigos de los demonios ya no habitaban esa tierra, hasta que
ocurrió aquel desastre, el mundo estaba prácticamente muerto solo que daba una
pequeña parte de él, con vida, a partir de ese momento Rimuto tuvo que intervenir
no podía dejar que el mundo muriera por completo por culpa de los poderes
demoniacos que Juncrosf y su gente poseían, los dioses vieron como el mundo
que ellos amaban empezó a marchitarse y los seres vivos que lo habitaban
empezaron a extinguirse por culpa del hambre y resequedad, mientras que los
demonios culpaban de este desastre a los dioses para evadir su responsabilidad