El Presagio de las Flores (libro de la rosa negra)

Volumen 1: Tanatofobia Acto 4

Justo antes de sentir en la distancia los pasos de los guardias que rápidamente se habían desplegado en el lugar, obligando al joven a retirarse; necesitaba tiempo para pensar en una excusa para la duquesa Willburg cuándo inevitablemente se entere de lo que pasó.

Paralelamente a eso el enfrentamiento entre Erse y Reva prosigue...

La dríada rápidamente manifiesta estacas de hielo con las que sin piedad o dejarle un segundo para descansar, ataca a la joven, quien solo puede hacer uso de un fragmento de escombro para defenderse sin tocarlas.

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[La habilidad "Arte divino del demonio celestial primer movimiento: Tajo cortador de robles" ha sido activada...]

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Haciendo uso del tajo cortador de robles Erse había logrado destruir un gran número de estacas de hielo, manteniendo el enfrentamiento igualado; no obstante, había algo en el cuerpo de Erse que le incomodaba enormemente.

Una y otra vez esta había hecho uso del primer movimiento de las artes del demonio celestial, al punto que el movimiento de su cuerpo se repetía de forma tan natural como lo es hablar o respirar.

Pero del mismo modo al terminar el ataque la joven sentía que algo le faltaba, similar a una frase incompleta.

Por lo que Mientras Reva sobre exigía sus límites para acabar con la joven, Erse, meditaba sobre aquello que le faltaba.

Finalmente, una epifanía llego a la joven, Curiosamente el dejar de meditar al respecto; Erse pudo sentir como su cuerpo trataba de decirle algo, pero las voces en su mente solo lo acallaban, por ello la joven simplemente cerro los ojos y dejo de pensar.

—¡Me sigues subestimando!, ¡Perséfone!...

Con esas palabras, Reva aglomero todas sus estacas en un único y monumental fragmento de hielo el cual ejercía una enorme presión sobre su cuerpo.

—¡Muérete de una vez! —Exclama lanzando su ataque...

Aun con los ojos cerrados la joven rápidamente efectúa el primer movimiento de las artes del demonio celestial, lastimosamente, antes de tiempo, exponiendo su espalda al inminente ataque de Reva.

La dríada fue capaz de ver su victoria con claridad, pero del mismo modo esta fue capaz de ver algo diferente, una ilusión o quizás un fantasma parado a un lado de la joven, imitando con exactitud sus movimientos.

Los labios de Erse empezaron a moverse sin que esta se diese cuenta, mientras rápidamente empujada por la fuerza de su ultimo tajo, toma impulso para efectuar una estocada.

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[Enhorabuena, tu propiedad ha adquirido una nueva habilidad...]

[Set de habilidades incrementa +1]

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Empuñándola como si fuese una espada la punta del fragmento de escombro en las manos de la joven choca con la estaca de hielo gigante, creando una grieta sobre esta.

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[...Arte divino del demonio celestial...]

[...Segundo movimiento...]

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En un parpadeo las grietas empiezan a extenderse alrededor de la espiga, hasta finalmente cubrir totalmente su superficie desde sus dos extremos, hasta finalmente estallar en miles de pedazos.

Reva trato de alejarse del lugar, pero ya era demasiado tarde, y una lluvia de fragmentos de hielo empezaron a caer sobre ella, lastimándola de gravedad, no obstante, este sería el menor de sus problemas.

En un momento Reva empezó a sentir el filo de una espada cortando a través de su hombro, mientras y como si fuese una ilusión veía una espada invisible extenderse desde el fragmento de escombro de Erse hasta su posición, al tiempo que de su boca la joven revela el nombre de esta habilidad.

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[Arte divino del demonio celestial segundo movimiento: Asesino de cuervos...]

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El hombro de la dríada es abruptamente destrozado, arrancándole totalmente su brazo derecho, al mismo tiempo que aprovechaba el impulso de aquel ataque para escapar de la escena.

Erse no intento perseguirla y simplemente la dejo escapar...

Esta no entendía lo que estaba pasando, pues estaba completamente segura de haber matado a Reva hace años; un acto del que se arrepentía totalmente, por lo que verla huir solo la lleno de alivio, antes de caer en la nieve a causa del cansancio, justo en el momento más oportuno.

No muy lejos de ahí, un par de oficiales del ducado saltan a través de los techos, de los cuales uno cargaba un dispositivo particular, un estuche similar a una brújula, con media docena de piedras que campanean en su interior; las cuales de un momento a otro se detienen.

—Espera —Aclama uno de los oficiales —Las dos concentraciones de poder mágico que había en el área se dispersaron.

—Es muy probable que hayan efectuado la huida, ¿Los perseguimos? —Pregunta el segundo oficial.

—No tendrá sentido, si ocultaron su poder mágico las piedras flotantes no tendrán efecto —Responde —Volvamos y reportemos lo ocurrido.

—Entendido...

Afortunadamente para la joven, los guardias pasaron por alto su presencia, a pesar de solo estar a unos metros de distancia, por lo que se evitó que su presencia e identidad como dríada fuesen reportadas; además de darle al joven Milfiore la oportunidad de recogerla.

Cualquiera pensaría que esto sería obra de un golpe de suerte, pero el joven Milfiore con una sonrisa rebosante de interés, sabía que este no era el caso, pero para ello es necesario remontarnos varias horas atrás.

Ese mismo día en la mañana...

Justo antes de todo, antes de ir a la ciudad de Greenless, de haber ayudado a la sirvienta con sus quehaceres, y haber accedido forzosamente a hacer una fiesta en la casa de las flores, el joven Iván empezó a estudiar la ventana del sistema.

—Ventana de habilidades, Erse...

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[Nombre: Perséfone Rosengard Lvl. 5]

[Profesión: Esbirro suicida]

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[Atributos x4]

[Habilidades x10]

[Estigmas x1]



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En el texto hay: misterio, magia, suspenso

Editado: 03.05.2024

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